jueves, 11 de febrero de 2016

Análisis de la Novela de Star Wars: A New Dawn


Después de La Venganza de los Sith y mucho antes de la Rebelión, como se originó en el primer episodio de la espectacular serie animada de Rebels, el autor John Jackson Miller contó con la bendición del director, productor y guionista Dave Filoni para llevar a cabo un relato que cualquier seguidor de la Saga podría disfrutar desde la primera página.

Una fantástica novela de por sí, vuelvo a repetir dado que cuenta con el primer encuentro entre Hera y Kanan. Me hubiese gustado un epílogo donde se mostrará como conocieron a los demás integrantes como Zeb, Sabine y en especial a Chopper ya que hizo falta este androide para esparcir una chispa de humor.

En hora buena me sorprende la estrategia militar empleada en un Imperio que apenas comienza a adueñarse de la Galaxia pero a través de renegados, por así decirse, que no le son de gran utilidad al emperador. Quizás sea parte de Sidious a quien sentí hizo falta al igual que Darth Vader. El villano quiso emular al segundo pero al final se quedó corto.

Al principio podrá resultar un poco confusa, por estar repartida entre varios personajes de los cuales conforme se avanza en la lectura, se van unificando. Dicho esto, la estructura es bastante similar a Aftermath con la excepción de que el autor aquí se distingue con una magnifica prosa porque en ningún momento paras de leer.

Si no fuese por el trabajo, la estaría terminando en una semana más si hubiese sido eso, entonces me hubiera perdido de un sensacional y pausado viaje. Las descripciones no son pesadas ni te cansarás de las acciones, el suspenso es bueno no lo discute y rinde homenaje a los clásicos al recurrir a ciertas referencias o estilos.

Me agradó ver a la Admirante Sloane como una capitana prometedora, siendo manipulada por Vidian, un villano similar más a Grievous que a Vader aunque con la escasez de ambas inteligencias. Sloane permanece como un personaje importante y espero con ansías verla desenvolverse en la segunda novela de Aftermath.  

Las secuencias redactadas de acción son enganchadoras; se extrañó no contar con el total poder de la fuerza de Kanan. Me gustó haber sabido poco de su pasado, su relación con su maestra y la manera en la que vivía tras la purga. Dejando en el ocaso el estilo de vida de los caballeros Jedi, se limita por lo mucho que pudo haberse aprovechado.

En contraste  la forma en que conoce a Hera y se relaciona con el resto, es la clave por la cual aplaudo esta novela. Tenemos a otros dos personajes: Zaluna y Skelly, pero no tiene el mismo peso ni la atracción como los protagonistas. No que me contradiga, simplemente se podía exprimir mucho sobre políticas a la precuelas.

El prólogo es uno de los mejores por contener la interrogación de Kanan sobre Obi-Wan en base al mensaje de alerta en el Templo Jedi. Dicho primeramente como una advertencia, esta cuestión profundiza en la tragedia de los eventos del Episodio III que a su vez convida con el episodio piloto de la serie animada de Rebels.

Cabe destacar que existen referencias al universo de Star Wars, en especial a las precuelas como las Clone Wars. Lo cual resulta gratificante para compensar todo el “daño” proclamado por los dolientes. Sin duda son otros tiempos, un contexto familiar ya que la esencia sigue siendo la misma al momento de ver a nuestros héroes hacer hasta lo imposible por salvar al mundo.

Tenemos un sentido de ser entre Hera y Kanan, en algún momento supusimos que tenían una idea de sus respectivas agendas, pero no fue el caso. Hera no le tenía cuidado, siendo exactamente la hija de su padre el General Syndulla y Kanan alejado de las viejas costumbres, deseándola como un amor pasajera porque al parecer era un Don Juan.

Skelly y Zaluna permanecen como personajes de fondo por estar excluidos en el contexto oficial, pero de igual forma contribuyen mucho mejor de lo que hizo todo el equipo conjunto en Aftermath. Insisto en que Sloane fue lo mejor en aquella decepcionante secuela al Retorno de los Jedi y ya veo por qué, desde aquí esta antagonista ha sido efectivamente descrita y coherente.

Confieso que no anticipaba ese giro al final, casi hace ver simpático al Imperio, en lo que cabe. Honestamente que creatividad, ni idea de cómo se le ocurrió al escritor llevarlo a cabo pero me da gusto que no se haya vendido porque verdaderamente se trató de una buena novela que pone en alto el de por sí nombre de Star Wars. 

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