sábado, 29 de julio de 2017

Crítica de Dunkerque (Dunkirk)


Después de la invasión de Alemania en Francia durante el año 1940, miles de soldados aliados aguardan en las costas de Dunkerque, esperando ser evacuados mediante un llamado civil a todos los dueños de embarcaciones. Desafortunadamente el enemigo los tiene acorralados y es sólo cuestión de días y horas para que logren salir de este infierno.

Bajo su estilo tradicional, Christopher Nolan nos ofrece una seria, pausada e intensa experiencia cinematográfica donde su ambientación no nos suelta en lo absoluto a pesar de una narrativa no lineal distribuida desde tres perspectivas: la sobrevivencia en la tierra, el ataque en el agua y la defensa en el aire.

Como guionista, Nolan se enfocó a narrar más las acciones que dialogarlas produciéndose ese épico sentimiento de sobrevivencia. Para ello recurrió con actores sin experiencia beneficiándose al momento de extraer el sentimiento emitido ante la incertidumbre durante las secuencias de evacuación en la playa.

Difícil no inquietarte por el destino de estos nuevos talentos quienes comparten el mismo tiempo en pantalla con veteranos como Tom Hardy, Esto cuatro talentos representan la esperanza, la determinación, el trauma y la conciencia. Justo la psicología necesaria para darnos una idea de este devastador panorama por la que pasaron miles de soldados inexperimentados.   

Una retirada simple quizás a simple vista pero efectivamente detallada en cuestiones de contextualización compleja. Pese a la ausencia de diálogos y química, las expresiones en sí describen la tragedia desde los aspectos necesarios, al menos lo suficiente para engancharte por la constante tensión entre los sobrevivientes y los rescatistas.

El sentimentalismo y la imperfección humana se encuentran presentes, tal como lo vimos en la trilogía de El Caballero de la Noche, pero no es de esperarse tales efectos especiales. Terrible sería tratar de tenerla a la altura combativa de Rescatando al Soldado Ryan, Pearl Harbor o Hasta El Último Hombre, que sí debería sólo por su contenido directo.

La edición no satura ni trata de añadirle más, de por sí los encuadres sorprenden por su realismo que ni se diga del sonido o inclusive la música de Hans Zimmer cuya tétrica melodía nos produce nervios conforme ciertos actos se complican, muy en especial en la secuencia final porque esos minutos nos desafiaron a creer en el mensaje.

Sin duda es una adaptación que merece ser reconocida en muchos de sus aspectos, concuerdo que esto debería darle una nominación de dirección a Nolan o tan siquiera generarle la estatuilla al mejor guión por habernos recordado que inclusive en las evacuaciones, existe ese espíritu de esperanza por la humanidad.


domingo, 23 de julio de 2017

Crítica de Transformers: El Ultimo Caballero (The Last Knight)


A estas alturas no sé en sí ¿cuál era el objetivo detrás de esta quinta entrega? Un total desorden en su narrativa y la misma acción con la excepción de que esta vez los personajes en sí carecieron de una motivada fortaleza en comparación con las pasadas y ello porque ninguno de los antagonistas como protagonistas congeniaron con las circunstancias.

Nada ha cambiando desde la batalla de Honk Kong, el Gobierno mantiene sancionado a los transformers y cualquier encuentro termina en severas bajas. Cade Yager continúa siendo un prófugo de la ley al mantenerse protector de los autobots ante la ausencia de Optimus Prime cuyo viaje sólo pone en movimiento el fin del mundo profetizado en el año 484 después de Cristo.

El punto permanece el mismo, salvar al mundo mediante una reliquia especial ubicada en un pasado donde aparentemente la Tierra no le pertenece a los humanos sino siempre ha sido de los Transformers; y no tienen excusa considerando su exagerada duración de 2 horas 30 minutos. Sin duda ya se empieza a acumular el cansancio.

Existen escenas innecesarias como el ataque sorpresa durante la guerra en Alemania, aquella controversial escena Nazi y ¿qué sucede con la leyenda del Rey Arturo? Tiene sentido, no lo niego pero el detalle es que hubiese sido mejor una adaptación limitada a ese contexto como lo ha estado haciendo X-Men o inclusive Kong: La Isla Calavera.

Parece como sí la dirección creativa decayó en lo absurdo con Michael Bay, no entiendo qué sucedió para concluir en continuación y considerando que este es sólo el inicio del universo expandido de Hasbro, la preocupación debe notarse ante el declive de la taquilla y con mucha razón porque le hace falta una buena refrescada a la serie.

Además se careció de un verdadero combare entre Bumblebee y Optimus Prime; en sí este último sólo aparece a lo mucho 25 minutos de los cuales 10 minutos aparece de villano. Lamento si esto es un spoiler pero preferible advertirles ya que el guión en sí empieza con la leyenda del Rey Arturo y transiciona a una búsqueda tipo El Código Da Vinci.

Todo el tiempo Mark Walhberg parece estar perdido, Josh Duhamel siempre está a un paso atrás, Stanley Tucci aparece como otro personaje fugaz, Anthony Hopkins funciona como el Nick Fury aunque se excede con la información y Laura Haddock trata de compensar su falta de desarrollo debido a su llegada de último momento.

John Turturro regresa a la brevedad como el caso de Liam Garrigan, Santiago Cabrera y otros actores que como lo vengo comentando, se siente tanto la saturación en la edición lo cual es irónico considerando su larga duración. Honestamente creo que viene siendo momento de retirarme y concentrarme en otros universos tales como DC Comics o de monstruos gigantes.

Haciendo caso omiso a los defectos, hay un poco de humor y secuencias épicas por disfrutarse más no puedo evitar sentir que esta franquicia debió haber concluido con El Lado Oscuro de la Luna. Al menos aquella trilogía tenía un instinto impulsado por un creciente adolescente. Lo sencillo es bueno y desesperadamente esta franquicia debe regresarse a sus raíces.    



domingo, 16 de julio de 2017

Crítica de Un Don Excepcional (Gifted)


Una historia conmovedora sobre una niña prodigio de las matemáticas cuyo último deseo de su madre es que tenga una vida normal llena de amistades y buenos momentos. Su hermano tratará de hacer lo posible pero una visita inesperada pondrá en riesgo esta humilde estabilidad tras darse a conocer este don excepcional oculto por casi siete años.

Ha sido un buen desde que Chris Evans no hacía esta clase de producciones independientes, creo que la última fue El Diario de la Niñera allá por 2007. En esta ocasión regresa al protagonismo y es notable como su madurez alcanzada en las secuelas de Capitán América lo ha convertido en un actor seguro de sí mismo y carismático con el resto de sus compañeros.

Trabajar con niños no es nada fácil y aquí la dinámica con Mckenna Grace es la razón principal por la cual este drama sobresale por su transparente emotividad. Ambos tienen una conexión, es evidente, satisfactorio de ver y contagioso cuando es puesta en riesgo ante la posibilidad de un conveniente futuro que surge con respecto al don de la pequeña Mary Adler.

Claro está que el peso no estuvo en Evans sino en Grace porque al estilo de Jim Parsons, logra representar una complicada personalidad y a su vez una enganchadora esencia para el mensaje final. La familia es la clave y no importa de dónde venga o cómo esté sustituida; y con Octavia Spencer en esta ecuación, digamos que la escenificación alcanzó a su máximo potencial.

Marc Webb estuvo previamente involucrado en este estilo con 500 Días con Summer, después se distrajo con las intermediarias producciones del Hombre Araña por lo que saben bien como trabajar con defectuosos superhéroes, por así decirse. Emocionalmente la equilibra con espontaneidad sin nunca caer en el melodrama.

Justo la dosis necesaria para hacerte reír, conmoverte y causarte nervios ante el antagonismo de Lindsay Ducan que deja una gran huella como la abuela. El guión de Tom Flynn fue parejo al desenvolver a cada uno de estos individuos porque en cada una de sus escenas se sienten tan auténticos por lo que se está en el juego.

Pese a una simplista cinematografía y una edición básica, Un Don Excepional es un drama familiar que no te dejará de sorprenderte por lo tiernamente enganchador que resulta gracias a las naturales interpretaciones de sus protagonistas. Es imposible no salir satisfechos por lo que espero y ver más de estas producciones en lo que resta del año.  


lunes, 10 de julio de 2017

Crítica de Blade Runner: 2049


Blade Runner 2049 (Netflix) - LaTeclaTec [2020 ] Buena secuela.

Una nueva gama de replicantes han sido integrados a la sociedad con la finalidad de mantener la humanidad en sobrevivencia. K, uno de los modelos nuevos diseñados para obedecer Ha sido designado como un Blade Runner hasta verse envuelto por un suceso histórico que podría poner en riesgo la estabilidad de la vida humana como se conoce.

35 años han pasado desde que Ridley Scott nos asombró y ahora le cede su asiento a Denis Villeneuve que no cabe duda que no es ningún extraño en este universo, y menos habiendo dirigido éxitos como La Llegada, Sicario y Prisioneros. Denis mantiene  la misma línea de dirección la cual va más allá que darle seguimiento a lo que se quedó en el aire.

Quiénes hayan visto la original, deben estar conscientes que no es una adaptación para todos, de por sí su duración se acerca a las 3 horas. Cuestión de estar atentos a la trama debido a la complejidad de sus temáticas, todo es personal, circunstancial y en cierta manera se conecta como expande con lo visto en la original.

Estas adaptaciones son de las uno podría referirse como ámenlas u odiándola; a estas altura no debe sorprenderte encontrar comentarios opuestos en las redes sociales. Lo que me gustó de  Villeneuve es el tiempo que le dedica a cada una de las escenas. Pausado, metódico y un poderoso desarrollo de personajes, es fácilmente el sueño de cada guionista.

Hampton Fancher y Michael Green habían trabajo ya con Ridley Scott, de hecho Fancher se hizo cargo de Blade Runner mientras Green estuvo supervisando la historia de Alien Covenant. Pasado y futuro en juego, con más razón uno puede sentirse familiarizado y a su vez puede apreciar las pequeñas innovaciones en cada uno de los escenarios.

De por sí no es una historia fácil de describir y si lo tratase de hacer, probablemente caería en revelaciones de las cuales son mejores que uno mismo las descubre, siempre y cuando tengan en mente a la primera porque es fundamental para comprender lo que está sucediendo en este contexto de 2049.

Otro logro reside en su diseño de arte, vestuario y ni se diga cinematografía, le brinda homenaje al viejo universo al retransmitir la edición, sonido, música y las referencias culturales. Blade Runner siempre se ha enfocado a los detalles de su entorno y personajes. Nada sale desapercibido y todo tiene una razón de ser inclusive sean robots, inteligencia artificial, etc.

No que la sienta inconclusa, ciertas cuestiones de fondo se quedan en suspenso pero en cuanto al protagonista, podría entenderse como un desenvolvimiento definitivo de parte de Ryan Gosling conforme su personaje va enfrentándose a los imprevistos cambios de panorama. Su relación con Harrison es de las mejores vistas aunque tengan que esperar más de una hora para ello.

La gran revelación aquí son sus mujeres, muy en especial Ana de Armas y Sylvia Hoeks, la primera aporta el lado sentimental mientras la segunda es pura acción. Cada una emitiendo presencia a la altura de Robin Wright quienes retroalimentan a Gosling dándole esas matices a quizás uno de los mejores personajes de este año.

Dave Bautista está demostrando ser un mejor actor que Dwayne Johnson al salir de su área de confort para dejar su huella  sin importarle que su escena sea breve pero épica. Por otro lado, Jared Leto está ocupando el lugar de Johnny Depp y pese a estar solamente en tres secuencias, su interacción con Ford y Hoeks es enganchadora.

Es evidente que esta secuela fue hecha sin intervención o influencia alguna del estudio. Es agradable que su objetivo sea solamente artístico y de innovación cinematográfica. La nueva generación fue respetuosa del trabajo de Ridley Scott y como resultado, nos encontramos ante un clásico instantáneo que no sólo supera a la original sino la hace trascender a nuestra era.

Calificación: 4½ de 5 estrellas

sábado, 8 de julio de 2017

Crítica de Spider-Man: Homecoming


Callejera, juvenil e ingenua, Homecoming es exactamente la película que hemos esperado del Hombre Araña desde ya hace tiempo atrás. No cabe duda que Capitán América: Guerra Civil lo colocó de nuevo en el mapa aunque los despojos de la Batalla de Nueva York se tornaron eficaces para motivar contextualmente esta trama  

Sirviendo de respaldo en el programa de Los Vengadores, Peter Parker se encuentra peleando contra el crimen y ayudando a las personas hasta que se ve envuelto en una situación que va más allá de sus manos. Limitado por su inexperiencia, decide desobedecer a Tony Stark para detener el tráfico de unas armas letales que amenazan con la seguridad de la ciudad.

Más que una producción motivada por intensas explosiones bajo el lema de salvar al mundo, el director Jon Watts optó por centrarse en la adolescencia de este superhéroe. Lo cual esto lo hace identificable con todos los jovencitos de hoy en día que buscan demostrar su capacidad sin canalizar en las consecuencias por su insensatez.

Existe un mensaje en su desenvolvimiento y se entiende de la forma más sencilla. Sin saturarse, todo transcurre a un buen ritmo equilibrado con momentos divertidos y complicaciones. En sí las interacciones son la que la hacen avanzar hasta su ingenioso desenlace. Pero no nos olvidemos, sigue teniendo ese ambiente escolar y he aquí lo refrescante.

Lo que me gusta es que no trata de explicarte, sino de inmediato se va a las consecuencias derivadas de Guerra Civil pero apostando por lo local. Una vibra de Defensores se podría percibir pero sin la sangrienta violencia. Aunque no lo crean, no va dirigida a los niños sino a los jóvenes y hasta los adultos debido a la madurez proporcionada.

Subrayó madurez porque aunque no quiera, Robert Downey Jr. estuvo perfecto como el mentor. Esperaba mucho más presencia de Iron Man, pero Marvel respetó el protagonismo al realzarlo con una figura paternal cuyas escenas selectas concluyeron siendo lo suficientemente complementarios en el desarrollo del personaje e impulso del guión.

Tom Holland capta esa esencia olvidada y bajo esta nueva dirección, se mantiene fiel a los sentimientos de este joven sin sobre-exagerar. Incluso su acercamiento lo vuelve mucho más humano por estar demasiado lejos de la altura del antagonista. Al final de cuentas, es un joven que debe regresar a su casa a hacer sus obligaciones después de la escuela.

Como Volture, Michael Keaton es sensacional en cada una de sus secuencias. Un digno adversario que me gustaría tenerlo en las siguientes secuencias debido a su conflicto con Holland. Fue agradable también haber tenido el retorno de Jon Favreau y Gwyneth Paltrow, podría decirse que fue como en los viejos tiempos, se extrañaban.

Interesante el giro de MJ en Zendaya, muy propio al igual que Flash por explorar el bullying psicológico en lugar del físico y vaya continuación de la Tía May, me hubiese gustado haber visto más de Marisa Tomei, mas por el momento esta relación es mucho mejor en conjunto con la amistad de Jacob Batalon como Ned. Nunca antes ser raro había sido tan cool.

Visualmente, los efectos especiales tuvieron una mejoría por enfocarse a lo sencillo. Inclusive decidieron alejarse de la urbanidad hacía lo callejero donde se representase una desventaja para el trepador. Sensacional las actualizaciones en su traje, ese injerto tecnológico al lado de la voz de Jennifer Connelly fueron un resalte para apreciar.   

Una versión moderna en todos los sentidos inspirada en las acciones y  valores de un adolescente que busca probar su capacidad por hacer el bien, sin embargo, suponer no ser nada sin el traje lo pone en una encrucijada por descubrir quién realmente es. Aquí la frase de Downey Jr. toma vuelo debido a la fuerte química con Holland en este de por sí carismático relato.   


sábado, 1 de julio de 2017

Crítica de Mi Villano Favorito 3 (Despicable Me 3)


Pese a mantener la esencia, Gru sigue permaneciendo como un agente del bien al lado de su esposa Lucy que después de haber fracasado en atrapar al legendario Balthazar, es llamado por su hermano gemelo con el propósito de revivir sus viejos días de villano mientras que a su vez, los Minions se encuentran en una cruzada por reencontrar su propósito.

Así cómo lo pueden estar leyendo, la tercera entrega tiene muchas cosas sucediendo a la vez: Lucy tratando de conectar con las hijas de Gru, Gru lidiando con su hermano gemelo, las niñas con sus propios problemas, los Minions como renegados y un ex actor tratando de vivir a su legado al atacar Hollywood.

Ni idea de cómo el guión de Cinco Paul y Ken Daurio no se perdió dentro de esta saturación de sucesos cuya única debilidad fue no haber profundizado en sus temáticas principales como lo hicieron las primeras dos, más que nada la primera. Gru es oficialmente un chico bueno por lo que toda pista de volver a sus malos caminos no va a suceder. Para ello, fue inteligente haber creado a un gemelo “malvado”

Ciertamente es una animación dirigida a los niños donde la fantasía lo valida todo. Así que no me meteré con su historia, sólo me limitaré a decir que te saca un par de risas gracias al correcto uso de los Minions y a la nostalgia musical por esa gran referencia a los ochentas donde creo que es el villano donde luce y reluce en sus escenas.

Efectivamente pequeñas dosis de Minions entre segmentos son más que suficientes para hacernos nuestro día porque en terrible contraste con su propia adaptación, aún recuerdo la gran desesperación por querer marcharme del cine. En cuanto a Gru y Dru, su interacción se sintió genuina gracias a las sencillas diferencias en la interpretación del actor.

El doblaje de Andrés Bustamante sigue siendo adecuado y aunque no soy fan de Andrea Legarreta, estuvo mejor que Talia. Creo que la revelación aquí fue Jay de la Cueva porque cómo vengo diciendo, el contexto y estilo musical de este villano resultó tanto divertido como nostálgico. De ahí en fuera, no puedo evitar sentir que las niñas y la abuela fueron desaprovechadas.

Siendo la tercera pero realmente la cuarta, esta franquicia parece estar perdiendo su toque ante la falta de una evidente dirección creativa tomando en cuenta su narrativa conglomerada de acciones sacadas de la manga. A pesar de ello, es una buena excusa para pasar un buen rato en familia o con los amigos.