2 años después de la captura de Solomon Lane, El Sindicato se ha
reformado en un grupo terrorista referido como Los Apóstoles que bajo el
liderazgo del misterioso John Lark, buscan desencadenar un mayor sufrimiento
para obtener una mayor paz en el mundo. Ante la petición de IMF, Ethan Hunt
acepta la misión aunque esta vez las cosas se tornen personales.
Difícil de creer que se trate de la sexta entrega y a diferencia de
Rápidos y Furiosos, la franquicia de Misión Imposible no sólo ha logrado
mantenerse grandiosamente entretenida sino incluso realista en sus efectos
especiales y todo gracias a que el director Christopher McQuarrie mantuvo la
continuidad y credibilidad originada en Nación Secreta.
McQuarrie es muy limpio en la edición de las secuencias de acción,
directo y veloz ya que no recurre al uso de la cámara de lenta haciendo que la
tensión se nos acumule por ver a nuestros héroes al borde de fracaso. Del mismo
modo me encanta esos imprevistos espontáneos donde las cosas simples fallan, le
dan un aire de realismo, lo cual refresca al género.
Ahora comprendo porque Tom Cruise lo ha mantenido como director siendo
el primero en repetir. Es evidente que ambos comparten la misma visión de no
sólo mejorar sino presentar distintos escenarios con distintos resultados. No
cabe duda que los stunts de Cruise resultaron los mejores de su carrera y con
mucha razón le costaron unas fracturas.
De nueva cuenta la cinematografía jugó un papel fenomenal, muy en
especial cuando Cruise está abordando un helicóptero en pleno aire. También la
persecución en las calles de Roma, la pelea en el baño y ni se diga de la
maratón en las terrazas. Un gusto que haya vuelto a escalar al igual que verlo
reunido con Michelle Monaghan en una escena nostálgica.
Era de esperarse el papel que juega Henry Cavill, no obstante es
quizás una fuerte adición al lado de Sean Harris. Rebecca Fergusson me dejó
enganchado desde la anterior que me dio un gusto volverla a ver en acción y con
un propósito más desarrollado ¿Qué puedo decir de Simon Pegg? Una bienvenida
como siempre al lado de Ving Rhames y hasta Alec Baldwin.
Siempre he dicho que desde J.J. Abrams se volvió en el productor, cada
Misión Imposible se ha tornado en un evento que uno no puede perderse por su
suspenso, extremos stunts, persecuciones, bellísima cinematografía, dinamismo
en el elenco y la tecnología. No puedo evitar sentir que Jason Bourne y Spectre
siguen estando por debajo de esta también.
Se siente como un cierre dado que elementos de la tercera hasta la
quinta entran en juego de nuevo. A la vez se abre la oportunidad de quedar
libre porque existen muchos caminos en los que se avanzar. Obvio que sigue
manteniéndose bajo el mismo curso pero al menos los productores no tienen miedo
en añadir un poco de drama para definir al protagonista.
Calificación: 4½ de 5 estrellas