Hace diez años acudí al gran y anticipado estreno de El Planeta de los Simios del director Tim Burton y actor Mark Walhberg. El inicio fue simplemente estupendo, pero después de los 15 minutos comencé a perder interés en la trama y al paso de la hora, se había convertido en una absoluta y dolorosa tortura. La conclusión en vez de ser un momento épico como la original, sólo sumó más confusión a lo incomprensible.
Actualmente decidí correr nuevamente el riesgo tras escuchar altas y decentes críticas con respecto a esta nueva entrada la cual se corrige como una precuela oficial de la franquicia, ignorándose en su totalidad la versión de 2001. Y vaya que no me arrepiento porque esta vez la experiencia fue fascinante, emotiva y lo mejor de todo, comprensible.
El estudio Fox parece haber optado por concentrarse primeramente en sus historias situando los efectos especiales en segundo plano. Esto no significa que la calidad se descuide visualmente sino al contrario, brilla por su modo de engancharnos emocionalmente. Un estilo vivido anteriormente con X-Men: Primera Generación, otra precuela del mismo estudio.
Los guionistas Rick Jaffa y Amanda Silver se enfocaron en dos personajes vitales: el humano Will Rodman y el simio César. Ambos seres tienen algo en común y se trata de su mutua humanidad. Sentir ese lazo de cariño es un aspecto genuino de esta ficción, porque ello provoca que uno acepté la teoría de un simio expresivo e inteligente. Gracias a su notable definición y desarrollo de estos personajes, concebimos una gran variedad de emociones desde alegría, amor y hasta sufrimiento de acorde a los escenarios presentes.
A pesar de existir otras seis películas, este relato sigue considerándose único y original. Una cualidad difícil de lograr cuando existe un terrible antecedente. Por lo tanto revive esta aclamada mitología del mismo modo en que Batman Inicia lo logró. Su demografía es dirigible al público en general, esto quiere decir que tanto seguidores como primerizos la disfrutan por parejo.
Se desenvuelven varias temáticas actuales, entre estas se encuentran: la experimentación en simios con el propósito de un bien humano, la diferencia entre seres y mascotas, maltrato e injusticia, dinero e investigación, inteligencia y ambición, la lucha por un bien colectivo y las relaciones entre individuos. Como podrán notar, no sólo nos quedamos con los brazos cruzados sino utilizamos nuestro razonamiento para generar nuestras propias ideologías sobre lo tratado.
Para tratarse de su segunda obra direccional, Rupert Wyatt coordina a sus actores y editores con profesionalismo y creatividad, ya que los escenarios son tan espontáneos y realistas. Es difícil creer que los simios sean solamente animaciones por computadora, otro riesgo considerándose que las producciones anteriores siempre se usaron vestuarios y maquillaje. Sin embargo, el equipo de edición y diseño hicieron una magnífica labor en insertar este aspecto artístico dentro de la nueva tecnología.
Wyatt utiliza mucho los tonos contrastantes entre la ciudad y el bosque, esto es bueno para diferenciarnos de los dos mundos, por así decirlo. Reubica elementos clásicos de los personajes y los destroza simulando un crecimiento de madurez. La imaginación invertida en colocar a César en sus escenas dramáticas y de acción, conforman encuadres poderosos y ni se hable de la secuencia conclusiva, memorable por la catarsis cumplida.
Esta película no sería una joya de oro sino fuera por su elenco. Me da gusto que James Franco haya personificado al científico Will Rodman, puesto que es un actor completo y apreciable por su modo de interactuar. En veces serio, tenso y desesperado por ayudar. Él confiesa que no fue tan difícil actuar con Andy Serkis debido a que lo tenía presente y por ende, no tuvo que recurrir a la imaginación. Por otra parte, yo digo que pretender que tu compañero en traje azul y lleno de cables, es un simio no es una jugada tan fácil. Curiosamente me recuerdan a Mark Hamill y al títere (Yoda) en El Imperio Contraataca.
Quizás sí le ayudó bastante a Franco porque Andy Serkis se avienta fácilmente la mejor interpretación de toda su carrera. Honestamente es una actuación digna de ser nominada al Oscar aunque dudo que reciba dicha atención por no estar físicamente involucrado. Pero desde cuando se necesita estar en cuerpo cuando la figura digital luce por el corazón del prestador. Me quedó boquiabierto porque es un hecho surreal su manera de intimidarnos con el uso de sólo tres diálogos.
John Lithgow como Charles Rodman es otro mecanismo conmovedor dentro del arco histórico, se podría asegurar que es otro personaje vital por la manera en que afecta los objetivos de su hijo. El veterano se mete tanto en su papel que suponemos está enfermo de Alzheimer. Freida Pinto ofrece frescura al panorama por su exótico físico pero a la vez entrega una estable actuación. Es bueno verla en un papel más maduro a diferencia de su personaje joven en Quisiera Ser Millonario.
Tom Felton es irreconocible por su cabello rubio, también es más odioso que su icónico personaje de Draco Malfoy en la serie fílmica de Harry Potter. Para que verdaderamente lo odiemos como otra persona, representa un éxito personal en su trayectoria. David Oyelowo encarna a otro antagonista pero desde lo empresarial-farmacéutico. Su currículo es selectivo, pero quiero creer que recibirá varias ofertas de trabajo especialmente por sus escenas a bordo del helicóptero.
Los efectos especiales están enfocados a los rasgos físicos y expresivos de los simios, tomándose como propósito el cumplimiento adecuado de su historia-contexto. Es impresionante notar que cada simio genera su propia personalidad y se diferencian entre ellos por sus colores en los pelajes. El sonido juega un papel esencial en la secuencia de acción. Esto en conjunto con la reveladora ciudad de San Francisco y la participación de la resistencia de los hombres en el puente, posicionan a esta precuela entre las necesarias a ver de este 2011.
Quienes vieron la original, probablemente captaron la noción referida en la secuencia posteriormente de los créditos donde se podría decir que lo observado contesta a una pregunta sobre el contexto futurístico de la mitología. Asimismo, se hace mención de una nave pérdida en el espacio que eventualmente se conecta con el supuesto Icarus. No cabe duda que será interesante percibir si estos indicios serán desarrollados en las futuras secuelas de este extraordinario origen de El Planeta de los Simios.
Un relato de ficción sobresaliente por su
Historia, Efectos Visuales y Actuaciones.
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