domingo, 13 de mayo de 2012

Crítica de Batalla Naval (Battleship)



Cuando era niño me fascinaba este juego de mesa. La estrategia de inundar barcos sin la posibilidad de un radar. Era ingenioso y un buen ejercicio mental. Sin embargo, no me acuerdo que los extraterrestres tuvieran un papel relevante. De por si las piezas de los barcos eran representaciones navales más no espaciales. En ese caso, se trata de una adaptación inspirada en Battleship e influenciada por Transformers.

La pregunta que muchos han de tener en mente es: ¿Realmente vale la pena verse en los cines? A estás alturas ya se tiene una noción del formato utilizado dado que los avances la ubican en la línea de Hasbro. En mi humilde perspectiva, no vale la pena gastarse ni mucho menos en 4DX. Podría entretenerse pero simplemente es un producto visual genérico con una temática confusa y un elenco débil.

En primer lugar, Universal Studios cometió un gravísimo error en confiar en el guion de Jon Hoeber y Erich Hoeber. Tal parece no se tomaron en serio su trabajo porque se nota en los terribles diálogos. Para tener una duración de 2 horas, no entiendo porque omiten las justificaciones e ignoran el desarrollo de personaje. El personaje principal de Alex Hopper está mal escrito mientras el resto, son tratados superficialmente y algunos a la brevedad.

La ausencia de un contexto es otro fatal error junto con la psicología de los extraterrestres. Necesitamos conocer por qué emplearon esas tácticas de batalla o por qué no atacaban a indefensos acompañados con las consecuencias de no hacerlo. No existe problema con no definirnos sus orígenes y tecnología, pero necesitábamos una pizca de lo que estaba pasando por sus mentes en orden de poder conectarnos con este distinto enfoque.

El inicio tenía mucho potencial por su forma de introducirnos a este oficio naval, omitiendo la desafortunada introducción con el burrito de pollo. En serio era necesario establecer al protagonista de esa forma. Yo hubiera optado por situarlo ya como un oficial y anexar su relación con la hija del Almirante a la Armagedón. Hubiera sido divertido. También eliminaría la invasión alienígena, la involucración de NASA y habría sujeto una especie de combate cerca de una zona muerta que causará el boqueo de los radares. Como suelo decir: Simple, directo y efectivo.

Dedicándonos a la ejecución, el director Peter Berg actúa como Michael Bay en las secuencias de acción pero fracasa en hacerla una aventura sorprendente como lo fueron Transformers y Transformers: El Lado Oscuro de la Luna. Además carece de diversión ya que resulta una obra sarcástica y sin sentido. Al menos te podías identificar y emocionarte, aquí pierdes el valor de las cosas. Me extraña este trágico destino considerando que Berg estuvo detrás de Hancock.

Ingresando al departamento de actuación, Taylor Kitsch se contradice mucho como Alex Hopper. Siendo una persona inteligente cómo es posible desperdiciarse su vida en un modo egocentrista. Asimismo cómo es que llega tan lejos en la armada naval con esa actitud. El problema de ser un patán no causa risa ya que el actor no es carismático. La verdad pienso que su único brillo actoral ha sido como Gambit en X-Men Origenes: Wolverine porque de ahí en afuera, nomás no la ha armado.

No obstante, Kitsch se esfuerza en darle valor a su personaje mas no es su culpa su inminente fracaso. Lo vuelvo a reiterar, el guion está defectuoso y no le hace paro ninguno. Obviamente es un éxito por la buena mercadotecnia empleada pero presiento que si se anuncia una secuela, esta podría convertirse en un absoluto y necesario fracaso para el futuro de la franquicia.

No puedo creer la integración de Rihanna; me sigue costando su constante participación ya que es pasable. Escuché que la cantante recibió más ofertas en este ambito pero la verdad, será mejor que se dediqué a su música tipo masoquista. En cuanto a Brooklyn Decker sólo se establece como el símbolo sexual ya que sólo comparte breves escenas con Kitsch. La sorpresa se le atribuye a Tadanobu Asano porque es excepcional y cómico como el Capitán Nagata. Sin embargo quien se roba la película es nada menos que Liam Neeson. Solamente está presente como 10 o 15 minutos a lo mucho. Trágico contar con un actor de esta categoría y no aprovecharlo al máximo.

Los usos y el paso del tiempo están inconsistentes, hacen ver los cortes como movimientos bruscos y mayormente contradictorios. También son los causantes de frustración y confusión por la omisión de transiciones.  La localizaciones y diversas situaciones le dan mucho interés aunque no sea nada bueno. Lo mejor y lo subrayó es la batalla final en Hawái. Intentar ubicarnos en Pearl Harbor fue una decisión correcta. Desde ese enfoque se requirió más estrategia militar y razones de acción.

Fue buen detalle involucrar a los veteranos y haber resucitado al USS Missouri. Ellos si cumplieron con extraernos risas gracias a sus caracterizaciones. Desafortunadamente pierde credibilidad por los tantos años fuera de servisio. Por otra parte se aplaude la incorporación de un nuevo capitán y se regaña la escena después de los créditos porque ello indica esperar más tiempo del innesesario.

En Conclusión, Batalla Naval entretiene por su intrépida acción pero colapsa por su núcleo temático. Nunca llega a conectarse con la audiencia y el catalogo de música es erróneo. El elenco carece de atención específica y originalidad. Si se desea ir a cine ¡adelante! Entretiene por emplear algunas maniobras como adivinar la localización del enemigo, pero inevitablemente se cae en la confusión seguida de un decepcionante final.


Una adaptación que carece de seriedad y seguridad!

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