Crítica de Asesino del Futuro (Looper)

 

 

El género de ciencia ficción experimental en el área de viajes al tiempo suele ser difícil de atraer la atención. De por sí con sólo leer ciencia ficción experimental, uno pone en cuestión si tomar el riesgo de presenciarla. Tal fue el caso de 8 Minutos para Morir y El Precio del Mañana, las cuales se concentraron más en el suspenso ejercido por las consecuencias de los actos mientras Asesino del Futuro se enfocó fuertemente al desarrollo de los personajes dejando poco espacio para las secuencias de acción.

 

Si se espera ver una película de acción con cero charlas, no sería la elección principal. En cambio, si se opta por darse la oportunidad de experimentarla, uno podría simpatizarse con la idea de este campo criminalista. Desde un principio el guion es innovador y no se puede negar, es la clase de película que suele hacer falta en una era dominante por infinitas continuaciones. En sus tres semanas en la cartelera global, este drama sólido de Ria Johnson ha estado recomendándose con sumo agrado asegurando la brillantez en su guion.

 

Además, dentro de la silla de dirección, Johnson entrega estables secuencias de acción mayormente clásicas con uno que otro suceso creativo. No obstante, el principal factor dominante es la colocación de los personajes en el primer plano histórico. Ello significa que llegamos a conocer cada detalle de sus identidades. Inclusive el contexto de los dos tiempos se introduce con una definitiva narración y se vinculan aunque sean con descripciones breves.  

 

Si se desvía la atención en los primeros 15 minutos, la realidad será una incomprensión de esta lógica existencia. De igual forma, si no se mantiene un estado tranquilo acompañado de una mentalidad abierta, podría caerse en una paradoja que eventualmente le robaría la emoción a la función por estarse discutiendo la credibilidad de esta fuente imaginativa. Este efecto es similar al caso de Prometeo, donde la confusión pasó por causa de las teorías del creacionismo y el desconocimiento de las temáticas y/o elementos de ese universo.

 

Uno de los pequeños detalles negativos radica en la densidad difusa de la cinematografía, en otras palabras, los encuadres son poco borrosos cuando se tratan de localidades urbanas. La ciudad carece de arte decadente como se observó en Dredd y ello causa que se notara su presupuesto escaso. En cambio, las praderas amarillas y la casa en el campo son sobresalientes por alejarse del futuro acordado. Fuera de ahí, el equipo técnico hizo un gran trabajo con su edición general, sonido y efectos especiales.

 

Joseph Gordon-Levitt denota ciertos rasgos de Bruce Willis como sus gestos faciales, especialmente ese rostro duro. Curiosamente esa nariz que parece habérsele acomodado para que se pareciera, ocasiona un poco de distracción por no estar acostumbrados a ella. Después de todo lo vimos varios veces en El Caballero de la Noche Asciende. Al final es otra de sus estables actuaciones mas no puedo evitar sentir que carece del impacto de Josh Brolin cuando interpretó a Tommy Lee Jones en Hombres de Negro 3.  

 

Últimamente Bruce Willis está siendo elegido para el género de acción y contaba con la esperanza de verlo en un modelo similar a El Sexto Sentido. Básicamente su inclusión es para entregar esa acción veterana a Los Indestructibles 2 y RED. Sin malinterpretarse, Willis recibe un buen tratamiento de su pasado alternativo pero ello es mínimo; usualmente sus escenas son violentas pero con un toque de emotividad. Su propósito es claro mientras el de su otro yo joven es confuso, he aquí el verdadero dilema que probablemente se prestará a interminables discusiones, análisis y enredos.

 

Por ende el protagonismo de Willis es igual de estable que la de Levitt. Ese es el detalle de este dúo, ambos son especialistas en lo que hacen y por ello están cómodos en sus respetivos roles. Ahora si hubieran optado por intercambiarlos: Levitt como hombre de acción y Willis como hombre de drama, entonces hubiéramos tenido otra absoluta historia con números taquilleros todavía mejores.    

 

Entre el reparto: Emily Blunt hace a un lado su belleza por enfocarse a una madre soltera cuyo sostén es el mantenimiento de su rancho. Su participación le da una frescura a la relación Willis-Levitt ya que no se sabe que esperarse. Asimismo es la razón por la cual el niño Pierce Gagnon, brilla en sus facetas psicológicas. Entre otras menciones: Piper Perabo es inusualmente interesante como una sexoservidora, Paul Dano introduce el peligro en la profesión, Noah Segan es un fantástico villano secundario y Jeff Daniels es creíble como el mafioso principal.

 

A primera instancia uno se entusiasma con la introducción del ciclo de los Loopers y su forma de trabajo. En cuanto se da el giro, la acción y comedia oscura captan nuestra absoluta atención pero en cuanto se ingresa al tercer acto, es cuando la trama toma un proceso pausado para desarrollar el objetivo primordial y la razón por la cual se da esta circunstancia altercada. No se descarta un poco de romance pero la verdad anticipaba una especie de acción constante y al final recibí un historia compleja y rica en subgéneros.

 

En conclusión, es una producción que podría atraer a varias demografías por su original concepto, estilos de dirección y efectos especiales. Se disfrutan las secuencias de acción pero su importancia es el desarrollo de personajes y sus consecuencias entorno al sublime clímax. Razón por la cual se convierte en un arma de doble filo por fusionar presente y futuro. Si me preguntan por cual lado del filo me decido, yo diría eligiría el bueno.