Sentía un poco de
nerviosismo ya que cada medio crítico ha tendido a referirse a esta secuela
como una gran decepción. Aun así la primera recibió un ligero positivismo del
60% y concluyó como un éxito sorpresa del 2008 al recaudar $ 145 millones en
los Estados Unidos y poco más de los $ 200 millones mundialmente. Por lo tanto
una secuela fue confirmada y la espera de cuatro años valió la pena.
La premisa es
bastante sencilla en la tradición de la original: fijada un año después del
secuestro/rescate, uno de los padres de los secuestradores fallecidos jura
vengarse del responsable con el absoluto apoyo de sus familiares o miembros de
la mafia. Tras el doloroso entierro, inmediatamente ponen en marcha un plan
para descubrir la identidad del agente retirado y desatarle el infierno no sólo
a él sino a toda su familia.
Nuevamente se emplean
tres actos: el primero consiste en desarrollar a los personajes y comprender
sus asuntos, el segundo sucede lo inesperado dando comienzo a una batalla tensa
y el tercero, un poderoso clímax acompañado de una satisfactoria catarsis. Retomando
el primero acto, me da gusto ver cómo la relación familiar creció entre Bryan y
su hija Kim. Siendo también una grata sorpresa la inclusión y extensión de
Leonore, la esposa de Bryan.
Sin duda las
lecciones de manejo entre Kim y Bryan no sólo fueron insertadas por pretexto
narrativo, sino se justificó en probablemente una de las mejores e inquietantes
persecuciones desde La Supremacía Bourne. Asimismo los problemas matrimoniales
de Leonore le dan ese giro necesario a una emergente franquicia. Innegablemente
se puede mostrar la influencia de El Imperio Contrataca ya que no sólo el
protagonista sino el trio familiar son llevados hacía el limite de sus vidas.
En la antecesora,
Bryan Mills estaba en la búsqueda de forma discreta. Además el villano consistía
en el propio comercio del secuestro. Esta vez, el antagonista es notorio y no existe
lugar para sorpresas o secuencias de reconocimiento. El constante suspenso
evolucionó a una exquisita tensión, en otras palabras, uno se encuentra al
borde de sus asientos anticipando lo peor.
El enfoque del guion
de Luc Besson es mucho más personal y me da gusto experimentar la ampliación de
los papeles de la madre e hija. Asimismo aplaudo la presencia del antagonista
porque ahora vemos un aspecto controversial en las mentes criminales de esta
nefasta industria. No sólo son criminales despiadados sino incluso poseen
sentimientos entorno a los caídos.
Sin embargo, Besson
no sólo fue el responsable de redactar esta admirable continuación sino se hizo
cargo de dirigir impresionantes secuencias de acción, actuaciones de primera
clase y una edición de acorde a la brutalidad de la temática tratada. Inevitablemente
la inspiración de las secuelas de Bourne está presente en la inestabilidad de
los encuadres y su elegancia en los combates personales.
¡Liam Neeson cumple
con las expectativas! Así es, muchos
descalabrados, brazos rotos, caídas brutales, disparos, explosiones y una
interesante secuencia de rastreo durante el secuestro. Gracias a sus papeles en
Batman Inicia y Cruzada, este actor recibió la oportunidad de dominar este género
con esta franquicia la cual residirá en una tercera parte porque Neeson oficialmente
se posiciona en la élite de Matt Damon (Bourne), Tom Cruise (M:I) y Daniel
Craig (007).
Esta vez Maggie Grace
no juega el papel de la víctima sino adopta un carácter defensivo sin descuidar
sus limitantes como una jovencita inexperimentada. Su personaje es más cálido y
la principal fuente de diversión por su etapa de adolescencia. Su momento de oro
es fácilmente la persecución en la ciudad de Estambul. Entre otros actos
sobresalientes se encuentran: el escape en los techos, la búsqueda en el Hotel
y las escenas con las granadas.
Asimismo Famke
Janssen no sólo se observa al principio y al final de la película, sino se
encuentra presente en toda la duración de la trama. El aspecto emocional es
justo lo necesario para mantenernos en un estado de desesperación ya que nos
encontramos deseándole lo mejor. Indudablemente posee una excelente química con
Neeson y a la vez, cuenta con el mejor diálogo de la película.
¡Rade Serbedzija es
un sublime villano! Sólo se necesitó de una escena con Neeson para
verdaderamente detestarlo como ser humano. Cada diálogo lo ejecuta con una
poderosa malicia física y perfecta pronunciación. Realmente es una ofensa verlo
llorar por su hijo sin importar la terrible maldad detrás de sus acciones.
En conclusión, Neeson
demostró más superioridad que todo el elenco de Los Indestructibles 2 y en el
proceso, devastó la secuela de El Legado Bourne. Indefinidamente esta secuela
debe verse por su infinito sufrimiento, cinematografía urbana, edición de
sonido y sobretodo, más palizas entregadas personalmente por el Sr. Neeson.
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