En primera instancia
debo admitir que estoy sorprendido de encontrarme con la mejor adaptación de
Quentin Tarantino. De por sí Bastardos Sin Gloria era memorable por las
actuaciones de Brad Pitt y Christoph Waltz, pero dentro de este estilo vaquero
y sin importar su extensa duración, la sangrienta travesía de Django contiene
excelente humor, poderoso drama y espectaculares coreografías de acción.
Quentin Tarantino fue
bastante ingenioso en redactar un relato situado dos años antes de la Guerra
Civil. Curiosamente podría referírsele como una precuela no oficial a Lincoln.
Los protagonistas son fenomenales mientras los villanos son una escoria
justificable. Los duelos coinciden a su época del mismo modo que las
ideologías, costumbres y el racismo. Nada parece estar fuera de lugar y por
ello se aprecia la inversión artística, cinematográfica e histórica.
Con una duración de
160 minutos, obviamente uno tendrá que hacerse la idea de mostrarse perseverante
porque cada minuto lo vale. A diferencia de otras producciones, siento que
Django no requiere de ningún corte o resumen de escenas. El equipo de edición manejó
adecuadamente el drama ya que cada uno de los diálogos se desenvuelve
satisfactoriamente en sus ángulos selectos. La edición de sonido complementa
estas situaciones y le suma realismo a la atmosfera tétrica.
El logotipo original
del estudio, los títulos en rojo y la composición musical promueven la vieja
escuela de filmación. Por tanto el director Tarantino hizo una gran labor al
reciclarlos y contagiarlos con una pizca de modernidad. Indudablemente mejoró
su capacidad de coordinación actoral porque su elenco simplemente se destaca
como el punto esencial. Se mantuvo fiel a las secuencias sangrientas e
inusualmente nos sorprendió con una gran cantidad de diversión sarcástica.
Cinematográficamente
hablando la colocó por encima de Temple de Acero por emplear ubicaciones más
atractivas, duelos más innovadores y negociaciones creativamente hilarantes.
Asimismo se inyecta un poco de moda al género y la elegancia se vuelve un
tópico novedoso de verse por su desconocimiento. Además de emplear a un
protagonista de color acompañando a un hombre extranjero en lugar de los
estereotipados hombres blancos, altos, sucios, robustos y machos.
Obviamente la
controversia la rodea con la exageración de datos no acertados, la falta de
respeto hacia las personas de color, el común denominador de que los blancos
son del diablo y la extrema violencia. No obstante, es decisión de cada
personal de verla y decidir que pensar al respectar. Por mi cuenta la consideró
filmación de alta calidad y contagio mental. Inevitablemente uno se apega al
dúo estelar, se preocupa y trata de imaginar que todo saldrá bien. Afortunadamente
las cosas no son lo que parecen y simplemente lo impredecible no existe.
Dentro del
departamento actoral, Jamie Foxx se destaca establemente como Django Freeman.
El detalle radica en su seriedad puesto que a diferencia del resto, es quien
pasa por una evolución de esclavo a caza-recompensas, cuestionándose en el
proceso el concepto de ser un hombre libre. Se muestra la confusión pero de
igual forma no se explora la esclavitud en su profundidad por concentrarse en
el objetivo de la historia: encontrar y rescatar a su mujer.
Por otra parte
consideró a Christoph Waltz como el verdadero protagonista pese a su
consideración en las categorías de Actor de reparto. No necesariamente debe
existir un protagonista, si no me equivoco Secreto en la Montaña es un ejemplo
de ello. Waltz es no secundario de nadie y exitosamente su es convencible hasta
con el uso del rifle. Es inusual verlo de persona buena pero funcionó gracias a sus tremendas tablas.
Tras estar encasillado
en el papel del villano, la elegancia de este hombre y su impecable fluidez al
expresarse le han abierto otra puerta que estoy seguro muchos no anticipaban.
Si no me equivoco en sus tres años en el cine, Waltz se encuentra en la liga de
Johnny Depp, Robert Downey Jr. y Jeff Bridges. Ya que son los de pocos actores
que lucen como antihéroes por sus registros de voces, extroversión y sarcasmo.
Leonardo DiCaprio, he
aquí otra gloriosa sorpresa cuya actuación merecía haber estado entre los
nominados a Actor de Reparto. No tengo la menor idea del por qué los miembros
de la Academia simplemente no deciden darle amor. Honestamente, el hombre acaba
de entregar a uno de los mejores villanos del año. Interesantemente no requirió
de ningún disparo sino de una sólida, explosiva y odiosa caracterización.
Siguiendo la calle de las sorpresas, Samuel L. Jackson participa con
devoción. Básicamente tiende a interactuar en papeles más simples y de acción;
en esta ocasión deja las armas a un lado, omite la simpatía y adopta un racismo
tan controversial que lo sitúan como el clásico hombre de color que odia a su propia
raza. Aun así, se distingue con creatividad.
Waltz y Foxx harán un excelente equipo pero Dicaprio y Jackson son una
esencial contraparte. Ambas parejas denotan química y sus diálogos se ejecutan
con clase. No he visto Silver Linings Playbook pero empiezo a creer que los
cuatro hombres requerían nominaciones sin importar que tuviesen que haber
competido entre sí. Como mención adicional: Kerry Washigton, Franco Nero,
Quentin Tarantino y Jonah Hill se desenvuelven con eficacia a pesar de ser
breves.
En conclusión,
Quentin Tarantino nos ha dejado un buen pedazo de entretenimiento para
disfrutarse en lo absoluto. No suele ser comunes pero por tanto, hay que aprovechar la disposición en esta temporada especial.
Es de las mejores películas a pesar de tratarse de una película que refleja un tema fuerte como lo es la esclavitud , me gusto la cinta de Quentin Tarantino, aunque maneja muchas escenas cargadas de sangre, de disparos y de pelas que deja cierta moraleja sobre estos temas polémicos.
ResponderEliminar