Era de esperarse que
la primera secuela al universo fijado en Los Vengadores no llegara a esta
altura de grandeza, pero aun así la tercera entrega en la serie de Iron Man es novedosa,
divertida y emocionante. Aunque la dirección difiera de los aspectos tecnológicos
a la evolución cognitiva, fácilmente supera a la segunda y en cierto modo trata
de mantenerse a la par con la original pese a la gran cantidad de personajes e
inspiración obvia a El Caballero de la Noche Asciende.
Inevitablemente
existen recursos obtenidos en la Trilogía de El Caballero de la Noche por
ejemplo se refiere más a Tony Stark que Iron Man, el verdadero villano se
oculta en las sombras y acude a la decepción o el teatro para propagar al
miedo, colocan al superhéroe en su punto más vulnerable, el compañero suele
apoyar brevemente y sin la ventaja de un traje, similar destrucción de la
mansión y un retorno bastante espectacular en la escena del clímax.
Muchos se refieren a
Iron Man 3 como la mejor de todas, por mi parte sigo insistiendo que la primera
sigue estando en la cima de las adaptaciones por manejar un trama tecnológicamente
realístico. Ello no significa que desapruebo la nueva dirección de Disney,
después de todo, Los Vengadores cambiaron el mundo de Stark de una forma que en
su actualidad hasta el mismísimo superhéroe sigue batallando en aceptarlo.
Este giro de
mentalidad en Tony Stark denota más humanidad. Haciendo referencia a su estilo
de vida pasada en la escena del pasado, sirvió de mucho para fijar las bases en
el superhéroe que es ahora. El sarcasmo se reduce, surge la obsesión por sus
máquinas por sentirse constantemente amenazado, los recuerdos de Nueva York le
causan ataques de ansiedad y curiosamente es ignorado por el Gobierno por
encontrarse aliado con Los Vengadores.
Diversas temáticas
son presentadas y desarrolladas por completo, quizás el estilo no sea del
agrado de muchos porque representa más drama y menos acción de lo acostumbrado,
no obstante es entretenimiento sólido por omitir la participación de SHIELD. Se
agradece este enfoque centrado y se
aprecia el segmento posterior a los créditos, aunque también me decepciona por
no revelar una pizca del futuro a venir. Por lo visto todavía es temprano, pero
la risa originada por el cameo de Mark Ruffalo nadie me lo quita.
En cuanto al nuevo
director, Shane Black toma las riendas de Jon Favreau y convierte esta adaptación
en una secuela más dura. El sarcasmo continúa desarrollándose con agrado pero
su verdadero resalte se da en el manejo de los sentimientos. Anteriormente me
había quejado de la frialdad expresada en la segunda, pero aquí Black hace buen
trabajo en desatar a los demonios de cada uno de los actores. Inclusive el
suspenso te pone de nervios y en el proceso logran robarte dos asombrosos
sustos.
El peligro se ve real
y se siente de tal modo por la edición. La secuencia de la Mansión de Malibu,
el rescate en el avión y el clímax se posicionan como secuencias difíciles a
vencer en el departamento de efectos especiales. Me brinca estar a inicios de
verano y estar viendo un contexto navideño. Un poco conflictivo al promover el
producto donde curiosamente los adornos navideños no son notorios. Quizás por
estar concentrado en el suspenso, no le preste atención al fondo.
La música mejoró y el
diseño se lució con los diversos trajes de Iron Man. Básicamente este elemento
se colocó para compensar la multitud de superhéroes y funcionó porque no sólo
promueve la innovación sino formó parte de un buen festejo de fuegos
artificiales. Otra similitud con El Caballero de la Noche, haciendo referencia
al cuarto de comunicaciones celulares.
Nuevamente Robert Downey Jr. demuestra ser la estrella de la función y
se toma un gran riesgo al darle esa otra cara a Tony Stark. Mostrarse más
necesitado, incompetente y volver a empezar desde “cero”. Existe un error
porque las bases ya estaban fijas por lo tanto la sorpresa colectiva al final
elimina el cero por completo. Su alianza con el niño es hilarante, comedia pura
al 100%.
Esta vez me extraño la ausencia de dinamismo con Gwyneth Paltrow, se
optó por más seriedad y distanciamiento. Lo cual le dio madurez a su relación.
Cabe destacar que Paltrow juega un papel central y finalmente se le da la
oportunidad de ser parte de la subliminal acción. Hasta el momento Guy Pearce se le da la oportunidad de hacer mucho más
en el papel de villano de lo que Jeff Bridges y Mickey Rourke hicieron. Excelente
trabajo de su parte.
Una ligera queja es
que los actores de reparto se multiplican ocasionando que algunos sean
desaprovechados. Principalmente Ben Kingsley, cuya distinta interpretación y
agradable interpretación como El Mandarin decepcionará a los conocedores de los
comics. Rebecca Hall sólo funciona de relleno y sus intenciones no se logran a
comprender del todo. El ex director Jon Favreau cumple con una breve comedia.
El tópico fuerte a
tratar es la reducción de Don Cheadle en el traje. Su desenvolvimiento
preferente como soldado me hace creer que no existe mucha fe en el futuro de
Iron Patriot o War Machine. Obviamente se le da su lugar pese a su función de mercadotecnia, pero al
final del día es una película de Iron Man.
De aquí en adelante
se nos queda incierto el futuro de Tony Stark, la conclusión nos ofrece muchas
perceptivas que solamente sabremos en Los Vengadores 2. De que estoy
interesado, lo estoy pero entretanto me mantengo en espera de Thor 2.
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