Valentín es un hombre viviendo la vida sin responsabilidades en
Acapulco. Invadido de fobias por los métodos extremistas de su padre y una
falta de compromiso, repentinamente le llega uno de sus antiguos amores con un
bebé en brazos. Tras revelarle que se trata de su hija, la mujer decide
abandonarlo sin razón alguna y en el proceso, Valentín cruza la frontera con
tal de regresarla con su madre pero por causa del destino, se ve en la
necesidad de quedarse para mantener a su recién adoptada hija.
Quizás los primeros minutos nos hagan sentir que se trata de una
comedia exagerada pero en cuanto el giro sucede, el drama comienza a hacer de
las suyas contagiándonos de momentos cómicos. Por tanto se aprecia el esfuerzo
de Eugenio Derbez por darnos el mejor recorrido posible en las vidas de estos
personajes cuya conexión padre e hija se desenvuelve exitosamente.
Lo único que quizás señalaría sería su flexibilidad, por decir,
existen referencias a sus trabajos anteriores y se realizan críticas
contextuales de las cuales sólo la audiencia hispana podría comprender. Comprende
se dirija a un audiencia infantil pero eso no significa que los tonos se puedan
profundizar. En otras palabras, el guion no logra desenvolverse en todo su
potencial por ser de naturaleza liviana.
Inclusive el mismo Derbez expresó haber adoptado el humor suave para
apelar hacia la demografía americana, lo cual funciona, pero si hubiese tomado
el riesgo de reducir los sucesos burlescos por un tratamiento más personalizado,
hubiésemos tenido una obra maestra porque los ingredientes ahí estaban para
hacerla de buena a perfecta. Aun así, se disfruta y orgullosamente se
recomienda.
Los aspectos técnicos, cinematografía, música y hasta vestuario
cumplen con los parámetros. Interesantemente creía que no saldrían de Acapulco
pero resultó ingenioso su cambio de entorno. Tal parece el cine mexicano anda en una
extraordinaria racha puesto que actualmente ha recaudado $ 34 millones de dólares
para convertirse próximamente en la película mexicana más taquillera de los
Estados Unidos. Eso que todavía falta ver su trayectoria en su país.
Destacándose en su experiencia, Eugenio Derbez cumple con las
expectativas y hasta recurre a sus viejos trabajos para personificar a
Valentín. Por otro lado, Loreto Peralta es una gran revelación como Maggie y su
química con Derbez es formidable aunque carente de seriedad por describirse
como una relación mayormente juguetona. Sin malinterpretarse, ese amor entre
padre e hija es evidente aunque la naturaleza del filme hacía lo tenía
estipulado, de lo contrario, no concluiría sorpresivamente.
Cabe señalar a Jessica Lindsey porque a pesar de tener un severo
antagonismo, logra reducirlo por las emociones expresadas en su mirada
conflictiva. Entre otros: Daniel Raymont, Alessandra Rosaldo, Hugo Stiglitz,
Sammy Pérez y Karla Souza contribuyen asertivamente en cada escena, pero
nuevamente su existencia es meramente para generar risas. Así que
familiarmente, es perfecta para los niños si es que no captan los dobles
sentidos.
En conclusión, no será una obra maestra como El Laberinto del Fauno ni
tampoco la comedia del año a la Nosotros Los Nobles, pero el título le hace
justicia a la producción de Eugenio Derbez porque verdaderamente resultó ser una
buen relato con segmentos divertidos con un emotivo e inesperado final que posiblemente hará llorar a algunas personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario