domingo, 26 de enero de 2014

Crítica de El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street)


Después de varias semanas de escuchar distintos comentarios sobre esta comedia dramatica nominada a  cinco Premios Oscar, decidí acudir al cine a darle una oportunidad. Debo admitir que su larga duración de tres horas con su temática de finanzas me tenía en duda, aunque sorpresivamente la constante adrenalina en su trama fusionada con el humor negro, hicieron que este relato verídico se nos pasará así de inmediato.

Desde que inicia te mantiene al tanto de circunstancias de cada escenario que es difícil perderse. La introducción de Jordan R. Belfort es uno de los mejores tratamientos que un personaje puede recibir. Las memorias de esta figura pública y controversial son la fuente principal de donde se apoyó el guionista y por tanto la transición se aproxima bastante a la realidad de ese contexto. Gracias a Terence Winter, ahora podemos comprender la vida y profesión de un corredor dentro de la Bolsa de valores.

La adaptación no sólo se enfoca a la relación laboral sino a los aspectos tanto familiares como políticos. Comportamientos degenerativos a toda costa entremezclada con la doble moral y el exceso de beneficios. Verdaderamente te pone a pensar si este es el sueño americano al que todos aspiramos. Atmosféricamente hablando, es una película completa en el término de su palabra. Perfecta en su edición.

Martin Scosese ha estado en una excelente racha, no sólo intensifica su estilo sino decide correr el gran riesgo de manejar un humor sucio, sarcástico, vulgar, sexual y persuasivo. Aquí la narración en primera persona es constante y los discursos van y viene como el dinero. Es fiesta tras fiesta, tríos, orgías, desnudez, groserías, golpizas, drogas, fraudes, robos, todo lo que se nos ocurra pasa por aquí, principalmente cada asunto que tenga que ver con el sexo es brutalmente explicito.

No que llegue a asustar pero el modo de estar viendo tales escenas gráficas interpretadas con tanta espontaneidad te pone a analizar que hay empresarios o trabajadores que realmente cuentan con esa mentalidad. Hoy en día nuestros senados y diputados protagonizan estos tópicos pero que empresas como Wall Street fuesen de esa naturaleza ilusiva, me pone a cuestionar que el interés económico de no sólo América sino de nuestras naciones, está mal administrado.    

Cualquiera que la vea podrá comprender mi postura pero básicamente ese es sólo un punto de vista. Aquí el factor interesante es conocer las diversas concepciones alrededor de su contenido. Inclusive muchos presentirán por las opiniones que circulan al respecto, me negaba a creerlo hasta que fui a verlo. Y es raro salir del cine habiendo aprendido algo y aun más haber generado una opinión personal sobre lo presentado.

Enfocándome al complemento narrativo del cual no tuviera trascendencia si no fuera por su talento actoral, confieso que Leonardo Dicaprio no sólo cumple con nuestras expectativas sino se coloca en otro nivel completamente distinto a lo visto. Su papel no se basa en su elegancia ni su bello rostro, nada de eso, su desenvolvimiento está en su lenguaje corporal y articulación en sus palabras. Habrá cosas sin sentido pero él de una manera le da relevancia, trata de convencernos que lo malo es bueno y lo bueno es malo. Así de enfermizo el asunto.

No es el típico antihéroe carismático, cuesta trabajo comprenderlo, pero como siempre habrá personas que lo admirarán por su audacia en hacer dinero mediante su oferta y demanda. En sí, el que me haya hecho una forma de pensar sobre él, sea bueno, mala o neutra es fácilmente un logro para Dicaprio porque me hizo fijarme en Belfort, ver su visión y maneras de llevarla a cabo. En pocas palabras, conocí al hombre y me hice una opinión fuerte en cuanto a su conducta.

En cuanto al reparto secundario, mis respetos para cada uno de los integrantes y hasta los extras. Jonah Hill muy merecedor de su segunda nominación, Margot Robbie por no ser la típica rubia, Matthew McConaughey poco pero seguro, Kyle Chandler eficaz como siempre pese a estar encasillado;  asimismo Rob Reiner, Jon Favreau, P.J. Byrne, entre otros. Tanto Dicaprio como Scorsese hicieron una tremenda labor en autentificar a cada uno de su personal involucrado, incluyendo a los técnicos.  

Quien hubiera anticipado que su quinta colaboración traería consigo este giro vulgarmente extremista en sus carreras. La palabra F tiende a mencionarse cada rato como pan caliente y lo curioso es que no llega a ofender. Tantas cosas inimaginables hechas realidad, definitivamente se recomienda verse pero no enfrente de los niños. En conclusión, no será la mejor de la nominadas pero si la más provocativa debido a su núcleo ego-centrista.  

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