Por causa de un acto extremista,
el Dr. Will Caster se ve infectado de radiación sin posibilidades de curarse.
En orden de salvarlo, su esposa Evelyn se apoya en uno de sus proyectos de
investigación tecnológica el cual consiste en transportar su conciencia a un
servidor. A partir de ese momento es cuando la inteligencia artificial de Will
se ve cuestionada por desconocerse si se trata de la misma persona o sólo es
una versión peligrosa de esta.
El director Wally Pfister
será nuevo en este oficio más su experiencia en las cinematografías de la trilogía
de El Caballero de la Noche y El Origen le ayudó bastante a crear un universo
digitalmente fantástico. Son tantas las teorías o hipótesis que abarca el guión
de Jack Paglen que debo admitir que su fondo va más allá de la superficialidad
emocional en la película Ella. Pese a carecer de acción, la trama se desenvuelve
con buen ritmo.
Uno creería perderse dentro
de este contexto cibernético, afortunadamente su contenido es fácil de digerir.
No se requiere comprender los conceptos o tecnicismos, básicamente es lo que
radica en nuestra actualidad. Algunos captaremos las referencias mientras otros
apenas las descubriremos, lo que sí es que su ingeniosa narrativa nos mantiene
a la vanguardia del futuro. De sólo pensarse da miedo, pero no está lejos de
suceder.
Trascender es la clave de
la inmortalidad, jugar a ser Dios, reparar lo descompuesto con la ciencia y nanotecnología
pero a su vez con dominio y poder. Imaginen las cosas maravillosas que se
podrían diseñar… regenerarse, volver a
caminar, recuperar la vista, limitar las emociones y a su vez estar vinculados
dentro de una mente colectiva. Como podrán analizar, son temáticas sugestivas
de las cuales causaran toda clase de efectos.
Johnny Depp será el
protagonista por nombre pero me temo que Rebecca Hall termina siendo la gran
atracción. Su genuina desesperación por llenar ese vacío la hace una identidad
difícil de congeniar. Obviamente podemos sentir en algún momento simpatía, pero
son sus acciones y creencias las que nos hacen cuestionarnos de su humanidad
cuando debería ser eso más el caso de Depp en su papel de Will.
Al principio ambos
comparten una profunda dinámica, posteriormente del giro de eventos, la tensión
va incrementándose con espontaneidad. La belleza de Hall como Evelyn se ve
opacada con confusión mientras el supuesto ingenio de Depp se torna
misteriosamente amenazante. En otras palabras, ellos dos representan el
perfecto balance de este constante suspenso.
Sorpresivamente Kate Mara
sobresale entre el elenco secundario con su integridad y rudeza. No puedo
evitar sentir que aun así en compañía de Paul Bettany, Cilliam Murphy y Morgan
Freeman se sintieron desaprovecharon. Su incrustación en la línea histórica no
es tan impactante debido a su única función. No se nos da el tiempo de apelar a
su conciencia, sólo se asume que la aceptaremos en un instante. Sin embargo, el
desenlace los vuelve a poner en tela de juicio.
El esquema no difiere de
cualquier película de ciencia ficción, ello me sorprende por la involucración
de Christopher Nolan ya que suele hacer excepciones. Visualmente es
extraordinaria por sus montajes digitales y secuencias explosivas, hubo mucho
esfuerzo por los actores por mantener a flote la tensión pero me temo que al
final será percibida como otra historia pasajera de su género.
Al menos nos hace cuestionarnos
del acelerado desenvolvimiento de la tecnología.
Las series de acción son las más padres.
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