Para quienes
encontraron la original un tanto desaprovechada, alégrense por esta secuela ya
que ahora sí se hizo buen uso del sugestivo concepto reparándose así los
errores, desencadenándose una buena
historia y eligiéndose quizás uno de los mejores elencos en cuanto al género.
Lo sé, para qué yo hablé así de una película de asesinatos y más tratándose de
una segunda parte, es porque su presentación me cautivó de inicio a fin.
La trama trae consigo
un tema a debatirse seriamente debido a los pros y los contras, obviamente yo
estoy en contra de tales acciones de “depuración” pero en momentos uno se deja
cuestionar. Brutalmente es autocrítica y no sólo de forma individual sino
socialmente contextual y políticamente gubernamental. Empiezo a notar bases
para una futura rebelión a la Divergente o Los Juegos del Hambre, pero aplicado
desde el enfoque del horror.
Universal Studios vio
el potencial que existía en la original y dada a su impresionante taquilla,
optó por dejar al propio director y guionista James DeMonaco que continuará con
su trabajo pero no de forma limitada, sino libre y con profundidad,
especialmente en el desarrollo de personajes porque en el momento se nos es
fácil conectarnos en un plano emocional con los actores, inclusive compartimos
su sufrimiento, miedos y hasta derramamos algunas lágrimas.
James DeMonaco le
inyecta más velocidad a su dirección provocando una atmosfera bellamente tensa.
Es dolorosa de ver pero esa es la intención, presenciar aquella batalla de
sobrevivencia que algún día podría tornarse realidad si la ciudadanía se
descuida. De sólo imaginarlo, comenzamos a temblar al menos los pobres puesto
que los ricos no tienen nada que temer o eso nos lo hacen creer. Fácilmente sus
escenas en conjunto con las del Ejército se caracterizan como las más
controversiales.
Después de participar
en La Noche Más Oscura y Capitán América 2, Frank Grillo finalmente recibe su
gran oportunidad de protagonizar y vaya que excede las expectativas. No
cualquiera puede hacer acto de presencia en un suspenso de horror pero Grillo
lo hace con tanta seriedad que realmente llegamos a comprender al hombre a
quien interpreta, en ese caso a Leo Barnes. Sin importar su peso en la acción,
físicamente revela más de lo que a simple vista se presume saber.
Carmen Ejogo y Zoe
Soul nos conmueven por esa relación de madre e hija en aprietos.
Interesantemente se definen como la moral, la fe y la inocencia en este mundo criminal. En cuanto a la pareja de Zach Gilford y Kiele
Sanchez, transmiten esa sensación de que sus personajes simplemente estaban en
el lugar equivocado y en el tiempo equivocado. Este elenco de cinco personajes,
es la razón por la cual la historia cobra vida y trasciende en el plano
emocional.
Visualmente se nos
ofrece un panorama más callejero de lo que sucede durante las doce horas de
esta purga ficticia. La edición de sonido tiende a robarnos uno que otro susto
gracias a la intranquilidad creada por la música compuesta. Hubo algunos vestuarios que se reutilizaron,
especialmente lo de las máscara, sin embargo eso no les afecta para nada en su
creatividad. Indudablemente existe un incremento de calidad en las secuencias
de acción.
En conclusión, Universal
Studios tiene en sus manos una nueva franquicia; de qué tiene futuro, lo tiene.
El detalle en sí será saber cuándo y cómo terminarlo. Espero no cometa los
errores de Juego Macabro o Actividad Paranormal, porque es evidente el rumbo
hacia la tercera siempre y cuando se tenga la visión inafectada por el factor
comercial.
El elenco arranca con
una decente premisa pero cierra con fuerte suspenso.
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