Más vale tarde que nunca. Una de las razones por no acudir al cine a verla
fueron los efectos especiales. Durante mi niñez quedé fascinado con la película
original de 1990 por su estilo serio, artístico y manejo de trajes. Han pasado
casi 20 años desde la última entrega, omitiendo la animación TMNT, y era de
esperarse que este reinicio tuviera un enfoque digitalmente moderno y más
explosivo en las manos del productor Michael Bay.
Tras finalmente verla, debo confesar que la cinematografía no estaba tan
mal después de todo. Quizás fueron las intrépidas secuencias de acción en
conjunto con el buen humor lo que hicieron de esta travesía una aventura
satisfactoria. Además, no se requiere quebrarse la cabeza para entender la
trama ni tampoco se trata de revivir los orígenes desde otro punto de vista.
En cierta manera, los guionistas Josh Appelbaum, André Nemec y Evan
Daugherty fueron sensatos en meternos de lleno a los sucesos en lugar de retrasarnos
con explicaciones. Creo que la mayoría podría coincidir en que se trata del
perfecto antídoto para aplacar el estrés. Para los aficionados de esta serie,
probablemente sientan un poco de nostalgia por encontrarse nuevamente frente a
sus personajes favoritos.
Desde luego cuenta con un respaldo histórico; simple y directo en su forma
de ejecutarse. Jonathan Liebesman decide cautivarnos primeramente con misterio
seguido de una energética introducción de la cual inmediatamente se engancha a
secuencia tras secuencia de combate, acción, destrucción… y en cada uno de
estos actos, nunca falta la comedia. Te ríes porque te ríes.
Anteriormente el director Liebesman se había dado a lucir con Batalla: Los Ángeles,
sin embargo obtuvo el beneficio de la duda ante Furia de Titanes 2. En el mismo
modo de Megan Fox, Bay decidió darle una oportunidad de reivindicarse y vaya
que no la desaprovechó. De antemano sabíamos que no estaría a la altura de
Guardianes de la Galaxia, pero al menos es una notable mejoría entre Los
Pitufos, Scooby Doo y Alvin y Las Ardillas.
Otro de los aspectos que nos hace apreciar este esfuerzo comercial consta
en la selección de su elenco. Interesantemente fui de aquellos que no quedaron
conformes con la forma en que presentaron a Megan Fox en Transformers y mucho
menos que la hayan sacado de tan brutal forma. Independientemente de sus malos comentarios,
la actriz merecía esa oportunidad de crecer y me da gusto que en su exilio lo
haya hecho porque en esta ocasión, la película funciona gracias a ella.
Esta readaptación gira entorno a April O’Neil y Fox aprecia cada aspecto,
cualidad y complejidad de este personaje. A través de ella nos conectamos no
sólo con la narrativa sino con el resto del elenco. Fox ya no es el símbolo sexual
que se nos solía bombardear, ahora su postura es la de una mujer inteligente y
segura pese a ser percibida de otra forma. Tanto en suspenso como acción, sabe
su papel y por tanto obtiene su segundo aire.
Will Arnett será un personaje de reparto pero su comicidad lo hace destacar
en algunas escenas, especialmente cuando se estampa en la nieve por andar
viendo seductivamente a su compañera. Whoopi Goldberg está básicamente de paso,
me hubiese haber visto más de ella porque de que había tiempo, lo había.
En cuanto a los villanos, William Fitchtner y Tohoru Masamune cumplen con las
expectativas en planos diferentes. Por ejemplo: Fitchner se va por lo
emocional-económico mientras Masamune opta por la violencia y el terror.
Excelentes complementos. Obviamente Masamune brilla más por interpretar a un
todavía más poderoso Shredder.
Alan Ritchson, Noel Fisher, Jeremy Howard, Pete Ploszek y Johnny Knoxville
hicieron una tremenda labor como las Tortugas Ninja. Cada uno de ellos son
exactamente como siempre nos lo hemos imaginado: Rafael, Michelangelo,
Donatello y Leonardo. Fácilmente los ubicamos por sus establecidas
personalidades y sus bromas son tan espontaneas que nos contagiamos de la risa.
Es durante el tercer acto donde nos damos cuenta del verdadero potencial de
esta franquicia.
Era evidente que un reinicio era necesario y por tanto las Tortugas Ninja
no es lo que creemos que será, es mucho más cómica, elocuente y feroz. Vale la
pena verse no sólo para pasar el rato sino para alegrarse el día.
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