El exitoso y cínico
abogado Hank Palmer se ha creado una mala fama por defender y dejar en libertad
a varios criminales. Durante su último juicio, se ve inesperadamente
interrumpido por una llamada de emergencia lo cual lo obliga a regresarse a su
pueblo natal para acompañar a su familia ante el fallecimiento de su madre. En
el proceso Palmer no sólo se enfrentara con su padre, a quien no ha visto en 20
años por asuntos inconclusos, sino tendrá que hacer a un lado su orgullo para salvarlo
de una terrible sentencia.
Debo confesar que no
esperaba tanta comicidad dentro de esta trama familiar disfuncional, ahora veo
porque la selección de David Dobkin como el director ya que su fórmula utilizada
en Los Caza Novias encajó a la perfección. En ningún momento se torna anti
climática sino lo opuesto, se compensa la atmosfera tensa y a su vez profundiza
en las interacciones sociales y conductuales de los involucrados.
En términos legales
es fascinante por la ejecución de los conceptos; el guionista mantiene algunos
secretos por debajo de la manga y poco a poco los revela dándole ese giro
impredecible en su narrativa. Los diálogos van de acorde a cada personaje, las locaciones
se complementan con los sucesos y los personajes nunca se pierden en el fondo
de la tragedia, sino se benefician de cada imperfección de esta.
Existe mucha
espontaneidad en el elenco y asumo se debió a la flexibilidad del director
Dobkin. Su sintonía con el guión, la fotografía y el sonido se da con naturalidad
dándole ese buen ritmo. Para tener una duración de 2 horas y 20 minutos,
sorpresivamente no se siente el tiempo en lo absoluto. Uno simplemente disfruta
de este extraordinario desenvolvimiento cinematográfico desde cualquiera de sus
aspectos técnicos o temáticos.
En primera instancia,
Robert Duvall se posiciona como el corazón de la película; es cierto que Robert
Downey Jr. es el principal pero es por causa de la poderosa caracterización de
Duvall por lo cual Downey sorprende con una postura compleja. Ambos caballeros
nos conmueven y a su vez nos hacen reír. Sus roles de padre e hijo van a la par
que nos mantiene en constante análisis. Queremos cerciorarnos del por qué actúan
de tan prepotente forma, antes de catalogarlos.
Las cosas no son lo
que parecen en esta película y por tanto otro de sus grandes logros consiste en
que todos los personajes sin excepción, cuentan con varias facetas y la mayoría
impulsadas por lo que se nos dice del pasado. Las primeras impresiones son
engañosas: Vera Farmiga, Vincent D’Onofrio, Jeremy Strong y Billy Bob Thorton no
son lo que aparentan a simple vista y uno se da cuenta conforme entramos al
tercer acto.
El primer acto avanza
con superficialidad mientras el segundo establece las problemáticas y centra
las interacciones para poner en marcha la magia durante el intenso acto final.
Indudablemente es un contenido sólidamente dirigido y actuado que uno no puede
perderse, especialmente si se es amante del drama legal y se goza del buen
humor. En cuanto a posibles
nominaciones: Robert Duvall merece estar en la categoría del Mejor Actor.
Además de recomendar esta película por el reparto, que en lo personal me parece excelente. The Judge ,es una película que te va a mantener cautivo, con el drama familiar que presenta. Un tema real con el que muchos quizá se identifican y de ahí puede ser el éxito de esta producción.
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