No soy un fanático
del futbol americano, con duras penas puedo sentarme a verlo por unos minutos
ya que nunca he visto un partido completo, ni siquiera el Superbowl y cuando lo
hago sólo por excusa de los comerciales y los avances de películas. Sin
embargo, en la tradición de Moneyball, esta adaptación no trata directamente
con este deporte sino su núcleo yace detrás de la acción.
En palabras
sencillas, la trama consiste en la administración que se lleva a cabo en
conjunto con las decisiones y la tensión con que lidia un Gerente General y
parte de su equipo con el objetivo de armar un equipo capaz de competir por el máximo
campeonato. La línea de tiempo es aproximadamente de medio día y durante ese
transcurso vemos toda clase de circunstancias, inclusive personales.
Kevin Costner
interpreta al Gerente Sonny Weaver Jr. quien se ve obligado a desechar sus proyecciones
en orden de asegurar una “valiosa” primera elección. Presionado por el dueño,
sus colegas, jugadores, la muerte de su padre a quien despidió e incluso su
novia recién embarazada cuya relación peligra, Sonny no la tiene nada fácil y
Costner hace un magnífico trabajo en proyectarlo con tanto porte.
Jennifer Garner es un
excelente complemento a este ingenioso relato, su relación con Costner es
dinámica y fluida pese a estar separados la mayor parte. Indiferentemente de
esta situación, ambos lucen solos pero juntos se vuelven una pareja exquisita. Si
no me equivoco, Garner cuenta con dos frases memorables debido a la comicidad
involucrada.
En el papel de la
mamá, Ellen Burstyn alza la tensión beneficiando a Costner. Un poco indirecta
pero indudablemente efectiva por su toque emocional, haciendo referencia al
clímax. Asimismo Frank Langella cumple con la misma función, no se requiere
tanto de su presencia porque lo poco que está es suficiente para validar el riesgo
que corre nuestro protagonista.
Irreconocible está
Chadwick Boseman, posteriormente de haberse sacado la lotería en el Universo de
Marvel, el actor de 42: La Historia de Jackie Robinson nos contagia con su
humilde emotividad. Ahora entiendo porque su selección como la Pantera Negra.
Cabe destacar a Denis Leary, Terry Crew y Arian Foster ya que este resulto un reparto
preparado.
Debo aplaudirle a
Ivan Reitman por su sencillez en que dirige esta trama. De principio a fin se
siente cada acto y secuencia con naturalidad. Los diálogos encajan en los
actores y a su vez se desenvuelven de acorde a la demanda del contexto. La
atmosfera es caótica pero sarcástica, lo cual es maravilloso saber que uno se
la puede pasar tan bien gracias a su creativo humor.
Obviamente es una
narrativa ficticia aunque sus bases están fundamentadas en la historia del
deporte, aquí quienes son aficionados lo sabrán al concebir la referencias. La
edición es fascinante dado que el encuadre suele partirse en dos cuando dos
individuos se encuentran interactuando a través del teléfono. A veces el
individuo de un encuadre pasa por encima del otro, lo cual lo torna ingenioso y
en el proceso se vincula con su ritmo veloz.
No será una obra
maestra, pero al menos es divertida, informativa y dramática. Cualquiera puede
disfrutarla sin conocer del fútbol aunque quizás requieras de un poco de
asesoría en cuanto a la mecánica de este tradicional sorteo. Aquí podría
aplicarse mi frase ya que Desición Final termina siendo directa, sencilla y
efectiva.
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