Este año ha sido
bastante importante no sólo para los cristianos sino para la Industria
Cinematográfica porque hubo cinco producciones bíblicas por así referírseles y
cuatro se tornaron éxitos a su propia manera mientras la última se anticipa le
vaya modestamente a partir de este fin de semana.
Enfocándome en una de
estas, dado que es la única cuyo contenido viene directamente del New York
Bestseller de Todd Burpo y Lynn Vincet, la mayoría ya estará familiarizado con
El Cielo Si Existe o a lo mínimo conocen la película. De hecho así fue como di
con la novela, sentí la curiosidad de profundizar en el testimonio de los
Colton.
Nos sobran las
teorías con respecto a la vida después de la muerte, el cielo o el infierno,
testimonios inimaginables y las sagradas escrituras. Me temo que a pesar de la
abundancia, no existe una ciencia exacta que nos descifre esta realidad de los
seguidores de Jesús. Todo se resume a fe y a que tanto estarías dispuesto a
aceptarlo.
Confieso que si le
sufrí un poco mientras la leía, no ante el estilo narrativo ya que el padre de
Colton hace lo posible por describirnos aquellas revelaciones con sutileza.
Después de todo, Todd es nuestro punto de enfoque y a través de él vamos
comprendiendo las palabras de su hijo las cuales nos extendiendo un poco más
nuestro grado de conocimiento sobre Dios.
Se hace hincapié en
la imagen de Jesús, la ropa, las alas que recibiremos, las espadas de los
ángeles, la visión sobre la futura guerra, el tiempo relativo entre Tierra y
Cielo, la pérdida de una vida en un aborto accidental, el trono de Dios, la
eterna juventud, las bendiciones del Espíritu Santo, el amor hacía los niños,
el ascenso hacía el paraíso, cero oscuridad, infinidad de colores, absoluto
bienestar, animales presentes como el Caballo de Jesús, figuras históricas
entre otras temáticas.
Un escéptico la desmentirá
por carecer de fundamentos científicos o quizás podría darse la oportunidad de creer
porque un niño de cuatro años no podría acumular tanta información descriptiva.
Es obvio que este fascinante contenido va más allá de su imaginación. Obvio que
podría acusarse a Todd de falsificar su relato; de mi parte a como yo la veo,
es una fuente 100% verídica.
Curiosamente la
película selecciona las circunstancias esenciales y las desenvuelve bajo un
lineamiento cronológico. Los eventos no se desencadenan en días o semanas, la
realidad fueron meses y hasta posibles años. Los sermones, la administración de
la Iglesia, el periodismo, las dudas de Todd, la percepción de Sonja y hasta los buenos golpes de Cassie no se mencionaron
en lo absoluto.
A cómo le entiendo,
Todd nunca dudó de su hijo, al contrario, mostró su asombro en conjunto con su
esposa de esta maravillosa experiencia que relataba. Sin este giro, a lo mejor
no hubiéramos conectado con los protagonistas. En cuanto a Nancy, Jay, Michael,
Charlotte, Ray y Lee, siquiera lees sus nombres. Aquí es donde claramente el
director y guionista Randall Wallace metió de su cosecha.
Wallace es un maestro
en esta clase de dramas, para quienes lo desconocen el estuvo detrás de
poderosas historias tales como Corazón Valiente y Fuimos Héroes. Su acercamiento
fue simple: movernos como si de verdad existiera el cielo. Y lo mejor de todo, añadiendo
el humanismo en compañía de la duda tal como Ridley Scott lo hizo con Éxodo.
Muchos le huyen y
otros se pierden, el punto en sí culmina en sólo creer. Esto es la maravilla de
esta adaptación, que trasciende no sólo para el lector, sino para toda clase de
familias o inclusive las una congregaciones. Gracias a este guión, cada uno de
nosotros formamos parte de este suspenso ya que se nos es fácil identificarnos
con algunas cuestiones.
Observando que sólo
Todd y Colton eran los principales en la novela, Greg Kinnear y Connor Corum tenían
mucho peso a gran diferencia de Kelly Reilly y Lane Styles, quienes quedaron
con flexibilidad puesto que sólo se hacen referencias a sus nombres más nunca
sobre sus acciones o comportamientos.
Afortunadamente el
profesionalismo de Kinnear en conjunto con su experiencia al actuar con niños
le ayudó mucho a proyectar ese contagio emocional. Por otro lado, Corum te conmueve con la
sensibilidad expresada en su rostro. Una sola mirada y te parte el corazón y no
sólo lo menciono por la secuencia del hospital.
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