Cheryl Strayed decide recorrer cientos de millas del Pacific Crest
Trail con el objetivo de superar su divorcio, aceptar la muerte de su madre y ponerle
fin a su comportamiento autodestructivo. Difícil de creer, se trata una travesía
personal llena de emoción, tristeza, conocimiento y valentía. Todos lidiamos
nuestro sufrimiento de diferentes maneras e inesperadamente esto le funcionó a
Cheryl.
Más que el viaje a pie, la esencia en sí venía del corazón de la autora.
Sus pensamientos en sintonía con su delicada personalidad. Algo de lo cual Nick
Hornby debería sentirse orgullo por haberlo extraído de la novela biográfica de
Cheryl. El tiempo aquí jugó un papel primordial en la forma de desenvolverse la
trama, ya que el recorrido es intercalado con varios vistazos al pasado.
En ningún momento se siente que se alenté el ritmo, al contrario, esas
pausas nos hacen conectarnos con el personaje y el ambiente a su alrededor. Seguramente
habrán varios que se sentirán identificados mientras otros pudieran encontrarla
fascinante por la espontanea sobrevivencia puesto que Chery no tenía la más
mínima idea de cómo hacer senderismo.
Las diversas temáticas encontradas nos despertarán el interés no sólo
hacía Cheryl sino hacía nosotros también con respecto a nuestra posición hoy en
día, ya sea tomando en cuenta nuestras desgracias y errores. El autoanálisis es
inevitable lo cual nos asegura que al final habremos aprendido a quizás ver las
cosas con otra perspectiva.
Hubiese parecido fácil para el director Jean-Marc Vallée, pero desde
la primera escena en el desierto, uno se da cuenta de la excesiva presión por transmitir
ese tono de interés en la novela. No sólo era grabar a una mujer caminando, era
dirigirla como si de verdad se tratase de la misma Cheryl de 1995. Inexperimentada,
conflictiva, pérdida y angustiada en medio de la nada.
Por tanto hizo una buena mencuerna con Reese Whiterspoon quien en el
proceso consiguió su mejor actuación. Desde que ganó el Oscar por Walk The Line,
había desaparecido del radar pero gracias a su iniciativa en interpretar a Cheryl,
logró su merecedora segunda nominación. Es obvio que tampoco fue fácil, la misma
actriz lo confesó y el esfuerzo es evidente en la pantalla.
Lo que ayudó bastante a esta adaptación era que tanto Vallée,
Whiterspoon y Hornby estaban en el mismo canal. Mandaron al olvido el esquema
de Hollywood y se tornaron hacía una edición directa. Encuadres un poco
temblorosos, libre de maquillaje a excepción de las heridas y sobretodo mostrar
la naturaleza de las locaciones tal como son.
Tampoco descartemos a Laura Dern como la madre Bobbi, la veterana
parece haber agarrado su segundo aire con Bajo La Misma Estrella porque hasta
obtuvo una nominación por Actriz de Reparto. Una sorpresa de último momento
pero igualmente merecedora porque pese a su brevedad, cubrió cada una de las facetas
demandantes del papel.
Concluyo en que Wild es un drama de sobrevivencia y superación
personal que se toma su tiempo en desenvolverse. Nunca cansada, siempre
intrigante. En ningún momento puedes separarte de esta extraordinaria travesía,
especialmente por Whiterspoon quién te roba la atención desde el primer instante
en que comienza a caminar.
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