En el esquema
tradicional de las antecesoras, nos embarcamos primero a la familia
disfuncional del ex agente Bryan Mills. Ahora, tanto madre como hija ocultan
secretos muy importantes que le darán otra perspectiva a Bryan quien sólo
quiere regresar con la mujer a quien siempre ha amado y seguir presente en la
vida de su hija.
Desafortunadamente,
cuando todo parece compaginarse sucede lo inesperado, aunque en este caso
podría decirse lo esperado ya que se optó por revelarse la tragedia de Leonore
en los avances como un medio de enganche. En plena función resultó contraproducente
porque la atención del primer acto giraba en torno a ese momento. En otras
palabras, adiós al elemento sorpresa.
Fue un duro
sacrificio y hasta innecesario, después de todo lo que le costó a Bryan
salvarla en Estambul sólo para sacarla abruptamente en los primeros minutos. Siento
que todavía había mucho potencial en Leonore como para haber creado la
atmosfera sentimental a través de su funeral. Lo mismo con el actual esposo
Stuart quien tras una aparición en la original, regresa con un poco más de
peso.
Otro aspecto negativo
sería haberse quedado en Los Ángeles ¿Qué pasó con las locaciones exteriores? No
se viajó a ningún lado y por tanto no pude evitar sentirla influenciada por el
contexto urbano y político de Jason Bourne. Las persecuciones automovilísticas abundaron
un poco más, quizás como un relleno ante la ausencia de un verdadero villano.
Liam Neeson nos sigue
entreteniendo con coreografías tácticas de primera clase. Hasta se toma la
libertad de ser sarcástico con un par de comentarios. Más que su actitud como
espía, es su faceta de padre por lo cual simpatizamos con él. Como es de
esperarse, da su máxima esfuerzo pero el detalle estuvo en el bloqueo narrativo
de los guionistas.
Para tratarse de la “conclusión
épica”, algo me dice que habrá otra más en el futuro por la ausencia directa
con la original y la amenaza pendiente de la segunda. Es casi de ley que cuando
se cierra una trilogía, debe hacerse una conexión con los orígenes y aquí, la
amenaza nunca vino del exterior. Todo fue interno y hasta eso no se aprovechó
para crear un cierre total.
Tan siquiera contamos
con una prolongada participación de los amigos de Bryan. No obstante hizo falta
añadirlos durante el clímax, ya que también eran familia de Kim. Por otro lado,
la inclusión de Forest Whitaker dictaba a una especie de antagónico de lo cual
nunca funcionó. Por ende no puedo evitar sentirlo desaprovechado. Lo mismo va para
Sam Spruell como Oleg Malankov.
En sí, la historia
funciona a su propio modo. Uno hubiese anticipado grandes cosas. Al menos
Búsqueda Implacable 3 trató de diferenciarse del resto. Cumplió con brindarnos
acción aunque se quedó corta en presentarnos un impactante escenario criminal
como lo fue el tráfico humano de Albania en conjunto con la corrupción
gubernamental y los negocios sucios de Sant Clair.
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