Crítica de Mundo Jurásico (Jurassic World)

Tardamos 14 años en tenerla pero al final valió la espera. En definitiva, la nostalgia sigue presente en este regreso a lo básico fusionado con un concepto altamente rejuvenecedor ya que en cuestiones de genética, la primera de por sí estaba adelantada para su tiempo lo cual dada su puntualización, resulta una experiencia beneficiosa.

Cinematográficamente es una belleza que en contraste con lo que hizo Disney en Tomorrowland, Universal Studios supo reciclar varias escenas de su parque temático. En víspera de un fin de semana por encima de los $ 180 millones, ha sido un fantástico año para este estudio y a su vez un excelente reforzador para en lugar de reiniciar franquicias, mejor invertir en su futura calidad.

Tuve la oportunidad de asistir a verla en 3D, aclaro que no es necesario hacer el extra gasto. En sí su fondo se defiende sin este aditivo, la clave yace en la expresividad corporal y gestual de los animales. Aquí es donde su animación excedió las expectativas en comparación con Avatar. Nada que ver.

Todo recae en el guión y Mundo Jurásico retoma la estructura de la original de 1993, reduciendo el contenido científico por uno más directamente de acción, suspenso y horror. Obviamente su núcleo familiar es lo que la hace distinguirse en un mundo saturado de superhéroes. Pese a tratarse de una secuela, sigue estando en su propia liga.

Uno puede contagiarse de la aventura, la emoción y la catarsis que se vivió una y otra vez desde su estreno en 1993. En sí las dos secuelas siguientes nunca capturaron el espíritu de grandeza de Parque Jurásico. Quizás en humor sí aunque en visualización, diseño artístico y ejecución de sonido, el gran esfuerzo en equipo fue evidente.

Michael Giacchino tampoco se queda atrás en su composición musical; haber conservado la canción temática y haberla descompuesto con segmentos electrónicos resultó cautivante. Además de reducir el tono de melodrama por uno más realista y de acorde a no sólo los sentimientos de los hombres, sino de los dinosaurios.    

Hay un par de sorpresas en su historia. Aún por lo visto, hay otras más por contar porque háganse la idea de que tendremos dos secuelas más confirmadas la próxima semana. Lo mejor de todo fueron las referencias hacía Hammond mediante el uso del viejo equipo y mercancía. Como bien decía,  no se trata de un reinicio sino de una secuela que tiene bien claras sus raíces.  

Debe aplaudirse la dirección de Colin Trevorrow por su acercamiento familiar. Cualquiera puede verla y disfrutarla porque esta adaptación fue hecha para compartirse entre amigos, familiares, padres o en parejas. Básicamente se descompone en tres historias conectadas entre sí por las imperfecciones de los personajes.

Es aquí donde debo confesar que Bryce Dallas Howard aprovechó su frivolidad para contrarrestarla con un  estado fluido de emociones. Hasta que consigue desenvolverse en un rol tan natural. En cuanto a Chris Pratt, retrocede en su carisma para adoptar una postura seria y varonil. La escena de él manejando una moto al lado de los raptores es fabuloso.

Nick Robinsony Ty Simpkins nos conmueven con sus lados opuestos. Indudablemente muchos hermanos se han de haber identificado. Vincent D’Onofrio, Irrfan Khan y Omar Sy hacen valer cada minuto que aparecen en pantalla. No serán los protagonistas pero bien que saben posicionarse a la misma altura gracias a su absoluta creencia a esta franquicia.

Y qué mejor que contener al originario B.D. Wong, tal parece las cosas siguen siendo lo mismo y créanme que vale la pena volver a sentir esa energía del pasado. Es como si de repente te volvieras a conectar con tu niñez. Una vez vista, no dejarás de hablar de lo fantástica que estuvo, por lo que se recomienda verse acompañado para una atractiva retroalimentación.  

En conclusión, la franquicia se revitaliza con el futuro y su pasado, además de manejar una diversidad de actores con talento, unos efectos especiales de primera clase y una gran historia, Mundo Jurásico es exactamente aquella película que una vez que empieza, no podrás despegarte hasta después de los créditos.