sábado, 6 de junio de 2015

Crítica de Spy: Una Espía Despistada


Cuando las cosas se salen de control en un operativo, la analista Susan Cooper decide aventurarse en el campo del espionaje con el objetivo de rastrear una bomba nuclear cuya ubicación yace en manos de Rayna Boyanov, la hija del objetivo a quien accidentalmente fue asesinado por uno de los agentes encubiertos de la CIA. 

En cierto modo puedo sentirla como una sátira y a su vez como un homenaje a James Bond, especialmente por la grandeza sinfónica detrás de su composición musical, la entrada con la canción, los gráficos, la elegancia, los vestuarios, las herramientas de alta tecnología, las persecuciones, las ubicaciones y en parte, las secuencias de combate.

La dirección de Paul Feig va acorde a Kingsman: El Servicio Secreto, posicionándose así el buen sentido del humor. Debo confesar que encontré satisfactorio que no se haya excedido en sus efectos especiales,  ya que el maneja de la cámara lenta se dio más para puntualizar la comedia, pero en sí, debo admitir que las coreografías lucen por su agresiva y real ejecución.

Se cuenta con una edición limpia, recta y dinámica. En comparación con las pasadas, ésta supera las expectativas en su cinematografía y montaje artístico. Indudablemente se percibe como parte del clásico mundo de Bond porque sus encuadres en resumen, captan no sólo la belleza de las ciudades sino su esencia tanto en arquitectura, cultura e historia. 

Aunque no lo parezca, hay mucho por apreciar en su guión. Para tratarse de una comedia de acción, el desarrollo de personajes resulta eficaz en conjunto con sus brotes de sucesos imprevistos. La trama sufre varios giros de los cuales se compensan con la constante oleada de risotadas que te dejan con buen sabor de boca tras emerger del cine.

Su contenido en sí nunca llega a ofender, al contrario, se torna una excelente distractor para quienes tuvieron una semana complicada. Básicamente tenemos de todo: romance, drama, acción, suspenso y suficiente humor para mantenerte enérgico durante sus casi dos horas, lo cual no tiende a ser una duración acostumbrada para este género.  

La tercera contribución con Feig le benefició aún más a Melissa McCarthy porque en lugar de recurrir a sus harapientas costumbres, McCarthy aprovecho para darle un aspecto casual a su personaje. Todo lo referente a Susan Cooper es creíble gracias a la espontaneidad en la que se desenvuelve McCarthy.

Todos a su alrededor brillan dado a que es fácil de congeniar. De por sí el elenco en general es magnífico, ahora al lado de McCarthy y del Feig, simplemente agarran vuelo. Tal parece este dúo no sólo saca lo mejor de ellos mismos sino también sacan lo mejor de los demás porque se ve claramente que se la pasaron divirtiéndose durante todo el recorrido.

Obviamente Jude Law anda en los pasos de Bond y lo hace tan increíblemente elocuente,  Rose Byrne encajó como la hermosa y malcriada antagonista, Jason Statham finalmente rompe el encasillamiento con una comiquísima interpretación y tanto Miranda Hart como Allison Janney nos roban un par de risas a su propia manera.

Posteriormente de Damas en Guerra, The Heat y ahora Spy, empiezo a darle el beneficio de la duda al nuevo reinicio de Ghostbusters porque no esperaba pasarla tan bien. Tal vez en cuestiones de vacilada sí más en ningún momento anticipé su guión llegase a ser mejor que Kingsman y Comando Especial.  

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