domingo, 27 de septiembre de 2015

Crítica de Sin Escape (No Escape)


El ingeniero Jack Dwyer viaja al lado de su esposa y dos hijas pequeñas a un lugar desconocido del Sureste de Asia bajo el propósito de volver a comenzar tras haberse anunciado su empresa en quiebra. Situado en una región de limitados recursos, su reubicación se torna en un absoluto infierno dado que la guerra civil amenaza no sólo su vida sino la de su propia familia.

Una vez que se desata el caos, la trama se mantiene en lo más alto del suspenso. En ningún momento baja su tono, al contrario nos mantiene a la defensiva de tales atrocidades. Aunque hubo varios en el cine que se burlaron, nada de lo experimentado me pareció gracioso por tratarse de un contenido apegado a la terrible realidad de algunos países del tercer o cuarto mundo.  

A pesar de tratarse de un guión simple, John Erick Doedle es lo bastante directo para mostrarnos la naturaleza inhumana detrás de estos actos. No se requiere de tantas explicaciones, sólo un par de diálogos y listo, entendemos las razones detrás del brote. Aquí el verdadero resalte reside en la lucha de sobrevivencia de esta familia americana la cual no podemos despegar nuestra vista.   

En cierto modo te pone a pensar en quienes pasan por estas circunstancias imprevistas ya que en una de esas, Dios no quiera pero tú podrías estar en sus zapatos. Me temo que es una de las desventajas al tomar un trabajo en el extranjero o decidirte irte de vacaciones sin un previo conocimiento del contexto socio-político y hasta empresarial.

Ahora entiendo por qué resultó un fracaso comercial, al menos sólo costó $ 5 millones de dólares por lo que probablemente reciba mucha atención a la renta. Créanme cuando les digo que cada minuto lo vale porque el mismo guionista Dowdle entrega la misma calidad en su dirección. No podrás despegarte de tu asiento en ningún momento, así que estás advertido.

Tanto edición como sonido la posicionan entre las mejores de su género; y sumándole su  devastadora cinematografía, entonces nos encontramos ante una adaptación sumamente única y por consecuente sugestiva. Llena de suspenso, acción y una chispa de humor porque para balancear la ansiedad, se nos permite reírnos de algunas divertidas frases por parte de las niñas.

Nos encontramos con poderosas actuaciones gracias a una poderosa dirección, Owen Wilson tenía un rato que no hacía esta clase de películas y vaya que no ha perdido su toque. Espero y siga explorando esta área porque tiene mucho potencial en especial por ese instinto paternal. Lo mismo va para Lake Bell con quien compartió una grandiosa química.  

Se trata de su primer rol desafiante para Bell quien se benefició en mayor a parte a Sterling Jerins y Claire Geare. Este par de niñitas se roban la función y a su vez engrandecen a los protagonistas con excepción de Pierce Brosnan, éste no necesita de nadie, solito deja su huella con su mera presencia, y es más, no requirió de ninguna introducción ni antecedente para ubicarlo.

En conclusión, la adrenalina se te dispara y no se controla hasta que rolan los créditos. No se necesita comprender a fondo a los personajes ni partirse la cabeza en desarrollo morales. Simplemente es lo que se ve y punto. Lo bueno de haber durado una hora y media, porque con dos nos hubiese provocado taquicardia.

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