Es bastante emocionante contar con otro episodio de esta épica saga
espacial que ha perdurado desde su lanzamiento en 1977. Diez años después de
asumir su conclusión en La Venganza de los Sith, recuerdo mí depresión por la
forma en que la Oscuridad se hizo dueño de esta fascinante galaxia. Ahora
esperaba contar con una aventura feliz lo cual no es el caso.
He vivido engañado al asumir que los rebeldes se encontraban sanos y
salvos como se percibió en El Retorno del Jedi. Treinta dos años han pasado y
nos encontramos ante una secuela a la altura del Imperio Contraataca en tanto
crisis, revelaciones y acción. Hay bastante lugar los nuevos mientras que los
veteranos son limitados a un par de escenas a excepción de uno.
Probablemente ya sabrán a quien me refiero con ese uno, es obvio, Han
Solo. Star Wars no se resume a espectaculares batallas espaciales,
persecuciones ni duelos inimaginables con sables de luz en exóticos planetas,
su núcleo yace en su retumbante narrativa y en esta ocasión, se apoya en los
clásicos para expandirse ante una nueva generación de héroes y villanos.
Hay referencias a la Estrella de la Muerte, los soldados Clones y
hasta se le brinda respeto a Darth Vader, al no dársele tanto peso a la máscara
de Kylo Ren, porque en algún momento se revela aquél rostro durante uno de dos poderosas
revelaciones que no te los ves venir. Seas o no fan, te cubrirás la boca,
llorarás o te quedarás sin aliento.
Comprendo la presión de J.J. Abrams en tratar de hacernos sentir la
energía original sin caer en el reinicio total. Debo aplaudirle porque hizo un
trabajo sensacional al inyectarle su propia creatividad sin dejar en el olvido la
esencia de George Lucas. Tanto Lawrence Kasdan y Michael Arndt dieron su máximo
esfuerzo en escribirnos una autentica travesía emocional.
Ni se diga de John Williams, excelente maestro en retransmitir
musicalmente las emociones de los personajes, bautizar las localizaciones e
inyectarnos de adrenalina. De la misma forma, el departamento de maquillaje y
vestuario volvió a lucir su talentosa obra de arte al modelarnos varios
atuendos de acorde a los roles circunstanciales del elenco.
Indudablemente estas no son las precuelas, en lo diferente al resto,
yo las encontré satisfactorias no sólo porque crecí con estas sino porque me
gustaba ver aquellos tiempos de supuesta paz, exploración y democracia. Ver la
República en su apogeo y a los caballeros combatir fielmente con sus sables fue
fascinante pero debo aceptar que ya son otros tiempos y mucho más duros.
Hasta el punto de que Luke, Leia y Han se han tornado un mito. No hay
Jedis, sólo la Nueva República siendo devastado por La Primera Orden nacida de
las cenizas del Imperio. Entre los nuevos villanos tenemos a Adam Driver robándose
la película al proporcionarle varias capas al enmascarado Kylo Ren. Esa voz no
tiene precio, pero aún más sus gestos.
Domhall Glesson tuvo sus escenas como el General Hux mientras me quedé
intrigado con saber más de Supreme Leader Snoke y Captain Phasma. Tanto Andy
Serkis y Gwendoline Christie hacen lo posible por dejar su huella pero al menos
lo poco fue suficiente por ahora. Tengo el presentimiento que los veremos
desenvolverse en las próximas entregas.
En cuanto al nuevo trío de héroes, Daisy Ridley nos engancha como Rey
no sólo por su misterioso destino sino su cambiante naturaleza. Nos levanta incertidumbre
su pasado, legado y habilidades, ahí en afuera, es una excelente adición a este
elenco que cubre con éxito el lugar de Natalie Portman y Carrie Fisher.
Balanceando la atmosfera trágica tenemos a John Boyega en el papel de
Finn y Oscar Isaac como Poe Dameron haciéndonos reír con sus sutilezas e
inesperadas acrobacias. Aunque tampoco nos olvidemos de BB-8, en ausencia de
C-3PO y R2D2, este pequeño amigo se creció hasta el grado de acaparar toda la
atención.
Claro que en cuanto entran Han Solo y Chewbacca en escena, la gente incluyéndome,
nos volvemos locos y más en su reunión con la Princesa, perdón, General Organa.
Algunas cosas nunca cambian. Ver a Ford, Hamill y Leia regresar a sus papeles
épicos es surreal. Emocionante y más por lo tan alto que se encuentran las
expectativas.
Siguen siendo tiempos oscuros para nuestra banda predilecta, y muchos
creían que bajo el sello de Disney, esto se iba a relajar. En lo absoluto. Pese
a que yo anticipaba una secuela en sintonía a La Amenaza Fantasma o Una Nueva
Esperanza, me sorprendí con un relato complejo, siniestro y violento (Imperio Contratara
+ La Venganza de los Sith).
Si es necesario recurrir a la trilogía clásica para entender el
contexto, aún más, acceder a las precuelas sin importar la recepción mixta ya
que presenciamos la verdadera naturaleza del mal y como opera, repitiéndose de
nuevo en El Despertar de la Fuerza aunque con una edición directa y hasta
brutal por no temer en mostrarnos la esencia del mal en su esplendor.
Asumo existe un granito de esperanza, muchas dudas permanecerán en la
mente de las cuales tendremos que esperar sólo dos años para ir conocimiento la
verdad, pero viendo cómo se dieron los sucesos, no poseo inquietud alguna. No
fue nada fácil la espera, lo confieso, pero al final lo valió, de eso sí no
tengo la menor duda.
Tras una espera de diez años, puedo decir con tranquilidad que Star
Wars VII: El Despertar de la Fuerza cumplió con las expectativas. No te
decepcionarás, al contrario, te llevarás un par de tremendas sorpresas contagiándote
a su vez por el entusiasmo de ver nuevos y viejos rostros combatir dentro de
una gran odisea de efectos espaciales y temáticas intensas.
P.D.: Kylo Ren no se acercará aún a Darth Vader pero creo que si destroza a
Darth Maul.
Totalmente de acuerdo con tu conclusión. Definitivamente con Star wars: El despertar de la Fuerza , me llevé una gran sorpresa. Como espectadora que ha asistido a los estrenos de los films previos, que prácticamente ha crecido con la primera trilogía, sólo puedo decir que me he enfrentado a una sensación con doble filo. Por un lado, feliz de reencontrarme con los viejos personajes, de palpar a ratos el espíritu de los films originales, de sentir la fuerza correr por mis venas mientras disfrutaba de una más que brillante mezcla de efectos digitales y físicos (uno de los mayores aciertos del film); pero por otro estaba todo el rato por delante del film, sabiendo en cada momento lo que iba a pasar, algo que sólo debe estar destinado a los más que necesarios segundos visionados. Ejemplo: en cuanto Han Solo llama a su hijo, sabemos qué va a pasar, y el momento, aunque bien interpretado, no posee fuerza. Pero sería injusto acribillar la película por ser a ratos, demasiados, predecible y casi una fotocopia de los instantes de la película que lo empezó todo. Al final El despertar de la fuerza parece más una película nostálgica que funcionará como transición para la nueva etapa de Star Wars ahora bajo la administración Disney Studios.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Sofía, me encantó leerte, así que te te invito a que me sigas en https://www.facebook.com/hablemosdecinepodcast/ donde se publican las críticas ahora al lado de los podcasts semanales.