Crítica de Creed: Corazón de Campeón

La séptima entrega por así decirse muestra a un más avejentado Rocky tomando como pupilo al hijo de su más grande rival Apolo Creed. A diferencia del padre que nunca conoció, Adonis recibe una oportunidad de desenvolverse en una profesión segura y económicamente estable, más su deseo por pelear lo incita a poner en la línea el legado de su familia.

Este contexto pudo haber sido familiar a Rocky V pero gracias a la visión del director y guionista Ryan Coogler no sucedió así ya que optó por tomar los cimientos de la original logrando crear una nueva franquicia con mucha vida de por medio. El nombre de Creed había sido retirado en alto durante la cuarta entrega, aquí regresa con una provechosa venganza.

Es impresionante el respeto que tiene Coogler sobre estos personajes y como tal, resulta gratificante percibir las similitudes en su narrativa. Obviamente hay nuevas adiciones como el avance tecnológico, algunos tecnicismos y el estilo de música; eso sí, la vieja escuela sigue estando presente mediante una extraordinaria edición tanto en los encuadres como el sonido.  

Las secuencias en el ring son espectaculares por su realismo que hasta nos duele ver lo duro que lo está pasando nuestro protagonista. En contraparte, algunas frases sarcásticas nos roban una gran sonrisa y ni se diga de las referencias hacías las entregas pasadas, en especial Rocky IV, donde la nostalgia es inevitable y más para quienes no se han perdido de la serie en estos cuarenta años.

Aplaudo que hayan continuado desde Rocky Balboa y a su vez agradezco a Sylvester Stallone por haber permitido que otros continuaran con su material. Indudablemente brindó frutos haberse mantenido activo en el elenco porque su actuación es en una sola palabra: épica. Y sí todo sale bien, el veterano estará recibiendo próximamente su tan merecido Oscar.

No habrá habido amor tanto para Coogler y menos para Michael B. Jordan, éste último nos engancha desde su primera escena como el hijo desconocido de Creed. Jordan es un joven talentoso que de por sí se esfuerza por dejar su huella y debo confesar que lo logró porque de ahora en adelante, muchos estarán atentos de su desenvolvimiento en la futura secuela.

A través de los años han surgido buenas películas de boxeo tales como Revancha, Cinderella Man y Million Dollar Baby, y ni hasta la fecha había existido alguna capaz de llegarle a los talones de Rocky a excepción de Creed. Está así de cerca de ser mi favorita de las siete, y lo mejor de ello, es que lleva al mismísimo Rocky de la mano.

No necesitas haber visto las anteriores, si eres completamente nuevo a este universo, le entenderás al instante. Aunque daté por advertido que una vez que lo conozcas, de inmediato querrás ponerte al tanto de lo sucedido en el pasado debido a su adictivo núcleo dramático. Así que no sólo nos encontramos ante un sensacional drama de boxeo, sino tenemos a dos campeones que juntos hacen hasta lo imposible por ganar la batalla más grande de sus vidas.

Tan así de buenos son Stallone y B. Jordan, ya sea solos o juntos no podemos despegar la mirada de ellos ni dejar de compartir su sufrimiento conforme pelean por lo que quieren. Sería desafortunado no darle esa oportunidad que se merece porque por más obsoleto que suene, Creed tiene mucho que ofrecer en el nombre de Rocky.