Bastante simple pero lo suficientemente conmovedora resulta esta
historia donde una mujer inocente de 24 años se encuentra secuestrada junto con
su hijo de cinco años de edad. Tanto Joy como Jack comparten una cama, una
bañera, una televisión y una cocina rudimentaria dentro de un reducido cuarto cuyo
único ingreso de luz es a través de un tragaluz.
Tras ver este drama, coincido 100% en que Brie Larson saldrá
victoriosa en la siguiente ceremonia de la Academia porque su actuación en una
sola palabra se resume como excepcional. Reflejar esa complejidad de
sentimientos, confusión y vulnerabilidad te trastorna. Con sola verla
reaccionar a su alrededor y en especial con Jacob Tremblay, te parte el
corazón.
Una gran revelación es Tremblay, en definitiva dónde había estado este
niño. Su inocencia te hace sentir que su mundo de verdad se reduce a un sucio
cuarto. Al igual que Larson, todo yace en su mirada ya que esta experiencia se vuelve aún más impactante de lo que es. Es
una lástima no haber recibido una nominación porque no cabe duda lo mucho que
arrasa en pantalla.
Entre el reparto secundario resaltó Joan Allen; ya tenía un buen rato
que no le entregaban un buen papel y vaya que lo aprovechó porque en algunas
escenas se beneficia del sentimentalismo de Larson y Tremblay. Inclusive hace
brillar a William H. Macy con quien sólo tenemos un par de minutos de los
cuales fueron suficientes para dejar su huella.
Tampoco descartemos la seria espontaneidad de Tom McCamus, efectivo en
cada una de las escenas que comparte con el pequeño al igual que Sean Bridgers
cuyo antagonismo se reduce también a unos cuantos segmentos. Me hubiera gustado
haber visto un después de este personaje ya que su ausencia evitar una total
catarsis.
Entiendo el total enfoque a la Habitación por parte de la guionista Emma
Donoghue, mas no puedo evitar sentir que hicieron faltan algunos subtemas por
cubrir como el juicio, las terapias de la madre, el disgusto del abuelo y el
antagonismo del secuestrador. Fuera de eso, la narrativa desenvuelve tanto a la
madre como al hijo y de paso a la abuela también.
El director Lenny Abrahamson se las vio duras en la primera media
hora, por así decirse dado que los encuadres se limitaban a un pequeño
compartimento de cuatro paredes y escasa luz. No había nada bello dentro y aun
así no pude evitar sentirme enganchado por este diminuto espacio que lo era
todo para Jack.
Enhorabuena la película, director y actor merecen estar nominados por
servir de claro ejemplo en cuestiones de no necesitarse de enormes escenarios
para contar una buena historia como esta. Delicada, controversial y no tan
alejada de la realidad, nos da un fuerte golpe de conciencia, estabilidad
familiar y constante cuidado entre nosotros porque nunca se sabe.
De las personas más cuerdas a quienes podemos asistir sin sentir la
menor desconfianza, suele tornarse nuestra perdición y tras la liberación,
puede causarnos una terrible consecuencia o trauma debido a las crisis y
opiniones ajenas. Pese a su trama incompleta, La Habitación es un suspenso que
te engancha en cuanto Tremblay comienza a atestiguar.
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