20 años después de vencer las fuerzas alienígenas, la Tierra se
encuentra resguardada mediante sistemas defensivos a base de la tecnología extraterrestre.
Tal como lo advirtieron el ex presidente J. Whitmore y el científico Levinson,
un segundo ataque se desencadena justo
en el aniversario causando que el mundo se una de nuevo para pelear por la sobrevivencia de la
humanidad.
Me cuesta creer que realmente hayan pasado dos décadas desde que vimos
la primera en los cines. Aún recuerdo el tremendo asombro de los efectos
especiales en las secuencias de destrucción. De hecho siempre tiendo a verla
por estas fechas y me temía que esta primera secuela se quedaría lejos de su
grandeza épica.
La nostalgia en sí fue lo que me impulsó a tomar el riesgo como sucedió
con Mundo Jurásico, Creed y Star Wars. Acudí no esperando nada y por tanto debo
confesar que me gustó bastante lo que vi. Uno espera ver una especie de
reinicio del cual nunca sucede porque esta secuela no pierde el tiempo en
introducirnos al nuevo contexto y con gran innovación de por medio.
Te gustará saber que Roland Emmerich retoma los mismos elementos y se
enfoca a la situación respaldándose con referencias hacía el pasado. Esta vez,
reduce el sufrimiento para priorizar la acción, por lo que su ritmo es más
desafiante y enganchador hasta el punto de no sentirse las dos 2 horas.
Dentro de su dirección nos encontramos un gran humor que contrarresta el
suspenso ante una invasión mucho más severa. Los alienígenas llegan atacando y
los humanos no pierden el tiempo en responder. Por consiguiente las pausas son
mínimas para priorizar las distintas batallas porque esta vez no sólo los pilotos
son los hombres de acción.
Entonces Emmerich se respaldó con los antecedentes de su mitología y aprovechó
para desenvolverse en otras temáticas que debido a su restricción de los
efectos especiales en aquella época, no tuvo oportunidad de explorar. Inclusive
hace buen manejo de la conexión psíquica, psicológica, los sobrevivientes, los
encarcelados, la tecnología y los guerreros.
Me agradó el concepto de unidad entre naciones y su programa espacial
de defensa, también la existencia de una mujer presidenta, el viaje a través de
naves modernas a la luna y las referencias no sólo al pasado sino al posible
futuro. Lo que sí extrañé fue la atmosfera de misterio-horror porque la
solución no fue tan épica en cuestiones de narrativa.
Como era de esperarse, los efectos especiales cumplieron con las
expectativas, en especial por visualizarse a las alienígenas. Además localizaciones
como la Casa Blanca, La base lunar, la nave madriza y Area 51 fueron
sensacionales de ver y ni se diga de la masiva destrucción en Londres o la
persecución en pleno desierto.
Hubo desmotivación en la música quizás por no profundizar en un nivel
personal y creo entenderlo por la expansión del elenco. Entretanto la edición y
sonido no decepcionaron, considerando la ausencia del elemento sorpresa, se
hizo lo posible por mantener el mismo estilo pero desde una ejecución más
compleja.
En ausencia de Will Smith, Liam Hemsworth cumple con la demanda al ser
el alivio cómico ya que no se le podía cargar ese peso al joven Jessie Usher. Por
su parte, Jeff Goldblum mantiene esa agradable personalidad gracias a su
espontaneidad de la cual termina unificando satisfactoriamente a los jóvenes
con los veteranos.
Interesante encontrarnos con un esquizofrénico Bill Pullman y una
madura Maika Monroe en los papeles de Ex presidente e hija. La situación es distinta pero en ningún
momento deja de ser creíble. Ni idea del retorno de Brent Spiner como el científico Okun en un rol extendido y de
suma importancia.
De ninguna manera vencería al clásico de 1996, pero vaya que hizo el
gran esfuerzo sin necesariamente haber sido el objetivo de Emmerich. Después de
una creativa reintroducción contextual se desata de inmediato la intensa acción
encabezada por las simpáticas actuaciones de Hemsworth, Goldblum, Spiner en
balance con la épica seriedad de Pullman y Monroe.
Viendo como culminó este contraataque, la verdad es que sí me gustaría
contar con una tercera parte. Sólo espero y no tenga que esperar otros 20
años. A estas alturas Will Smith debe
sentirse un poco mal de no haber llegado a un acuerdo porque su personaje
todavía tenía mucho por aportar.
Calificación: 4 de 5 estrellas
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