En víspera del Día de la Bastilla, Mason
roba un bolso del cual contiene un explosivo que desencadena accidentalmente la
muerte de cuatro inocentes. Siendo perseguido tanto por la policía de Francia
como por un grupo criminal, no tiene opción más que cooperar con el renegado
agente Briar de la CIA con el fin de prevenir el siguiente atentado terrorista.
Debido a la tragedia ocurrida hace un par
de meses, las funciones alrededor del mundo fueron canceladas con la excepción
en México cuyo retraso brindó frutos porque realmente se trata de una
producción refrescasnte de acción sólida para su propio género y ni se diga de su inesperado sentido del
humor porque te saca un par de risas gracias al dinamismo de los protagonistas.
Más que la historia, la cual de por sí
por más sencilla que sea, cumple con las expectativas de entretenerte de
principio a fin gracias a su núcleo misterioso. En sí este concepto fue mucho
mejor desarrollado en manos de James Watkins cuya veloz dirección supera mil
veces a Focus por contagiarnos de escenas creativas de robos.
Vuelvo a repetir, el guión es básico y
suficientemente equilibrado para introducirnos a este duo conflictivo de
personajes. El detalle radica en el desarrollo de los personajes, inclusive
después de haberse desatado el frenético clímax del cual algunos podrían
identificarse o caer en la propia negación por verse demasiado sumergido en su
explosivo trama.
Todo gracias a la absoluta seriedad de Idris
Elba, un actor de categoría por su alta presencia y profesionalismo cuando se
trata de transmitir en pantalla. No que le haya sido difícil porque similar a
su rol en la serie de Luther, se podría insinuar que reutilizó ciertos
elementos, sin embargo fue su interacción con Richard Madden lo cual le inyectó
de una chispa de comicidad.
Coincidirá en el mismo tono de frivolidad
pero al momento de ejecutar sus trucos dentro del personaje, Madden se destaca
pese a sus limitaciones físicas. Mucha seguridad sin duda, exquisito contraste.
Lo mismo va para Charlotte Le Bon y Kelly Reilly por el apego sentimental por
así decirse, en las cuestiones delicadas con respecto a los atentados.
Mí única queja es que la edición tiende a
desenfocarse en las secuencias de persecución o combates. Sea o no justificado,
le resta calidad a la imagen de la cual de por sí luce por su amplia y
artística cinematografía. Quizás por cuestiones de presupuesto, pero fuera de
eso y haciendo excepción de la pobre melodía, lo que vemos es agradable para
nuestros ojos.
Siempre y cuando no seas exigente, podría
decirse que Atentados en Paris es el resultado entre la suma de Arma Mortal y
Pareja Explosiva. Pudo haber sido mejor con un gran desarrollo de los
personajes pero siendo lo que es, me es grato haberla disfrutado en sustituto de Los Magníficos Siete.
Calificiación: 3½ de 5 estrellas