domingo, 18 de septiembre de 2016

Crítica de El Bebé de Bridget Jones (Bridget Jones’s Baby)


Bridget Jones's Baby' review with Renee Zellweger - CNN

Pese a ser un año de secuelas, debo confesar que aunque sus taquillas se han visto declinar, la calidad ha sido en su mínimo aspecto creativa y como tal efectiva en víspera de que esta tercera entrega supera a la segunda colocándose a la altura de la original por respaldarse en los elementos clásicos que pusieron en el mapa a la original.

Seguramente me vayan a llover toda clase de comentarios pero en mi defensa, soy un romántico. Así que ¿qué se le puede hacer? Cualquier seguidor sin duda acudirá a verla porque su contenido cumple con su propósito y más por Sharon McGuire por hacernos pasar un buen rato mediante ocurrencia tras ocurrencia.

Efectivamente McGuire fue quien la llevó a la gran pantalla en el 2001 convirtiéndola en un éxito mundial de $ 281 millones de dólares habiendo costado sólo $ 25 millones. Retomar la silla de directora resultó de mutuo beneficio por mantenerse fiel a la forma de pensar y reaccionar de la protagonista entorno a su estatus social y amor platónico.

Complicada es la vida de solterona de Bridget, que a estas alturas esperábamos verla felizmente casada con Mr. Darcy y con niños. Fue lógico la forma en que nos muestran las razones de este rompimiento y como Jones ha logrado mantenerse “estable” todo este tiempo. Es un buen giro verla delgada y tratando de conseguir su tercer aire.

Este desarrollo circunstancial y dinámico en su trama se debe a Emma Thompson quien además de hacernos reír con su inigualable participación, pulió el guión de Helen Fielding y Dan Mazer dándole ese encantador y crítico dilema. Incluso moderniza los ideales al incluir problemáticas actuales y entremezclarla con algunos valores, sobre todo la integridad.    

El sólo objetivo de contar con el retorno de Renée Zellweger, es suficiente para justificar esta secuela porque nunca falla en engancharnos con su esencial personalidad que transmite bajo esa madurez y grata espontaneidad. Cabe señalar que su química con Colin Firth sigue poderosa gracias a la formidable presencia de Firth.

Sí se extraña a Hugh Grant, en lo que cabe, aunque siendo honesto Patrick Dempsey nos lo compensa ya que nos entrega una actuación de revelación por haberse arriesgado a expresarse de humorística forma. Ni se diga la competitividad con Firth porque te roba de un par de risas, en especial con la cargada, la cena con los tres, las citas con la doctora y sobretodo la terapia.

La simpatía de Sally Phillips como Sharon es una tremenda adición y más al lado del cantante Ed Sheeran cuya breve aparición es de las mejores y no sólo por sus canciones. Jim Broadbent y Gemma Jones aparecen poco pero simplemente uno no puede extender esta historia sin los padres de Bridget Jones de por medio.   

En conclusión, no era necesaria de contarse y menos considerando el extenso transcurso de catorce años. Muchas cosas han pasado como la operación misma de Renée pero he aquí la chispa de encanto no ha perdido su resplandor porque la esencia de Bridget Jones nos demuestra estar en gran forma después de todo.

Calificación: 4 de 5 estrellas

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