Basada en la épica experienciasdel soldado Desmond Doss quien previo a
su gran valentía en Okinawa durante la última fase de la Segunda Guerra
Mundial, fue víctima de sus propios compañeros al rechazar el uso de un arma y
todo por mantenerse fiel a sus creencias y consigo mismo.
Ya era hora de que Mel Gibson estuviese siendo valorado en víspera de
las recientes nominaciones de las cuales le incluyen un lugar en la dirección.
Gibson no es un extraño en esta clase de temáticas; mencionando a Corazón
Valiente y Fuimos Héroes, los mismos elementos siguen presentes haciendo de
esta adaptación en una historia intensamente conmovedora.
Es inevitable no dejarse contagiar por la tensión de la atmosfera,
inclusive su proceso de edición está a la altura de Rescatando al Soldado Ryan
por lo que difícilmente pasará desapercibida aunque la Academia opte por
mantenerle el castigo. Como que ya viene siendo hora de que lo perdonen, así
que espero ver su nombre cuando se anuncien a los afortunados.
Desenvolviéndose desde el punto de vista de Doss, los guionistas
Andrew Knight y Robert Schenkkan hacen una espléndida labor en definirnos a
nuestro protagonista. La esencia de su persona es trascendental y su lucha
interna por mantenerse recto es una travesía que te hace cuestionar en lo que
alguna vez descartaste por miedo a ser tratado con indiferencia.
El respeto e integridad están fijos en este contexto que pese a su desafiante
violencia, no tiene el menor miedo en mostrar el verdadero infierno por el cual
pasa un soldado en un campo de batalla. Se necesita estomago y oídos para verla
porque esta perspectiva cuenta era necesaria contarse y más hoy en día ante la
decadencia de virtudes.
Al menos es una garantía que la veremos obtener nominaciones por la
edición de sonido, vestuario, cinematografía y soundtrack. De lo contrario
sería un robo considerando el arduo trabajo por ambientarse en esta época.
Además de que el compositor Rupert Gregson-Williams se luce al sensibilizarnos
con sus melodías profundas.
Obviamente el crédito no es del todo de Gibson, ya que el corazón de esta
trama recae en nada menos que Andrew Garfield. Me da gusto que lo hayan tomado
en cuenta porque son de esos actores que lo tiene todo al momento de
personificar a una persona que dejó su huella en la historia. Sin duda Garfield
le brinda un magnifico homenaje a T. Doss.
Ya era hora de que Vince Vaughn le dieran un papel serio, previo al
fastidioso encasillamiento, esta ha sido su mejor actuación hasta la fecha y
espero verle más roles similares a este del Sargento Howell porque Vaughn tiene
muchas facetas que Hollywood no ha sabido aprovechar y menos darle la
oportunidad como Gibson lo hizo.
Lo mismo va para Sam Worthington, haciendo a un lado Avatar y Furia de
Titanes, nos hizo recordar que todavía tiene esa fuerza de impactar en las
escenas claves. Tampoco descartemos a Hugo Weaving ni a Teresa Palmer,
personalidades opuestas en toda su extensión pero a su vez le dan ese
equilibrio que tanto protagonista como historia se merecen.
En conclusión: es un relato duro por su extrema violencia fundamentada
en el verdadero caos de una guerra. Pese a sus intensos efectos especiales,
Andrew Garfield entrega una actuación digna de nominación al igual que su
director Mel Gibdon porque sin duda la historia de Doss se ubica al tope de su
propio género.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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