viernes, 24 de febrero de 2017

Crítica de Silencio (Silence)


'Silence' explores themes of faith, abandonment – The Buffalo News

Para que me sienta conmovido por una película de Martin Scorsese, ya es mucho decir porque previamente consideraba El Infiltrado como lo mejor de su trabajo y ahora debo ponerla en cuestión considerando el poderoso conflicto, las actuaciones y sobresaliente cinematografía en la que se desenvolvió esta odisea cristiana.

No cabe la menor duda que Rodrigo Prieto merece la nominación y hasta podría ganarla no por la racha posterior de Gravedad, Birdman y El Renacido sino por la extraordinaria esencia transmitida en las localizaciones selectas. Tanta vida como tanta muerte, tanta belleza como suciedad, cuánto espiritualismo silenciado por un entorno vibrantemente injusto.

Todo esto podemos percibir de un grupo de sacerdotes que deciden viajar a una peligrosa Japón con el propósito de averiguar el destino de uno de sus grandes maestros. Sin embargo, una vez allá se encuentran con que su cruzada no será tan fácil porque las fuerzas del mal del Inquisidor desataran la constante tortura con tal de hacerlo renuncia a Dios.

Bajo unas circunstancias delicadas debido a la inquisición, Jay Cocks fue valiente al dar a conocer a los sacerdotes que fueron orillados a abandonar su fe ya que Japón lo tenía como inaceptable y por ende lo castigaba con la constante tortura de los seguidores. Scorsese fue respetuoso en la persistencia de estos sacerdotes cuyo silencio adoptó un nuevo sentido ya que inevitablemente trasciende en un tono humano.

Como era de esperarse, se requiere paciencia en estas tres horas; de por sí las películas de este director tienden a ser pausadas, lo cual hace crecer al personaje principal que en esta ocasión Andrew Garfield entrega otra de sus mejores actuaciones a la Hacksaw Ridge. Primero un adventista ahora un católico ¿interesante compresión de su parte?

Adam Driver se ve distinto comparado con El Despertar de la Fuerza, moreno y excesivamente delgado, aunque al final es opacado por otro integrante de la familia Star Wars y en grande debo reconocerlo. Los diálogos de Liam Neeson brillan por su sólida expresión y se evidenciada en sus escenas que comparte con Garfield.  

Similar a La Pasión de Cristo o Corazón Valiente, no está del todo en su liga pero si comparte su acercamiento divino. Su grado de violencia es impactante gracias al contexto, diseño y arte. El sello aquí es Garfield quien de principio a fin hace suyo este recorrido sentimental hasta el punto de no poderse contagiar por los dilemas en los que se puede tropezar en el nombre de Dios.

El conflicto de mantenerse fiel a los votos o renunciar a las creencias por hacer el bien es tan intenso porque independientemente hay acciones que van en contra de los prejuicios, la moral y he aquí la gran lección recibida a tratar porque una vez entrando los créditos, te hará generar una opinión al respecto sobre la fe en general porque es imposible no despegarse ante este silencio.  

Calificación: 4 de 5 estrellas

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