viernes, 16 de junio de 2017

Crítica de Hombre de Familia


Dane Jensen es un cazador de talentos exitoso debido a su constante determinación por cumplir con las metas establecidas del Corporativo sin importar que deba jugar sucio en varias de las negociaciones. Debido a la competitividad de un cargo, debe entregarse por completo por ganar más al final deberá elegir entre su ambición o su familia, en especial su hijo.

Son de esos dramas que te ponen a pensar sobre lo más importante de la vida. No cabe duda que Bill Dubuque entregó un guión complejo tanto en el desarrollo del protagonista como su contexto laboral, ya que esas circunstancias conforman la realidad en la que vive un padre de familia, bueno no todos, aunque parece estar predisponiéndose desde la juventud, antes de tener hijos.

El director Mark Williams no posee mucha experiencia al respecto, pero entre el elenco y su guionista, lo ayudaron a crear esta conmovedora historia de amor y conciencia. No existe tanto melodrama como se creyese, cada encuadre captura la esencia desprendida por los actores creándose esa atmosfera equilibrada de tensión, humor y drama.

A Gerard Butler no tienden a generarle buena riqueza en la Taquilla y es una gran lástima porque quedó perfecto en este rol. Su encanto pasa a segundo plano liberándose una actitud impresionante y digna de identificarse. Su desempeño es notable al lado de Maxwell Jenkis, sus escenas de padre e hijo son muy maduras considerando la gran diferencia de edad.

Este dúo se la lleva tranquila, no hay apuros, disfrutan el momento en conjunto con el resto para darle seriedad a los momentos. Maxwell se benefició del profesionalismo de Butler y a su vez le hizo el trabajo fácil. La química entre los dos es reconocible, se nota en sus expresiones conforme escenifican el tratamiento médico.  

Gretchen Mol es genuina como la madre y  a su vez inyecta intensidad en sus escenas con Butler, existe una en especial, la del Día de Gracias que se torna efectivamente emocional. Willen Dafoe, Alfred Molina, Alison Brie y Anupam Kher estarán limitados en tiempo pero su contribución no sólo le da presencia a la adaptación sino terminan dejando su huella.

Desafortunadamente en la función me tocaron cuatro mujeres delante de mí, de las cuales ya estaban demasiadas grandes como para hacerse las graciosas. En las dos horas, nunca pararon de bromear, faltar al respeto y ser terriblemente sarcásticas. Traté de no hacerle caso pero vaya que su presencia simplemente no me dejó conectar emocionalmente con esta gran historia.

Tenía meses que no me tocaba esta mala experiencia y espero sean meses para que se vuelva a repetir. Para todas aquellas personas que creen que ir al cine es lo mismo que ir a un antro, deberían aprender a diferenciar porque una película de este tipo merece disfrutarte. Además el público presente merece respeto porque también pagaron por verla y en buena forma.


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