Mildred Hayes se encuentra haciendo duelo por la violación y asesinato
de su hija Angela que después de siete meses la comisaría no ha podido hacer
absolutamente nada por arrestar al criminal. En su desesperación opta por
contratar tres anuncios por la carretera creando una ola de tanto conciencia
como odio hacía ella y su alrededor.
Las acciones tienen consecuencias y más cuando la fuerza policiaca no
cumple con su trabajo en pleno pueblo invadido de estereotipos, racismo e
impunidad. Irónicamente Martin McDonagh no recibió el honor de ser nominado por
su dirección porque la Academia creyó que con el guión era más que suficiente. No
es de extrañarse su fatal error.
McDonagh se inspiró en un par de anuncios que condenaban a un crimen durante
uno de sus viajes en carretera. Así es como nació esta adaptación que siendo la
favorita a llevarse la estatuilla a Mejor Película, para variar estoy de
acuerdo porque sería el mensaje directo que necesitamos hoy en día para tratar
de hacer la gran diferencia.
No haber resaltado esta dirección ha sido un rotundo error porque no
fue fácil de hacer. De por si su contexto es controversial y las críticas
sociales que se desatan en sus diálogos no se reserva en filtros sino se dice
lo que ya sabemos, incluyendo a los religiosos. Es irónica que hasta duele
reírse por lo terriblemente cercano a las problemáticas de nuestra ciudad.
Gracias a Frances McDormand cuya actuación como Mildred es digna de
arrasar como la Mejor Actriz. La gran veterana se lo merece no cabe duda porque
el modo de interpretar a esta madre la hace identificable a su dolor, miedos y
vulnerabilidad al no conseguir justicia incluso para ella misma.
Hacía mucho tiempo donde un actor no me hacía odiarlo y a su vez
aceptarlo, Sam Rockwell estuvo en otro nivel lo cual nos hace recordar que
nunca debemos juzgar a las personas sino tratar de comprender porque son de esa
forma. Existe una razón detrás de ello, un origen a su comportamiento y
Rockwell nos entrega su mejor trabajo como Jason Dixon.
No era de esperarse una participación seria de Woody Harrelson;
complicada y efectiva como Willoughby cuyas palabras giran el rumbo de la
historia hacía cuestiones que suelen suceder.
El joven Lucas Hedges ha estado presente en cuatro producciones
nominadas a Mejor Película en estos tres años, podría decirse que el futuro de
un protagonismo yace a la esquina.
Hay demasiado drama en sus dos horas de duración, dolorosa e
irreverente intensa en circunstancias no ajenas a la realidad. Un mensaje que
no puede pasar desapercibido a pesar de su desenlace que en sí queda abierto
como debería ya que siendo honestos: ¿Cuántos casos de esta naturaleza suelen
resolverse?