Después de la original, creo que esta podría seguirle en cuestiones de
historia y ni se diga de efectos especiales. Explosiones, ciencia ficción y
muertes asombrosas por así decirlo que nos hace olvidarlos de lo malas que
fueron AVP y la poco creativa de Depredadores. Sin embargo sigo prefiriendo que
se regresen a lo básico y es, mucho más naturaleza que tecnología.
Esta secuela se esfuerza en intensificar los eventos de las primeras
dos producciones, el detalle es que pese a centrarse en el sentimiento humano,
su contraparte fracasa al no contar con sus orígenes como al menos lo ha
logrado Ridley Scott con Prometeo y Covenant. El Depredador en sí termina siendo
un título confuso ante la presencia de un segundo.
No es un secreto que digamos tras ver los avances, pero en cuestiones
de guión no queda la trama del todo clara. Si eres amante de la acción, no
saldrás decepcionado pero si eres seguidor de la serie te darás cuenta del por
qué la recepción mixta. En sí el humor negro no va tanto para esta franquicia
donde se necesitaba respetarse el género de horror y sobrevivencia.
Por un momento creí que el lodo jugaría un papel esencial y no fue el
caso como la genética porque pese a contar con espacios impresionantes, no se
aprovechan al máximo ni tampoco los personajes son tan fundamentales a
diferencia de uno: Rory quien interpretado por el niño Jacob Tremblay, nos
demuestra lo talentoso que es al tomar papeles muy complejos para su edad.
Boyd Holbrook es carismático aunque su fuerza bruta y falta de asombro
por las circunstancias nos lo resumen al típico héroe de acción. Tampoco ayuda
que Olivia Munn como la Doctora Bracket tomé un arma y así al instante se
vuelva en una experta al momento de disparar. No puedo evitar sentirla
desaprovechada al poderse explorar su rol de científica o bióloga sobre estas
criaturas.
Entre el elenco se destacan Sterling K. Brown, Thomas Jane, Trevante
Rhodes y Jake Busey, éste último cuyo
padre interpretó al padre de este personaje en Depredador 2. Otro desperdicio
considerando lo fugaz que es empleado. En sí todos son tratados como
extranjeros cuando hubiese sido mejor una estable brigada como sucedió con el
equipo de Arnold.
El director y guionista Shane Black tenía muchas ideas en mente y
mucho en juego, habiendo participado en la original esperaba una profunda
continuidad a ese contexto forestal. Tal vez haber hecho lo que James Cameron
hizo en Aliens o irse al pasado y arriesgarse como fue el caso de Scott con
Prometeo.
El Depredador ha perdido su magia por ser una figura familiar que a haber
tomado el estilo de Inframundo: El Amanecer, no le ha beneficiado por completo.
Retoma elementos de la original y le da su toque humano con personajes
inestables pero al final, se siente más de lo mismo. Las buenas intenciones
eran claras pero es obvio que Fox necesita priorizar Alien mientras pueda.
Calificación:
3 de 5 estrellas