Hemos llegado a Foucault y todo este concepto de la normalidad la convierte en uno de los capítulos con la mejor enseñanza a obtener considerando aquella obsesión que no nos deja ser como queramos y en muchas facetas. Es imposible no habernos sentido rechazados en algún momento o temerosos de decir o hacer algo por hacernos ver raros cuando realmente ser uno mismo es lo mejor que te puede pasar.
De una u otra forma, la gente siempre va a hablar de ti, en lo que sea siempre va a tener una opinión a medias porque el punto es desquitarse. Un ciego e ingenuo reflejo de uno mismo como vemos el caso de Bruno quien se desquita con su padre por haber tocado el tema de la homosexualidad en clase. Siempre a la defensiva y al verse humillado tras ser expulsado comienza a descargar su furia con Santi, un maestro que se preocupa por lo que está pasando en vez de hacerse el ofendido para abrirle un expediente.
Ciertamente vivimos en una cultura donde el sobrepeso es visto mal, como si ser gordo debería ser sinónimo de sentirse culpable. También te pone a pensar en la frustración generada al no sentirse libre o aceptar quienes somos. Obvio que Bruno es el estrella de este capítulo pero Joan va acapara al mostrándonos que su camino de rebeldía quizás no era el modo que se creía fuese el correcto. Ese conflicto entre padres e hijos es intenso de analizar porque existe cierta verdad entre ambas partes y lo que se debía hacer era hacer a un lado el orgullo y sólo hablar con honestidad. Escuchar.
La tensión en casa con Pool se dispara al no sólo verse en la necesidad de vender su moto sino experimentar la muerte de su estimada abuela. Que en palabras crudas de Merlí, nunca se es delicada por lo que verlo en su punto de quiebre es tan conmovedor ante esos miedos que todos tenemos al quedarnos solos y sin dinero, puras deudas, inseguridades y sin futuro que con el apoyo de Bruno, vaya que es una escena bastante desgarradora.
En una nota positiva, encontré gracia que Gerard haya encontrado un condón en el sofá, suponer que tu madre tiene sexo debería ser visto lo más normal, en un adolescente nunca se sabe cómo se va a reacciona así que estamos viendo lo controlador que suele ser.
Después de todo este episodio, el concepto que tenía sobre los funerales ha cambiado porque en realidad no importa lo que digas, sino que estés ahí.
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