No puedo evitar sentir que han sido brutales con esta supuesta última
adaptación del universo de los X-Men. Tanto emotiva como nostálgica ante las
referencias a la Primera Generación; Sí se tratase de la última vez que veremos
a estos actores, me atrevo a decir que fue una grandiosa aventura de la cual
encontré satisfactoria para ser su conclusión.
Como que empiezo a sentir sobrevalorada a Avengers: Endgame ya que la
historia de esta antagonista al lado de la invasión alienígena tuvo sentido.
Una especie de mutuo beneficio que brindó frutos en el tercer acto lo cual es
lo que importa en cuestiones de trama. Ya dependerá de las personas que pensar
al respecto, pero en mi caso la volvería a ver en cuanto llegué a la renta.
Las batallas no son tanto
físicas sino emocionales ya que buena parte del guión se enfoca a esculcar lo
que lleva adentro Jean Grey, su pasado y evolución. Creo que hace lo posible
por acercarse a los comics, pero de una u otra manera, hace lo necesario para
mantener el espíritu de la franquicia conforme comenzaba a explorar lo místico.
La secuencia del espacio es lo que te abre los ojos ante lo que está
por suceder, el conflicto entre Magneto y Charles por detener a Phoenix eleva
el suspenso al siguiente nivel y ni se diga del ataque-defensa del tren. En una
palabra: espectacular. Verlos pelear juntos y en contra es lo que te mantiene
invertido en sus dos horas.
Sé que muchos me van a criticar y sobretodo cuestionar sobre el tipo
de película que vi, desde X-Men: Primera Generación, esta especie de precuelas
me han gustado bastante, ni se diga Días del Futuro Pasado la cual ha sido mi
favorita seguida de Apocalipsis. He sentido que han manejado mejor este
concepto de los mutantes y es lamentable que lleguen a un alto.
De igual manera, Simon Kinberg hizo una tremenda labor como director y
guionista, reparó las inconsistencias de la Saga de Dark Phoenix en X3: La
Última Batalla y le dio más esperanza y humanismo a esta antagonista. Sophie
Turner quien asume el protagonismo con ayuda de Jessica Chastain que se nota la
estuvo asesorando, logra alcanzar el tono necesario para el cierre.
James McVoy como siempre cumple con su parte al lado de Michael
Fassbender, Jennifer Lawrence como Evan Peters aparecen poco para darles
espacio a Nicholas Hoult de destacar su rebeldía, Tye Sheridan de lucir más
como Cyclops, Alexandra Shipp de brillar en los efectos junto a Kodi
Smit-McPhee. Todo sin excepción, se lucen en cada oportunidad.
Quizás los vestuarios estuvieron flojos y la cinematografía limitada,
pero eso es lo que hace que Dark Phoenix sobresalga, que su conflicto siempre
se reduzcan a las personas importantes y con la música de Hans Zimmer para
contagiarnos, no se puede contradecir que todos los involucrados dieron su
máximo esfuerzo porque no había de otra.
Calificación: 4 de 5 estrellas.
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