lunes, 8 de abril de 2019

Merlí T3-C6


Ha sido un serie bastante tensa, oscura y directa quizás a su contenido; pero lo que es y en cierto enfoque no habría mejor forma de resumir a lo que uno se mete cuando se juega con drogas, marihuana o lo que sea. A todo este desorden ha llegado bien la clase sobre Kierkegaard, eso del vértigo de la libertad, el miedo de tomar decisiones y afrontar las consecuencias por uno solo, funciona para todos los involucrados; por el momento para Marc quien debe hacerse cargo de su robo del cual hizo trampa al revelárselo a un inconsciente Gerard y Oksana que parece estar más tranquila y enfocada a su rollo de madre.

Entiendo que Merlí se encuentre cuestionándose sobre sus enseñanzas: su aprendiz favorito Pol vendiendo drogas junto con su hermano, siendo reclamado por Eugeni y Gina por el brote psicótico que sufrió Gerard y ni se diga de las locuras que hizo con la mala influencia de Joan en el laboratorio. Algo incómodo pero de qué pasa, pasa y no es para asustarse como trató de manejarlo Eugeni. De pasó me gustó ver esa interacción entre Marc y su madre en el hospital, sirvió de mucho descansar de su padre y hasta de Silvana.

La forma en que Gerard entra en crisis le pegó un gran susto a Joan que pese a recibir una regañada de Merlí, no se libró del miedo tras serle revelado que su padre ha recaído y por tanto ya no puede darse el lujo de ser el imbécil que tenemos ya un buen de ver. Ni siquiera de salir corriendo a Inglaterra. Merlí tampoco se olvidó de Pol al enfrentarsele, aunque tampoco Tania pudo hacerle entrar en razón como ha tratado desde que inició esta temporada. Al menos obtuvo una probada de lo que siempre ha querido. Fue el padre de Oscar y Pol quien hizo el trabajo como se debe hacer y les puso un estate quieto que no dejó vuelta atrás.

Agradable ver a Gina y Merlí juntos aunque no sean las circunstancia esperadas. Es impactante ver a un traumatizado Gerard, pero el mensaje no se pudo haber mostrado de otra forma. Es obvio que esto no es culpa directa de Merlí ni de Pol, cada quien decide y como consecuencia se debe abstener a las consecuencias porque así es la vida. Uno sabe a lo que se mete y por ende, sabe exactamente qué esperar aunque sea por mucho ingenuo.  

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