No había tenido la oportunidad de ver
ninguna de las películas de esta exitosa trilogía, bueno a excepción de la
tercera que se tornó en un rotundo fracaso considerando que la primera se
convirtió en el número de los Estados Unidos con $ 234.7 millones en 1984 seguida
por unos $ 155 millones de la segunda. Muy inusual que una comedia policíaca
haya sido un boom en esa época.
Además recibió una nominación por Mejor
Guión en los Oscares y fue ganador de un Grammy por su banda sonora dado que si por algo
luce se debe a su catálogo de canciones populares y por supuesto el carisma de Eddy Murphy. Desconozco si
ya era famoso en ese entonces pero si no, aquí sin duda mostró su talento al
interpretar a este imprudente, vacilante y ocurrente detective de Detroit en pleno Beverly Hills.
Debido al asesinato de un viejo amigo,
el detective Axel Foley decide investigar el caso a pesar de haber fracasado en
un operativo y estar en la cuerda floja, esta travesía lo lleva a nada menos que a la ciudad de las estrellas alias Beverly Hills donde sin importarle las fachas y su horrible carro, usa sus
palancas para abrir puertas y a través de ocurrencias consigue la información
necesaria para avanzar en el caso.
Debo confesar que sus diálogos provocan mucha risa, es tipo Arma Mortal, Pareja Explosiva o Duro de Matar pero en un tono ligero. Inclusive hay referencias de ese contexto que quizás podrían ser un poco controversiales, pero por ser principalmente de género comedia se permiten tomar ciertas libertades, después de todo fue la película #1 de Estados Unidos.
La policía de Beverly Hills están en otro
nivel o eso nos lo aparentan en su trama y pese a que Judge Reinhold, John Ashton y Ronny Cox aparecen de reparto,
hacen buena mancuerna con Murphy al momento de ejecutarse las bromas. Al menos
logran obtener más presencia en la secuela y sin quedarse fuera de la acción
gracias al director Tony Scott donde al igual que Lisa Eilbacher, Brigitte
Nielsen destaca entre los hombres y más como antagonista.
Quizás la segunda entrega no luzca como
la primera, el director Martin Brest tenía el elemento de sorpresa en ese
entonces y supo mezclar el humor con el suspenso y la acción. Scott retoma los
elementos añadiendo tensión y desatando la acción con peligro y explosiones,
aunque la comedia bajo de tono por mantenerse igual, pero igual te roba ciertas carcajadas y en una de ellas, Chris Rock está presente.
La segunda busca el retorno del detective Axel a Beverly ante el atentado que sufre uno de sus nuevos amigos, han pasado dos años y está vez parece prosperar en su carrera o eso nos lo hacen ver con su traje al principio. Haciendo de sus trucos, Murphy retoma la formula pero está vez el peligro sube al siguiente nivel por lo que resulta una buena secuela.
La clave de ambos éxitos se dio gracias a
Jerry Bruckheimer y he ahí el rotundo error de hacer una tercera sin éste. Por
lo tanto Netflix tiene en mente o eso se dice, de reunir a Bruckheimer y Murphy
para una cuarta. Por esa razón se relanzaron estas primeras dos entregas en
Netflix y si no fuese por la pandemia, Beverly Hills Cop 4 ya se hubiese filmado este año.
Entretanto, tuve la oportunidad de verlas
y hasta disfrutarlas.
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