Antes de
que la chispa del Universo Cinematográfico de Marvel se disparara con Iron Man en
el 2008, primero llegó X-Men en el 2000 dándole todo un giro al género de
superhéroes de la cual a duras penas veíamos un título por año.
Algo
importante a resaltar es que desde ese entonces, X-Men se mantuvo en nuestras
vidas hasta el 2019 “Supuestamente”. Enfatizo supuestamente en víspera
del monstruoso estreno taquillero de Deadpool & Wolverine, por eso me veo
en la necesidad de hacer una retrospección de esta saga antes de meterme de
lleno.
Tenía 13
años cuando me llevaron a ver la primera adaptación y la baba se me caía
literalmente cada que aparecía Jean Grey en escena. Hasta la fecha, cualquiera
de las dos versiones de esta intrépida pelirroja me sigue volviendo loco.
Culpable.
Mi
hermano de inmediato adoptó a Ciclope como su favorito (mayormente por esos
lentes fenomenales) mientras que yo sí me enganché con Logan y su tosquedad
sarcástica. Se trataba de un superhéroe diferente a los clásicos chicos buenos.
Además, esas garras brotar de sus manos era algo novedoso y más al no tener ni
la más mínima idea de los comics que hasta la fecha sigo igual. Qué puedo
decir, soy más de libros.
Sumándole
a lo anterior de que nací en el adventismo, pues nunca se me introdujo en el
mundo de los superhéroes por asumirse obra del diablo, pero eso no quito que
pudiera conocerlos a través del director Bryan Singer quien terminó por posicionarlos
en la cultura popular gracias a lo bien recibida que fue X-Men 2.
De mi
parte prefiero La Ultima Batalla, que entiendo la cuestión política y el
desarrollo de personajes de este formidable ensamblaje que disparó las carreras
de Jackman, Halle Berry, James Marsden, Anna Paquin, Rebecca Romijn-Stamos,
Shawn Ashmore, Kelly Hu y les dio el tan merecido segundo aire a veteranos como
Ian McKellen y Patrick Stewart.
Tratándose
de un filme de superhéroes, esas cuestiones de la moral y la política en conjunto
con las virtudes, defectos e interacciones de cada uno de los involucrados, sin
importar el bando, ofrecieron un panorama completo inyectándole de seriedad
absoluta. Lo entiendo, pero personalmente prefiero el caos y el ritmo de La
Batalla Final, que en su momento amé y más por ver a Dark Phoenix colocarse en
el centro de la atención y desatar tanta incontrolable destrucción. Sin
olvidarnos del asombroso traje rojo y la escena en donde Wolverine termina por
matarla. Memorable como otros efectos especiales en donde participa Magneto.
Aún
recuerdo que la promovieron como la última, esa tarde justo salía de ver la
readaptación de Poseidón que uno de los trabajadores del cine nos dijo que en
un par de minutos era el estreno y decidimos verla ya que andábamos ahí.
Incluso la volví a ver con una amiga a la semana siguiente dándome cuenta de que
fuera de la historia oscura de Phoenix, todo ese asunto de la vacuna y la
atmosfera política no era tan atractivas como supuse.
Tampoco
ayudó X-Men Orígenes: Wolverine, aunque el videojuego en Xbox fue divertido de
jugar, ódienme, pero la verdad que esta versión de Deadpool me pareció la mejor
versión de Ryan Reynolds y más por haberle cerrado la boca.
Confieso
que el humor de Reynolds no es de mi total agrado, prefiero más su seriedad,
pero obvio que me encuentro bromeando sobre su boca, es sólo que me gustó verlo
en modo serio, pero he ahí mi desconocimiento de los comics. Aún así la
rivalidad entre Logan Victor Creed fue interesante de ver aunque como que me
quedé con ganas de ver más de Gambit, es que esta versión de Taylor Kitsch se
me hizo adictiva.
The
Wolverine (Inmortal), esa sí me ha parecido la mejor de su trilogía independiente
y gracias a que James Mangold supo hacer un mejor trabajo que Brett Ratner y
Gavin Hood. El cambio de contexto en Japón, el uso del tiempo, la despedida de
Jean y ver a Logan lidiar con su propia inmortalidad al revivir el pasado, no
me puedo quejar, me pareció digna de la franquicia a diferencia de su
“despedida irreversible” en Logan que no coincidí con la crítica general de ser
la mejor de las mejores incluso del propio género.
Obvio que
aplaudo a Dafne Keen como Laura, se convirtió en el corazón de la trama
mientras que me dolió ver al Profesor X y al propio Wolverine como acabados y
deprimentes. Al igual que X-Men 2, entiendo el valor y lo que podrían
representar, simplemente no me enloquecieron de emoción como lo hicieron los
jóvenes con X-Men: Primera Generación.
Aquel
verano de 2011 resultó inolvidable porque recuerdo lo genial que eran los
avances, conocer la historia detrás del Profesor X, Magneto y Mystique. Verlos
como se reúnen y como se separan fue majestuosamente dolorso. Matthew Vaughn
hizo una tremenda labor al regresarle la credibilidad a esta saga al
transformar un suceso histórico como la crisis de los misiles y darle ese giro
inolvidable y de constante suspenso porque lo sucedido en la playa sigue siendo
una de las mejores secuencias que a su vez inspiraron a Bryan Singer a retomar
las riendas con Días del Futuro Pasado la cual en mi humilde opinión, es la
mejor adaptación de X-Men y quizás de todo el universo de Marvel. Amé cada minuto
de esta e incluso el corte especial de Rogue, que nunca debió haberse omitido.
No hay
mucho que pueda decir al respecto al ser esta Los Vengadores de Marvel para la
Saga de X-Men. Todavía sigo fantaseando que me regresó a mi versión joven para cambiar
el destino de la humanidad, y es que ver a los veteranos cobrar vida y morir,
fue una experiencia única y nostálgica, difícil de superar y en efecto tras la
decepción que resultó Apocalipsis.
Hasta la
fecha, la escena que comparten James McVoy y Patrick Stuart es sin duda de las
que no sólo te llegan al corazón sino te lo destrozan al resultar imposible no
derramar una lágrima. La lucha por la conservación de la esperanza, el
perdonarse a uno mismo y negarse a dar por pérdida una buena causa, en especial
si se trata de una persona, es un mensaje tan valioso y sorprendente, que por
eso mismo tiendo a disfrutar más de X-Men que de cualquier otra producción del
Universo de Marvel, incluso más que Endgame.
Lamentablemente,
la barra quedó tan alta que tampoco ayudó el haberse inspirado demasiado en el
estilo de Michael Bay para llevar a cabo Apocalipsis, y peor saber que Simon
Kinberg pudo haber redimido a la franquicia con Dark Phoenix si no fuera porque
Disney metió las manos y les hizo un tremendo desastre narrativo con tal de
proteger a Capitana Marvel. Vaya que el karma se las jugó muy duro con The
Marvels.
A pesar
del fiasco, todos los involucrados dieron lo mejor de ellos en Dark Phoenix y
no tengo miedo en decir que me pareció mejor que lo que esperaba. Con que
superara a La Batalla Final, me daba por bien servido. Todo el elenco dio lo
mejor de sí con lo que tenían, y con eso bastó para darle su cierre.
Ahora el
asunto con Deadpool, sí Ryan Reynolds tuvo que hacer muchos sacrificios para
salirse con la suya y lo respeto, no será mi actor favorito y menos un
superhéroe que siga, de que su versión de 2016 sea buena, lo es hasta cierto punto
y admiro que sepa hacer las cosas. De un solo trancazo recaudó mucho más que
otros títulos, incluyendo los de su competencia.
Debido a
ello, Warner Bros alteró Escuadrón Suicida para seguir el mismo estilo al igual
que sucedió con Thor en Ragnarok. Personalmente hablando, verla en los cines me
trajo una que otra carcajada, y había momentos sobresalientes, es sólo que el
humor negro se excedía hasta el grado sentirse incómodo. Igual no me quejo, tenía
lo suyo y que lanzara directas lo volvió diferente y único.
El
problema para mí fue Deadpool 2, parecía una fan fiction de Marvel por el
exceso de referencias y es que Ryan se pasó de la línea, hubo un momento en que
quería salirme de la sala pero el cameo de Brad Pitt me hizo quedarme para ver
que más me deparaba. La canción temática de Celine Dion y quizás los primeros
15 minutos como los últimos minutos me
gustaron por ser de lo mejor, de ahí en fuera, con una sola vez fue suficiente.
No quería
saber nada de este mercenario bocón, y así en un cerrar y abrir de ojos,
pasaron 6 años y que me encuentro de regreso en el cine para verlo en compañía de
no sólo Wolverine sino oficialmente dentro del universo cinematográfico de
Marvel.
En un
principio no tenía las intenciones de irla a ver, pero tras tantas opiniones y
un jugoso debut taquillero, me surgió la curiosidad de acudir al llamado y he
aquí mi humilde retrospección de la cual se darán una leve idea sobre mi
acercamiento a este material que muchos hombres han esperado por 19 años porque
eso es lo que se ha dejado claro en las redes sociales y me parece comprensible
tras ver a Hugh Jackman portar el atuendo original con todo y máscara,
incluyendo el spandex amarillo del cual se burlaron en la versión original.
Debo
admitir que me da gusto haber decidido irla a ver porque tiene lo suyo, es todo
lo que se espera de una producción de Deadpool pero con la estabilidad
proporcionada por Wolverine. Ambos actores se complementan, lucen con su humor
y las batallas entre ellas son malditamente geniales. Me sorprende que Disney
les haya dado rienda suelta y más en cuestiones de hablar mal de sus decisiones
y agendas políticas.
No sólo
critican el multiverso sino hasta se meten con la generación actual y lo del
género. Les dan su lugar a ciertos actores de ciertas franquicias que se
quedaron en el olvido e inclusivo le cumplen el sueño a uno de ellos de
interpretar a un personaje que nada más no pudo ser. Tampoco es una obra
maestra, lo repito, tiene lo suyo y se agradece que no sólo le haya metido corazón,
sino que le hayan rendido homenaje a los X-Men y a Nsync con ese inolvidable
baile de Bye Bye Bye. Que tiempos, se siente como si se hubiese hecho para mi
generación.
Después
de verla, me dieron unas ganas de volver a visitar esos títulos con los que
crecí y si debo destacar a dos cameos, por lo menos, yo diría que Chris Evans y
Jennifer Garner estuvieron genial. En cuanto los aspectos que no me volvieron
loco fue la armada de Deadpool, con dos o tres hubiesen sido suficientes, que
la villana fuese desaprovechada y que la historia en sí no aporta ni quita al
universo de por sí revoltoso.
Se siente
exclusiva de un solo evento, de un panorama a la Mad Max y es una lástima que
teniendo la TVA y viniendo de una gran y conclusiva segunda temporada de Locki,
sigan sin saber sacarle provecho.
De una u
otra forma, te la vas a pasar a todo dar si relajas la mente y tratas de no
hallarle sentido a lo mostrado. Lo digo por mí, siendo alguien que prefiere las
de X-Men por su seriedad y sentimentalismo, pero eso no quita que no haya
disfrutado Deadpool & Wolverine. Dentro de lo que cabe, cumple con las expectativas
al poderla tolerar.
M sentí cómodo
con la música y referencias por haber crecido en los noventas aunque no lo
parezca ya que tuve que mostrar mi credencial de elector para poder entrar, lo
cual es un cumplido para un cuarentón.
Lo del
depravador tocándole mientras le colocaba el traje, las constantes peleas entre
Deadpool y Wolverine y desenterrando el cuerpo de Logan para enseguida pelear
con los oficiales de la TVA fueron de las escenas que hicieron reír mucho y que
sin duda quisiera volver a verla.
Las cosas como son y mis respetos para Ryan
Reynolds, de que le batalló, le batalló y se lo aplaudo tanto a él como al
director Shawn Levy porque si no fuera por ellos, no hubiésemos tenido la innecesaria
pero que resultó necesaria resurrección de Logan en manos de nuevo de Hugh Jackman
quien seguramente seguirá interpretándolo hasta los 90 años.
He aquí brindo por esta y más aventuras de Deadpool & Wolverine, aunque el homenaje colocado durante los créditos me hizo recordar bastante lo bien que la pasé viendo estas películas conforme iba creciendo. No serán perfectas, pero todas las de X-Men, incluyendo Los 4 Fantásticos y Daredevil representan momentos muy bonitos de mi niñez, adolescencia y juventud. Esa misma sensación y nostalgia fue lo que me hizo pasar el buen rato con Wolverine & Deadpool, eso y también el humor, en parte.
Y a todo eso, por qué estaba llorando Thor?
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