El icónico superhéroe basado en el universo de Marvel finalmente llega a la pantalla de forma patriótica, colorida y espontánea. Lo cual representa un distinto estilo en relación a su género. A la mayoría del público no le tiende a gustar ver sangre o cuerpos mutilados, pero Capitán América opta mejor por insertar efectos especiales manteniendo sano el panorama. Obviamente esto causa que la trama nunca profundice ni se desarrolle como el verdadero potencial que pudo haber sido.
Contamos con un descriptivo contexto, varios elementos y personajes interesantes que fácilmente conformaba candidato para estar a la altura de Batman Inicia y El Caballero de la Noche, pero desafortunadamente se mantiene poco distante inclusive de Iron-Man, mas se termina siendo una mejoría de Thor. He aquí donde las comparaciones entre estos superhéroes se pondrán de moda en la mayoría de las conversaciones casuales.
Dícese ser un relato de orígenes pero diría que más bien trata de las crónicas de un buen hombre. La cualidad del soldado se disfraza con la imagen de un patriota, pero no se desvía por completo del idealismo y los valores. Asimismo se le da otra forma a la Segunda Guerra Mundial mediante el agregado de la tecnología avanzada, se hace una referencia a Odin (el padre de Thor) y se promueve la búsqueda de los artefactos de poder por parte de Hittler. Lo cual me recuerda a Indiana Jones.
En cuanto la película comienza, muchos nos quedamos en interrogación porque el mero principio parece una especie de suspenso. Conforme pasa el tiempo, nos damos una idea de su posible dirección. La estructura del guión corre a un ritmo pausado la primera hora. Al ingresar a la segunda, se domina por múltiples secuencias de acción. Algo que noté en los guionistas, es que han tendido a volverse fríos en cuanto a los sentimientos humanos.
Lo anterior podría deberse a que no quisieron darnos una obra de sufrimiento, pero a fin de cuenta termina siéndolo por la propia naturaleza del género y por el modo en que deben vincularlo con Los Vengadores. Por esa misma razón siento que la parte conclusiva pudo haber sido otro diferente. Debió de haber sido su propio porque se trata de su aventura. No obstante, es un buen producto a comparación de otras adaptaciones.
El director Joe Johnston hace un buen trabajo al coordinar las secuencias de acción y estrategia. A pesar de carecer de punto central terminan siendo espectaculares. En cuanto al desarrollo de personajes, sólo se apoya en el protagonista lo cual es válido. Sin embargo, nos hubiera gustado haber visto más la vida de los otros combatientes. Se aprecia la espontaneidad de la comedia, en ningún momento se siente forzada pero hizo faltar progresar en las escenas emotivas. En este último y fundamental aspecto humano, Kenneth Branagh sobresale con Thor.
Es bueno ver que Chris Evans dejó el carisma y la rebeldía de la Antorcha Humana para convertirse en un serio y determinado Capitán América. Tiene los músculos, los movimientos y un traje novedoso, pero en sí no es un superhéroe que muchos aspiran a ser por el sólo hecho de que no tienden a darle fuertes obstáculos. Por ejemplo: Batman tuvo demasiadas complicaciones con su identidad y aparte los villanos parecían estar siempre a un paso adelante de él. En cuanto a Iron-Man, su extrovertido carácter y tecnología lo hacían un blanco fácil.
Lo que intento comentar es que Capitán América no tiene problemas de identidad ni efectos secundarios físicos letales en cuanto a su transformación. Al igual que Thor, no tienen arrepentimiento alguno y por esa misma razón no logran conectarse emocionalmente con la audiencia. En pocas palabras, son figuras superficiales con habilidades y valores interesantes. Especifico que esta percepción no la considero mal, pero para tratarse de un terreno de guerra, se desaprovecharon muchos recursos que podrían haber ayudado en el desarrollo del personaje.
Hugo Weaving como Johann Schmidt (Red Skull) sobresale principalmente por su acento y efectos físicos. Como villano es estable, pero de igual modo siento que se pudo haber hecho más con su papel. Es atrayente reconocer que él y Capitán América son opuestos en sus ideologías pero idénticos en la fuerza de su poder. Desgraciadamente sus interacciones entre sí son breves y escasas, y por ende carecen de ser llamadas memorables. Sin embargo, el esfuerzo de Weaving y Evans es bastante notorio.
Hayley Atwell es maravillosa como la agente Peggy Carter, su perfil me recuerda a Kate Beckinsale en Pearl Harbor y más con ese vestido rojo. No es una actriz reconocida pero después de verla en esta película, presiento que su carrera está por despegar. Entre otros del reparto: Tommy Lee Jones se roba la función con sus excéntricos diálogos, Sebastian Stan enseña su carisma, Dominic Cooper si pasa como el padre de Tony Stark y sería emocionante saber más y por último, Stanley Tucci comparte fácilmente la mejor escena dramática al lado de Chris Evans.
Los escenarios son diversos desde callejones en los Estados Unidos hasta localizaciones exóticas internas o externas. Muchos cambios climatológicos y sobretodo, muchos lugares destrozados. El contexto estará situado en los años cuarenta, pero eso no detuvo a los productores emplear transportes, equipos, armas y bases subterráneas modernas. Sin duda parece una mezcla de nuestra realidad con aquella y lo curioso es que encaja del mismo modo en que X-Men: Primera Clase lo hace.
La música juega un papel importante especialmente en el segmento musical cuya intención era mostrarnos la estrategia de conseguir fondos como se habrá visto anteriormente en La Conquista del Honor. Excepto que aquí no se hace énfasis en criticar esta clase de mercadotecnia, simplemente se opta por añadir un cierto tono artístico y a la vez lucir las historietas originales.
Alrededor de 1,600 efectos visuales fueron desarrollados con la ayuda de 30 distintas compañías. Entre los destacados tenemos la representación física delgada y estatura inferior de Steve Rogers. Tal parece tuvieron que pasar por muchos procesos en orden de capturar la debida naturaleza de inferioridad. No podemos omitir el escudo, tanto actor y editor tuvieron que coordinarse para darle ese realismo y peso durante su uso y lanzamiento. Inclusive el departamento de maquillaje colaboró en el rostro de Hugo Weaving para darle esa especie de antifaz humana al verdadero rostro rojo y deforme.
El vestuario es decente y propio de ese contexto, pero presiento que el traje del Capitán América necesitó removerse de muchos compartimentos o contenedores porque lo saturaban tanto. Debió ser más sencillo porque de hecho no suele sacar herramientas, excepto por su reloj, pero eso puede caber en un solo bolsillo. Fuera de este detalle, sigue siendo superior al de Linterna Verde y ahí se da con el de Thor.
Aunque algunos lo desconozcan, El Primer Vengador es de hecho el último que veremos por su propia cuenta en los cines ya que hasta mayo del próximo año lo tendremos junto con el resto de Los Vengadores. Para tener una ligera noción de ese futuro, se recomienda permanezcas en los asientos porque posteriormente de los créditos contamos con una escena adicional mezclada con avances de la mega-producción. Marvel hasta la actualidad ha hecho un excelente trabajo en interrelacionarlas entre sí, especialmente por el cubo azul y la involucración de Nick Fury.
En conclusión, no será una obra maestra pero se defiende como una obra original que ofrece buen entretenimiento en una temporada inmersa de secuelas. Desafortunadamente, el tener en mente la trama de Los Vengadores provocó que Capitán América no desarrollara su propio potencial y mucho menos, tuviera su propia conclusión.
Entretenida, Patriótica y Ligera en cuanto a su género.