sábado, 11 de junio de 2011

La novela y película de Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte I (Harry Potter and the Deathly Hallows Part I)


En diciembre de 2010, me puse como objetivo leer las siete novelas para así recibir en los cines la segunda y final parte de Harry Potter 7, la cual honestamente sería la primera y única de la serie en verla en la gran pantalla. Si desconocen las razones detrás de esto, son bienvenidos de leerlo en la columna de La novela y película de Harry Potter y La Piedra Filosofal.

Gracias a un compañero lector, le pedí exactamente en qué capítulo terminaba la primera parte para así no llevarme ninguna sorpresa con el resto de la novela. Se me hace interesante analizar que abarcaron entre 450 a 500 páginas para adaptar la primera parte, significando que la segunda parte será más operativa e innovadora.

Desde que comencé a leer la última novela, supe como muchos de que se trataba de algo nuevo y fresco. El séptimo año comenzó con el regreso de Voldemort quien desapareció por completo de la sexta parte. Algunos círculos se cierran como los Dursleys y el objetivo de Harry Potter se define con la búsqueda de los horcruxes y las Reliquias de la Muerte. También continuamos con la relación HarrGinny, siendo de nueva cuenta momentánea y menos tensa que en el texto. No nos olvidemos de RonMione quienes permanecen indirectos entre sí.

Las temáticas anteriores abundan en la novela pero a una extensión más prolongada y descrita. La autora J.K. Rowlings se diferencia de Stephanie Meyer en cuanto a: llevar a los personajes al máximo, salirse por completo del contexto familiar y otorgar una narración profunda e inmersa de aventuras, relatos y acción. Y tan sólo se trata de poco más de la mitad.

El séptimo año de Harry Potter justifica su división y se nota en la adaptación fílmica. En general, la mayoría de los subtemas fueron empleados mientras otros son omitidos o resumidos a una simple escena, sólo por fidelidad. No falta el material adicional que es sólo descrito en la novela, pero exitosamente producido en la película.

Entre los cambios del guión notamos una nueva y emotiva introducción en donde Harry Potter no es el único preparándose para la misión dejada por Dumbleadore, sino incluso ingresan Ron y Hermione. La adición de Hermione borrando su existencia en la memoria de sus padres es un toque conmovedor y triste por la musicalización mezclada con la expresión de la actriz.  Es lamentable haber eliminado las despedidas de los Dursley; especialmente el apretón de manos de Dudley, no sé porque el apuro si se contaba con tiempo. Afortunadamente el extenso antagonismo de Voldemort compensa estos detalles. La reunión inicial del Señor Oscuro se constituye como una de las mejores transferidas. 

La secuencia de escape de Hagrid y Harry hacia el Burrow está totalmente cambiada y expuesta a los Muggles. Inusualmente funciona sintiéndose sublime por tratarse de una persecución original con gratos efectos especiales. Me sorprende la exactitud de los siete Potters y la profunda seriedad invertida. Sin embargo, hizo falta mencionar a Snape y la oreja sin generarse del  gemelo. Por otra parte, es bueno saber que se respetó el suceso pasado de Bill en El Misterio del Príncipe, haciendo referencia obviamente a la novela.  

Es una decisión correcta agregar a Dobby junto con Kreacher, después de todo reconozco los diálogos escritos en la novela pasada. También Dobby recibe tiempo por haber sido ignorado en las películas anteriores y así no se siente brutal en el desenlace. El misterio de R.A.B. se mantiene al mínimo como Kreacher, lo cual no tiene caso duplicar la secuencia memorable de la cueva. La infiltración al Ministerio de Magia mantiene un excelente tono de suspenso y comedia. Me da gusto que la planeación se haya omitida y en su lugar nos quede la sorpresa de descubrir los sucesos. De igual forma, para los que leímos la novela,  sabemos que el trio no sabía realmente lo que estaba haciendo. Había mucho riesgo por la falta física de los actores, pero al menos se mantuvieron las voces. Debo admitir que esta secuencia quedó mejor que la novela.    

Una estancia breve en Grimmauld Place era necesaria para no cansarnos, una ceremonia de boda interrumpida seguida de un ataque impresionante en la cafetería nos muestra la intensidad de esta secuela. Hogwarts ni Snape reciben tratamiento porque su única conexión con el retrato de Phineas Nigellus Black es omitido. El baile entre Harry y Hermione es algo nuevo y sugestivo de analizar, estaba seguro que parecía guiar a un beso. En el texto siempre se han visto compartiendo una profunda amistad y hubo ocasiones donde creía que Hermione quería a Harry Potter. Más todo parece precisarse en este sencillo y divertido baile de confortación por la huida de Ron.  

Lamentablemente seguiremos con el secreto del Snitch capturado por Harry en la primera película de la serie. Todavía no he podido descubrir por mi cuenta qué significa lo escrito, pero espero sea un suceso atrayente cuando se revele. De nueva cuenta, no emplean la capa de Invisibilidad aunque de esta manera el paso del filme puede moverse a paso veloz en vez de alentarse por la secrecía del o los portadores.

La animación del cuento de Los Tres Hermanos es escalofriante y entretenida. Uno de los resaltes claves por su creatividad y fidelidad en la narración. La escritora tuvo una tremenda imaginación al escribirlo por su moraleja. Asimismo siento su semejanza a piedra, papel o tijera. A pesar de tratarse de una supuesta fábula, tiene mucho sentido mitológico. Y qué pasó con el destino de Pettigrew, verlo terminar en ese estado me despertó inquietudes. Quiero creer que será presa de Voldemort para alimentar su villanía.

Al menos Dobby recibió su despedida a diferencia de Dumbledore. El cierre de la primera parte te mantiene alerta de los eventos por venir, 3 horcruxes hacen falta y tenemos la noción de una por la urgencia de Bellatrix en la Mansión Malfoy. Por lo menos, el misterio de la Elder Wand es resuelto. Esto explicaría porque Dumbledore pudo vencer a Voldemort en La Orden del Fénix y porque siempre le ha temido. Dumbledore era invencible con esa varita pero ahora en manos de Voldemort, sé que debe haber una razón por la cual no se la heredó a Harry Potter. 

Emergiéndonos en los aspectos técnicos y actorales, se confiesa que  el espíritu cobra vida a un nivel superior después de lo pobre que se sintió El Misterio del Príncipe. El director David Yates se reivindica entregándonos fácilmente la mejor película de su carrera gracias a su pleno conocimiento y dominio de la fuente original.  Se aplaude su decisión de reciclar hechos de la producción pasada insertándolos como diálogos para explicarte lo más nítido posible el contexto presente. Viendo la batalla de Hogwarts no sucederá hasta la siguiente parte, sigo sin perdonarle no haber empleado la secuencia climática en su anterior producción. El estilo en esta versión es más aventurero y callejero, la tensión y oscuridad se intensifican con misterio y acción. El desarrollo de los personajes es más claro y el peligro es evidente. Las nuevas adiciones complementan los cierres y la nostalgia se aproxima.  Sin duda, el director está cumpliendo con un excelente trabajo, esperemos y lo continúe en la segunda parte.

La cinematografía se vuelve más variable, es bueno no encontrarnos en los interiores y exteriores de Hogwarts. Después de una década de vivir ahí, se siente refrescante. El cementerio con la tumba de los padres de Harry es una escena melancólica, la casa de Bathilda se siente tenebrosa, la mansión de Malfoy se siente siniestra, la cafetería es letal y los bosques fueron perfectamente usados para agregar una persecución con magia.  Cada localización mantiene constantes cambios climatológicos, transmiten diversas emociones y la musicalización las sabe destacar.

Ninguna película de Harry Potter había logrado una nominación a los efectos especiales hasta esta parte. Siendo inusual por la Academia, pero necesaria. No importa su fugacidad en los efectos visuales, porque su perfección en su ejecución es suficiente para deslumbrarnos. Incluso el sonido juega el mejor papel. Obviamente la mayoría de estas secuencias son recontadas, pero se aprecia su creatividad.

Los únicos protagonistas del filme son Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson. Usualmente Radcliffe tiende a dominar y permanecer en la escena final, pero no es su caso en esta parte. Grint y Watson siempre están a su lado hasta el final y ello le da finalmente protagonismo. Este trio maneja toda clase de sentimientos y no son extraños de la acción, básicamente son la fortaleza de esta aventura, si no fuera por su determinación, química y experiencia, Las Reliquias de la Muerte Parte 1 hubiera decepcionado.

Es una tragedia no contar con Michael Gambon, se siente la falta de la voz de la sabiduría. Siendo un hueco necesario para darle realismo al peligro y darle el respeto a la muerte. Porque esto no es El Señor de los Anillos, Dumbledore no se levantará como Gandalf y la Orden del Fénix no es invencible como la Comunidad del Anillo. Es satisfactorio contar con el retorno de Ralph Fiennes quien aprovecha su papel extendido para posicionar a Voldemort entre los mejores villanos. Entre los veteranos tenemos a Jason Issacs, Helena Bonham Carter, Brendan Gleeson, Imelda Staunton, David Thewlis y Bill Nighty como el nuevo y fugaz ministro. Todos ellos mantienen la fidelidad de sus papeles pero se mantienen lejos de la aventura, por esta vez.

En conclusión, Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte 1 es fácilmente la mejor adaptación y película de todas, sin embargo, no se puede presumir de ese modo debido a que es la mitad de dos. Su destino depende de la otra y por ende, debe considerarse como una prometedora séptima película. No me queda más por decir que: ¡Exitosamente cumplí mi objetivo! y me uno al resto de los seguidores para ir al cine este fin de semana y concluir la aventura en 3D.

La primera parte es totalmente distinta a lo que se ha leído
y visto, comentado de una excelente manera.    

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