Existen dos tipos de clases en el año 2154: los pobres quienes habitan
la contaminada Tierra mientras que los ricos viven saludablemente en una lujosa
estación espacial llamada Elysium. El deseo de llegar a ese paraíso se
encuentra en Max Da Costa quien tras ser expuesto a la radiación, no le queda
opción que regresar al contrabando aunque deba depender de un implante robótico
para mejorar sus habilidades de sobrevivencia.
Tecnológicamente hablando se encuentra en camino pero contextualmente,
Elysium se aproxima a la realidad en muchos sentidos. Comúnmente la decadencia
de la Tierra es evidente, hasta el grado que los escenarios de Los Ángeles se
filmaron en el distrito de Iztapalapa en las afueras de la Ciudad de México
porque la cinematografía concordaba con las características de esta zona
devastada.
Los implantes robóticos cada vez se están volviendo acertados
principalmente en el avance de la aeronáutica. Cada vez se programan a las
máquinas para realizar las operaciones, se diseñan brazos y piernas para
sustitución, por el momento las visas cuentan con un rastreador lo cual no
pasará mucho para que nos lo inserten en nuestras manos o cabeza como un
identificador oficial.
La situación laboral si es un hecho actual porque existe mucha
injusticia salarial, problemas en el sistema de salud donde no todos cuentan
con esa prestación y la sobreexplotación vinculada con amenazadas de despido. La
existencia de las maquiladoras beneficia en lo mínimo porque mayormente termina
por destruir tu salud. La paga es mala, la mano de obra exhausta y los
beneficios nulos. Habrá algunas excepciones más por lo que he escuchado, es una
situación que merece regulación, pero honestamente ¿qué empresa no la requiere?
La clase media es inexistente porque aquí solo se manejan los pobres y
ricos, lo que me pone a pensar que también vamos para allá considerando como
los precios han aumentado mientras el salario se mantiene en lo mínimo. Debido
a la sobrepoblación pues podría decirse que siempre habrá demanda. Curiosamente
soy de la ideología de que si los ricos se pusieran a ayudar, la economía
global sería otra historia pero debido a nuestro egoísmo como seres humanos y
la necesidad de tener más es la razón fundamental por la cual muchos viven como
pobres para que pocos vivan como ricos.
La seguridad de Homeland y la
inmigración son los puntos clave de esta adaptación porque resultan ser los
únicos puntos que reciben desarrollo puesto que el resto sólo son manejados
superficialmente. A través de un personaje principal, un antagonista y un
intermediario se comprenden este sistema aunque al final sólo resultan subtemas
porque el corazón del guion radica en la travesía de Max por salvarse de la
muerte inminente.
En el aspecto narrativo, Neill Blomkamp supera a Distrito 9 por tener
una definida línea histórica, además de contar con un auténtico desenlace. Se
inspira en las problemáticas de la sociedad moderna y le añade ciencia ficción
para darle esa sensación futurística. Por ejemplo: los agentes robóticos son
sinónimos de los oficiales de migración quienes andan revisándote lo que traen
y contestándote de mala gana para ver si caes. Interesantemente contiene un
contenido crítico que posteriormente se puede analizar pero presiento que no
será de gran satisfacción hacerlo.
La dirección de Blomkamp es un poco sucia y quizás esa haya sido la
intención. Visualmente impresiona con los escenarios de Elysium pero se produce
mucha tensión por las ruinas de Los Ángeles. Cinematográficamente destroza a
Después de la Tierra y Oblivion, mas no se hable de la trama porque Blomkamp
nos ilustra con espectaculares efectos especiales. Dudo reciba el mismo
tratamiento de Distrito 9 en la Academia pero no descartó las posibilidades.
Los encuadres se distorsionan especialmente en las secuencias de
acción, desconozco si se deba por localizarse en la Tierra mientras que las de
Elysium son un poco más apropiadas. Aun así se aprecia el nivel de calidad
empleado en los combates personales y en las naves. La música de Ryan Amon deja
un poco por desear, no sé quizá debió reducir ciertas tonalidades para
multiplicar su suspenso y ayudar al expectante a poder conmoverse con lágrimas
y no en seco.
Es inusual ver a Matt Damon con múltiples tatuajes en su cuerpo y
calvo. Previamente el rol había sido ofrecido a los raperos Ninja y Eminem pero
por cuestiones de localización, no aceptaron. Por tanto Damon aceptó las condiciones
e inmediatamente adoptó una rutina de 4 horas en el gimnasio para adquirir
resistencia física. Debido a su actitud seria, nos es fácil acoplarnos con sus
necesidades básicas, añadiendo su esfuerzo al dialogar en español.
Preparando el aspecto emocional, Alice Braga interpreta eficazmente la
figura maternal y por tanto logra conmovernos mediante sus reaccione. Pese a
contar con pocos momentos con Damon, ambos comparten buena química deseándonos haber
visto un poco más de esta extraña relación.
Sharlto Copley resulta ser la sorpresa ya que deja de ser la imagen
simpática de Distrito 9 y se apoya en el aspecto kinésico de su personaje en
Brigada A pero llevándolo más al extremo macabro en cuestiones psicópatas. Realmente
su enferma diversión nos causa disgusto lo cual es un punto a favor de su
carrera. Indudablemente sus combates con Damon son épicos.
Entre algunas menciones: Jodie Foster es perfecta como la Secretaria
de Defensa porque el odio hacia ella fluye por su astuta caracterización, Diego
Luna sobresale con estabilidad y Wagner Moura la da otro giro a la autoridad
contrabandista.
En conclusión, concuerdo con el Director Bloomkamp en que Elysium no
es una predicción del futuro sino es hoy, este momento. Se trata de una adaptación
provocativa, actual e ingeniosa que no querrás perderte.