domingo, 29 de junio de 2014

Crítica de El Cielo Si Existe (Heaven Is For Real)


Me encuentro gratamente sorprendido de este drama cristiano inspirado en hechos reales. De hecho ya van dos películas de semejanza temática que cumplen con las expectativas de un creyente por enfocarse en un plano general y no limitativo, en el sentido que los desinteresados podrían terminar por contagiarse y en su proceso, formar parte de este gran misterio que abunda en nuestras mentes desde el origen de nuestro razonamiento.

La historia del niño de 4 años que experimenta un viaje al cielo durante una operación complicada viene inspirada en la novela del mismo nombre que escribió su padre, el pastor el Pastor Todd Burpo. Lo narrado no difiere de nuestra realidad porque en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por las mismas dudas, experimentado los mismos sentimientos, reclamado a Dios, desconfiado de Jesús y elegido el infierno por el temor de perder a un ser querido.  

Seguramente reciba algunos comentarios negativos con respecto a este acercamiento, la gente teme a lo desconocido pero a su vez se llena de confianza al descubrir que todos, sin excepción, formamos parte de esta poderosa travesía. La muerte es inevitable, parte de nuestra naturaleza humana debido al pecado. Entonces ¿por qué le tenemos tanto miedo? ¿Serán las incógnitas o la falta de evidencia física? ¿Será que suena demasiado bien para ser cierto? O quizás se deba a las distintas perspectivas de algunos sobrevivientes.

Para disfrutar de este extraordinario contenido, se necesita tener la mente en blanco y el corazón abierto. Nuestro coeficiente intelectual nos podría engañar así que por esta ocasión podríamos dejar que nuestras bellas emociones nos ganen porque eso es lo hermoso en nosotros; nuestra capacidad de encontrarnos a través de nuestro amor. Esta adaptación te ofrece respuestas como también solidifica, mas recae en tu flexibilidad de escuchar la verdad.

En el papel del Pastor Burpo , Greg Kinnear es nuestro elemento identificador, pese a ser un conocedor de la biblia y un predicador de fe, solemos ver sus estragos con la fe. No existe una formula o un músculo directo para ejercitarla, la fe es un estado espiritual lo cual lo hace difícil de alcanzar por perderse entre nuestras confusiones, odio, resentimiento y egocentrismo. Básicamente tenemos que hacer a un lado nuestro orgullo y prejuicios para tener un ligero vistazo de las maravillas que nos deparan.

Kelly Reilly adopta el rol de ir con la marea. La esposa de Burpo no suele complicarse con ello y simplemente disfruta sin quebrarse la cabeza, lo ve como un milagro más no lo toma al cien por ciento.  Interesante dinámica con Kinnear porque ambos nos proyectan ese balance humano imperfecto, por tanto muchos sentimientos son encontrados a través de sus cuestionamientos.

En cuanto al niño que fue al cielo, Connor Corum nos roba el corazón desde su primera escena como Colton Burpo. Es impactante ver tanta madurez en un niño de 4 años, quizás se deba a su inocencia. Interesantemente siempre estamos atentos a sus diálogos porque se expresa con tanta naturalidad que no se siente ensayado. Además Con Kinnear y Reilly a un lado, la catarsis fluye por su desenvolvimiento familiar. Tampoco nos olvidemos de las estables contribuciones de Lane Styles, Margo Martindale, Thomas Haden Church y otros.

Lo fascinante de sus efectos especiales es que no cae en lo fantasioso. Los breves vistazos que tuvimos del cielo, los ángeles y Jesús fueron realísticos. La cinematografía fue radiante, a partir de ahora Nebraska será uno de los lugares a los cuales debo ir a visitar. La música de Nick Glennie-Smith fue conmovedora, de por sí uno se engancha con las emociones de los actores que con esta atmosfera, las lágrimas fluyen.    

En conclusión, no tuve duda alguna. Desde que vi el nombre de Randall Wallace, supe al instante que esta sería una magnifica adaptación cristiana. El director es un maestro en contar esta clase de historias personales, ejemplos: Corazón Valiente, Fuimos Heroes, Secretariat… Además su colaboración con Christopher Parker en el guión trajo como beneficio una mejor comprensión del mensaje de fe descrito por el Pastor Burpo.       

El enfoque de Wallace es claro desde un principio y su ejecución tan respetuosa, lo cual fue el elemento ausente en la adaptación de Noé.  Dirigir niños no es tan fácil ni tampoco hacerlos actuar, pero Wallace dio su mejor esfuerzo concentrándose en sus cualidades naturales, por ende las dinámicas e interacciones se sienten autenticas. Al igual que la fe, los sentimientos humanos no deben imponerse, simplemente se les debe brindar libertad y esperar lo mejor…  y definitivamente tuvimos lo mejor. 

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