El camino hacía El Despertar de la Fuerza comienza con la primera
secuela oficial al Retorno del Jedi referida sencillamente como Aftermath. Situada a unos meses después
de la batalla de Endor, nos encontramos ante el surgimiento de una Nueva
República mediante una alianza inesperada de héroes que deciden aliarse para
ponerle fin de una vez por todas al Imperio Galáctico cuyos representantes se
encuentran reunidos con la finalidad de decidir su futuro.
En plena revelación de Aftermath: Life Debt para verano de 2016 y
Aftermath: Empire’s End para 2017, no mantengo mi ilusiones en lo alto dado que
mi atención se ha visto desviado entorno a Lost Stars y The Martian. No que me
haya decepcionado, simplemente su trama quedó por debajo de la poderosa
narrativa de Tarkin y tono aventurero de Lords of the Sith.
Lo que me gusta es su conexión con las precuelas, especialmente con Clone
Wars y la Trade Federation al mencionar robots y como los fondos de dinero
fueron robados posteriormente a la masacre de los Separatistas. También hay
amor hacía los personajes clásicos como Luke, Leia, Han y Lando, pero sólo
contamos con un par de referencias. Esto es triste porque los nuevos personajes
nunca llegan a ser tan interesantes.
Es más, la serie televisiva de Rebels es más ingeniosa por lo que
tendré que regresarme al origen a través de la lectura pendiente de A New Dawn.
Disney debería ir un poco lento en esta área, la saturación de libros me causa
frustración porque me falta tiempo para leerlos y dinero para
descargarlos.
Interesante tener a Mon Mothma como la nueva canciller, quien desea desmilitarizar la República para
prevenir la guerra, sobre todo las muertes. Tenemos a Admiral Rae Sloane quien
organiza una reunión Imperial sólo para encontrarnos con los indicios de la
posible Primera Orden que ha estado promoviéndose en la mercadotecnia del
Episodio VII, especialmente en el nuevo avance.
Si me preguntan, muy lenta me parecía la estructura narrativa de Chuck
Wendig y la mayoría parece estar de acuerdo por lo que tendrá que darnos mucho
más de lo nada ofrecido en esta aventura que nomás no se desenvuelve a la
altura de Star Wars ¡Qué decepción! Predecible, limitada y generalizada.
Todo se vuelve claro cuando los protagonistas se reúnen para detener
al Imperio, pero de ahí se pierde interés ante las pequeñas revelaciones que se
nos dan como la espada de Vader a la
venta por unas adherentes, la fugaz odisea de Han Solo y Chewie por rescatar a
los wookies de Kashyyk, la referencia al videojuego cancelado 1313, Jakku y la
misión extraoficial sobre la cacería de criminales de guerra o contadores. Son
pistas de lo que es de esperarse del Episodio VII o de las siguientes novelas,
lo cual es desaprovechado porque resultó lo mejor del libro entero.
Wedge Antilles no hace nada y Norra parece estar siempre con un cargo
de conciencia, Temmin trata de ser como Ezra, Mr. Bones no es tan gracioso como
parece serlo y el resto no recuerdo para nada quienes eran o porque estuvieron
ahí, ni mucho menos el vínculo con Endor. Honestamente yo quería más Luke, Leia
y Han. Inclusive me hubiese conformado con el punto de vista imperial, ahí
radicaba la verdadera fortaleza, bueno hasta el inconcluso final.
No hay mucho por decir a excepción, que me daré un tan merecido
descanso a este universo. Con la versión novelizada de Battlefront y pendientes
como Dark Disciple, hay mucho por ponerme al tanto pero un descanso en el
género es muy necesario. Después de todo, la Segunda Temporada ya se encuentra transmitiéndose
y cada uno sabe al final de cuentas que una novela no se compara con la
experiencia total de ver Star Wars en la gran pantalla en un nuevo y anticipado
episodio esperado por poco más de una década.
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