martes, 20 de octubre de 2015

Análisis de la novela de Star Wars: Aftermath



El camino hacía El Despertar de la Fuerza comienza con la primera secuela oficial al Retorno del Jedi referida sencillamente como Aftermath. Situada a unos meses después de la batalla de Endor, nos encontramos ante el surgimiento de una Nueva República mediante una alianza inesperada de héroes que deciden aliarse para ponerle fin de una vez por todas al Imperio Galáctico cuyos representantes se encuentran reunidos con la finalidad de decidir su futuro. 

En plena revelación de Aftermath: Life Debt para verano de 2016 y Aftermath: Empire’s End para 2017, no mantengo mi ilusiones en lo alto dado que mi atención se ha visto desviado entorno a Lost Stars y The Martian. No que me haya decepcionado, simplemente su trama quedó por debajo de la poderosa narrativa de Tarkin y tono aventurero de Lords of the Sith. 

Lo que me gusta es su conexión con las precuelas, especialmente con Clone Wars y la Trade Federation al mencionar robots y como los fondos de dinero fueron robados posteriormente a la masacre de los Separatistas. También hay amor hacía los personajes clásicos como Luke, Leia, Han y Lando, pero sólo contamos con un par de referencias. Esto es triste porque los nuevos personajes nunca llegan a ser tan interesantes.

Es más, la serie televisiva de Rebels es más ingeniosa por lo que tendré que regresarme al origen a través de la lectura pendiente de A New Dawn. Disney debería ir un poco lento en esta área, la saturación de libros me causa frustración porque me falta tiempo para leerlos y dinero para descargarlos. 

Interesante tener a Mon Mothma como la nueva canciller, quien  desea desmilitarizar la República para prevenir la guerra, sobre todo las muertes. Tenemos a Admiral Rae Sloane quien organiza una reunión Imperial sólo para encontrarnos con los indicios de la posible Primera Orden que ha estado promoviéndose en la mercadotecnia del Episodio VII, especialmente en el nuevo avance.

Si me preguntan, muy lenta me parecía la estructura narrativa de Chuck Wendig y la mayoría parece estar de acuerdo por lo que tendrá que darnos mucho más de lo nada ofrecido en esta aventura que nomás no se desenvuelve a la altura de Star Wars ¡Qué decepción! Predecible, limitada y generalizada.

Todo se vuelve claro cuando los protagonistas se reúnen para detener al Imperio, pero de ahí se pierde interés ante las pequeñas revelaciones que se nos dan como  la espada de Vader a la venta por unas adherentes, la fugaz odisea de Han Solo y Chewie por rescatar a los wookies de Kashyyk, la referencia al videojuego cancelado 1313, Jakku y la misión extraoficial sobre la cacería de criminales de guerra o contadores. Son pistas de lo que es de esperarse del Episodio VII o de las siguientes novelas, lo cual es desaprovechado porque resultó lo mejor del libro entero.

Wedge Antilles no hace nada y Norra parece estar siempre con un cargo de conciencia, Temmin trata de ser como Ezra, Mr. Bones no es tan gracioso como parece serlo y el resto no recuerdo para nada quienes eran o porque estuvieron ahí, ni mucho menos el vínculo con Endor. Honestamente yo quería más Luke, Leia y Han. Inclusive me hubiese conformado con el punto de vista imperial, ahí radicaba la verdadera fortaleza, bueno hasta el inconcluso final.

No hay mucho por decir a excepción, que me daré un tan merecido descanso a este universo. Con la versión novelizada de Battlefront y pendientes como Dark Disciple, hay mucho por ponerme al tanto pero un descanso en el género es muy necesario. Después de todo, la Segunda Temporada ya se encuentra transmitiéndose y cada uno sabe al final de cuentas que una novela no se compara con la experiencia total de ver Star Wars en la gran pantalla en un nuevo y anticipado episodio esperado por poco más de una década.

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