Nueve meses después de mantenerse oculto
de la CIA, Jason Bourne es jalado de vuelta a la acción debido a un oscuro
secreto hallado por un antiguo contacto del cual vincula el asesinato de su
padre con su reclutamiento, poniendo en cuestión su iniciativa al integrarse al
programa tal como le fue expuesto, no obstante, hay más cosas en juego que su
confuso pasado.
Ha sido un buen desde que Bourne Ultimato
nos cautivó como la mejor adaptación de espionaje no sólo por su imparable
suspenso sino por su asombrosa narrativa contextual al lado de sus combates,
persecuciones y giros inesperados. Afortunadamente un par de estos elementos
son reutilizados mejorando a la pasada producción.
Dudo que muchos la recuerden y en víspera
de no haber sido referenciada, la secuela planeada de El Legado Bourne con
Jeremy Renner será pospuesta otra vez por el equipo original considerando el
ingenioso clímax que nos dio esta entrega, en especial por la versatilidad de
Alicia Vikander ya que sin duda es de admirarse.
Y tocando ese tema, no era necesaria la
extrema condición física de Matt Damon, se agradece en el sentido de darle
justificación a la asombrosa fuerza del protagonista, pero desde un principio
sabemos que su fortaleza va más allá de su físico. Es emocionante volverlo a
ver en total capacidad aunque no puedo evitar sentir que le hizo falta
interactuar de forma amenazante.
Con ello señaló a Joan Allen, porque de verdad
se extraña su presencia y poder de dialogo. Era predecible el papel de Julia
Stiles como Nicky Parsons, pero de igual manera cumple con su propósito de
expandir la travesía de Bourne. Lo que quiero recalcar es la necesidad de
añadir un personaje que cumpla con el propósito que alguna vez tuvo Franka
Potente en su rol de Marie.
Como siempre Tommy Lee jones es
bienvenido y vaya modo de dejar su huella. Por otro lado, Vincent Cassel
continúa con la tendencia de fuertes villanos a la altura de Bourne porque su
duelo con Damon te dejará sin aire en todos los niveles. Excelente equipo de
edición porque tanto combate como persecución en las Vegas son fácilmente los
resaltes.
Desde que inicia hasta que termina te engancha
como siempre lo ha hecho; entiendo un
poco la decepción de los críticos. En una década de ver viejas franquicias
renovarse, era de esperarse que se quedara a un nivel distante de Bourne
Ultimatum, Misión Imposible 4 y Skyfall, pero exitosamente se coloca a la par
de M:I:5 - Nación Secreta y Supremacía Bourne.
Y lo anterior no está mal, considerando
el lapso de tiempo. Simplemente la tecnología ha avanzado hasta el punto de leer e interpretar al mundo
de otro forma de la cual difiere con el estilo clásico de la primera trilogía.
Aún así Paul Greengrass captura la esencia de lo que hizo grandiosa a esta
franquicia y a su vez extrae otra faceta inexplorada del pasado de Bourne.
En
cuestiones técnicas, la calidad fílmica es impresionante por las secuencias de
hackeo, monitoreo de redes y sobre todo las persecuciones en la calles porque
te tienen al borde de tu asiento. Me hubiese gustado habernos enfocado más al
debate de la seguridad pública contra la libertad de internet, porque he ahí el
verdadero futuro como parece pintarse para la siguiente.
En
conclusión, me encuentro satisfecho con
el producto final brindado por el director Greengrass y su actor Damon. Siguen
siendo un equipo eficaz que se esfuerza por continuar la historia de Jason
Bourne con corazón, innovación visual y sugestivo espionaje. Entonces, sí eres
un seguidor, es un hecho que la disfrutarás.
Calificación: 4 de 5 estrellas