Un par de mercenarios se encuentran en la búsqueda de pólvora negra
cuando son tomados prisioneros por soldados chinos. Tras ser trasladados a La
Gran Muralla, descubren como el mundo se encuentra al borde de la extinción
ante una amenaza más allá de su comprensión. Para librar esta batalla, la Orden
Sin Nombre dependerá de la experiencia de uno de estos forasteros…
Desde que vi los avances, no me sentía convencido de verla. Me parecía
buscarle injustificadamente al mercado estadounidense con Matt Damon viendo
como China ha trascendido en su propia taquilla. Para variar, me equivoqué ya
que La Gran Muralla sigue la estructura de El Ultimo Samurái bajo un tono mucho
más aventurero y humorístico.
Dicho esto, el sentimentalismo es descartado por una impresionante
cinematografía que se asemeja lo más posible a una de las maravillas del mundo.
Si no me equivoco, es la primera vez que Zhang Yimou acepta dirigir a un elenco
internacional tanto actoral como técnico. Merece crédito porque la cultura
china trasciende gracias a la sobresaliente ejecución de esta leyenda.
El tono de guerra está presente al lado de la música, vestuario y coreografía.
Los guionistas capturaron el honor de lo que representaba formar parte de esta
armada y de alguna manera lograron mantenerla lo eficazmente creíble
considerando su plano ficticio. Yimou fue respetuoso en su contexto y lo
mantuvo terrenal.
Se percibe un equilibrio entre las secuencias de acción y su tono
dramático. En cuestiones de desarrollo de personajes, es lo necesariamente
básica y directa. Quizás sea su punto
débil pero fuera de eso, se torna lo bastante justificable para referírsele
como un éxito porque culmina impresionándote por su gran trabajo de edición,
sonido y efectos especiales.
A estas alturas, es una garantía contar con Matt Damon porque su mera
presencia es suficiente para darle prestigio a esta ambiciosa adaptación.
Además su química con Jing Tian es formidable hasta el punto de hallarlos una
pareja estable sin importar que sean de culturas diferentes. Pedro Pascal
compensa la tensión con ingenioso humor mientras Willem Dafoe nos distrae con
solidez.
Debo confesar que cada uno de los que conformaron esta Orden de Nombre
merece ser aplaudido por su perfecto desempeño en las maniobras tácticas. Esa
conducta militar desenvuelta antes, durante y después de las de por sí
espectaculares batallas nos contagian de adrenalina. Resulta asombroso verlos
interactuar con mutua colectiva y a su vez diferenciarse por su personalidad.
En conclusión, La Gran Muralla es un relato innovador por definir una
guerra con sus elementos tanto técnicos como artísticos de su país. La historia
carecerá de emotividad pero el entusiasmo y la disciplina del elenco la tornan
en una aventura que no te decepcionara por su gran contribución en el plano
visual.
Calificación: 4 de 5 estrellas
No hay comentarios:
Publicar un comentario