Diez años después de la expedición pérdida del Prometeo, la nave
colonial Covenant se encuentra rumbo a Origae-6 cuando inesperadamente se ven
enredados en una especie de misión de reconocimiento al descubrir otro planeta
con la capacidad de sustentar la vida humana, sin embargo, este paraíso es sólo
la fachada de un grotesco infierno que les aguarda.
En definitiva, hay mucho de qué hablar al respecto así que empecemos a
lo bestia, así literalmente ¡Los nuevos monstruos alias los Neomorfos
estuvieron espeluznantemente asombrosos! Su presentación fue justamente
impactante para una franquicia dominada por el Xenoformo. Esta inserción le
benefició a la acción porque las secuencias fueron innovadoras.
Más que un recuento de la original, Covenant sigue siendo una secuela
a Prometeo por lo que el guión de John Logan y Dante Harper mantiene intacto
ciertas temáticas como el Creacionismo, la percepción de un androide, la
imperfección humana y lo que implica, la religión, creador-creación, la
evolución, la muerte y esencialmente toda clase de vida como tal.
Dicho esto, se cuenta con un desarrollo individual-circunstancial de
la tripulación del Covenant. Saber que todos están emparejados hace que se
sufra más ante las desesperantes ejecuciones debido a que nadie está exento de
la tragedia, ni siquiera los protagonistas sí es que logras identificarlos
porque todos sin excepción cargan con el mismo peso narrativo.
Este elenco es de los mejores que me ha tocado observar porque más que
integrantes con un propósito, está constituidos por familias cuyo propósito es
establecer la vida en otros planetas. En Aliens lo escuchamos pero hasta este
momento llegamos a comprender este concepto. Esperaba un involucramiento de las
empresas Weyland o Yutani, quizás después.
Adentrándonos a los actores, Katherine Waterston es bastante diferente
al papel de Ripley, tiene lo suyo y comparte ciertos ideales pero a diferencia
de Ripley, cometió el error de ser confianza. En contraste con Billy Crudup
cuya fe fue opacada por su ego mientras que la seriedad de Danny McBride rompió
con su estereotipo para variar.
Mis felicitaciones para el mexicano Demián Bichir quien es más que un
solo pasajero, es fundamental para el mantenimiento militar de esta
sobrevivencia, Carmen Ejogo y Amy Seimets son otras de las mujeres que logran
ser representadas con fortaleza y que lo saben porque sus comportamientos
fueron tan espontáneos bajo estás desafiantes circunstancias.
Michael Fassbender evoluciona al adoptar totalmente ese complejo de
Dios como David como se revela en los primeros minutos. Su giro en el tercer
acto es simplemente fenomenal que si no fuese por su sublime actuación en
inclusive ambos roles, esta secuela no hubiese funcionado del todo porque su
conexión con el pasado como el misterio de su futuro es esencial para este
horror.
Sirve cuando el director tenga una carrera de arte porque antes de
filmarla, Ridley Scott ilustra toda la película. Por esa razón, ya sabe
exactamente lo que quiere y asimismo tanto técnicos como actores saben cómo
abordar las escenas porque visualmente hablando, Covenant supera a todas las
entregas pasadas.
Exteriores como el espacio durante las reparaciones de la nave, la
funcionalidad de la computadora (emocionante contar con Madre), las secuencias
en la ciudadela de los ingenieros como su arte y genocidio, la atmosfera del
planeta y las tomas del Covenant mientras la vuela. Cinematográficamente se
expresa con belleza pese al sangrerío y monto de cadáveres.
El sonido te mantiene en tu asiento, siendo una mejoría su composición
musical como el vestuario. No puedo evitar sentir a Alien Covenant como El
Imperio Contraataca, pese a responder a varios preguntas mediante su ingenioso
seguimiento a Prometeo, culmina no sin antes engancharnos para la siguiente
travesía de una forma sugestivamente traumatizada.
Salí del cine con sentimientos mixtos, en parte esperaba fuese mucho
más de horror, que cumplió con hacerme brincar un par de veces aunque en sí fue
más el suspenso lo que me tuvo ansioso y las malas decisiones como reacciones
de los personajes a excepción de uno que otro, como suele ser el caso. Eso sí,
desde que inicia no te puedes despegar.
A mí me gustó mucho la de Prometeo y recién lo volví a confirmar,
quizás no esté al nivel artístico, elegante o clásico de Alien y ni se diga de la
acción como Aliens pero para eso está Covenant, para ir trazando el camino y
vaya que lo hace dado que se percibe en su tonalidad. La tercera precuela
podría adoptar toda la esencia viendo que estamos en transición.
Entiendo el negativismo sobre los Xenomorfos, aquí los tenemos a
simple vista y no tanto operando en la oscuridad, lo cual concuerdo que es raro
verlos tan nítidos. De igual forma, fue arriesgadamente provechoso porque a
estas alturas era lo mejor que pudo haber hecho Scott; honestamente, hemos conocido
su fisionomía desde que éramos niños.
Y curioso haber visto niños en las salas, hasta eso se portaron bien; esto
me recuerda que también fui uno cuando me introdujeron a este mundo de horror.
Como seguidor fiel de la saga, me encuentro satisfecho con lo que nos ha
aportado Scott y me mantengo atento a la siguiente entrega de la cual
espero no exceda de los 2 años como
prometió.
Como dato adicional: se siente todavía como un
principio, este Xenomorfo sigue siendo incompleto a su visión aunque debo
confesar que su reintroducción durante la escena de su primer y oficial origen
en Covenant estuvo a la par la impactante escena de 1979.
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