Estando en los barrios bajos, el pequeño Saroo le ayuda a su hermano
Guddu y a su madre para poder sobrevivir. Siempre tan atento y responsable,
decide acompañar a su hermano para un trabajo en las vías cuando
accidentalmente éste se pierde iniciando una travesía de la cual te conmovedora
de principio hasta el final por estar inspiradas en hechos reales.
Los riesgos por los cuales pasó este valiente niño de cinco años en
una India tan caótica nos da una tremenda lección de vida ya que nos pone a
cuestionar sobre los problemas que tenemos. Tras culminarse esta historia, no
pude evitar sentir que hay problemas que realmente no ameritan tanta importancia
como creemos, esto sí es realmente alarmante y una cuestión a analizar.
El guionista Luke Davies es un candidato seguro a recibir esta
estatuilla el excelente grado de calidad humana que inyectó en esta compleja
y a su vez complicada adaptación sobre
un crecimiento interrumpido, la adopción, la pérdida, la tragedia, la disfunción
familiar, la crisis existencial y la búsqueda de identidad en base a un pasado
en pausa.
El director Garth Davies nos presenta dos partes de esta sugestiva
realidad, unificadas por la esperanza y equilibradas por los buenos actos tanto
de fe como de acción humana. Tenemos oscuridad e iluminación. En ambos se nos muestra
su contexto para comprender el posicionamiento de Saroo, todo por lo que pasó
hasta reencontrarse.
Me recuerda bastante a Slumdog Millionaire, inclusive mantiene la
misma estructura y similar banda sonora pero tratándose de una historia real,
su narrativa resulta mucho mejor por su enganche emocional e impactante
suspenso. Aquí la catarsis es inolvidable y con eso, se asegura que la primera
hora te deje boquiabierto y ni se diga del acto final.
La vida es terrible y bajo ninguna circunstancia el director lo suaviza,
al contrario, se es fiel a los eventos descritos por Saroo Brierley quien bajo
la interpretación de Dev Patel lo convierten en un favorito a robar en los
Oscares porque sinceramente su actuación es así de madura como asombrosa.
Tampoco descartemos a Sunny Pawar como el niño Saroo ya que él solito
se hace cargo de mantener en alto la primera hora. De todos los niños que he
visto actuar, indudablemente este es de los mejores porque domina cada escena
en la que aparece gracias a su espontanea intuición y física conforme se
enfrenta a las dificultades de ser un niño callejero
No es de extrañarse que Nicole Kidman esté de vuelta en el juego de
las nominadas, y con mucha razón considerando como en el papel de Sue Brierley
nos entrega una faceta distinta a la que hemos estado acostumbrados. Una madre
en toda la extensión de la palabra, es más, su puro rostro refleja esa tensión,
preocupación y deseo de bienestar hacías sus hijos.
Quizás Rooney Mara esté en el fondo pero de igual realza a Patel
ofreciendo una especie de paz y sincero humor para contrarrestar la tensión. En
cuanto a David Wenham, no les será tan familiar pero su nobleza sigue siendo
perceptible del mismo modo que lo hizo en El Señor de los Anillos: El Retorno
del Rey y en Australia.
Culturalmente está bien representada y cinematográficamente no tuvo
temor de mostrarse tal como es; la edición le da agilidad y movimiento haciéndola
rítmica, el vestuario y la música benefician a la de por sí vulnerable
atmosfera convirtiéndola en una adaptación de valor por su enorme corazón.
Honestamente ¿qué estás esperando para verla y dejarte conmover?
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