Dos años
después de la batalla en Sokovia, Thor se enfrenta al demonio Surtur para
impedir que la profecía de Ragnarok se cumpla. En su retorno a Asgard descubre
que el mal está por todos lados, empezando con su hermano Loki con quien deberá
trabajar de nuevo para encontrar a su padre y consecuentemente detener a una
poderosa amenaza que ha resurgido de entre la oscuridad.
Similar a cómo Capitán América: El Soldado del Invierno transformó el
universo de Marvel, se repite el mismo efecto con la tercera entrega de Thor la
cual sobresale entre las mejores debido a su crudo humor, sarcasmo, giro en su
mitología, creatividad visual, colores, nostalgia musical y elenco de primera
clase.
Resultó un gran riesgo que el director Taika Waitiri pudo llevar a
cabo ya que no sólo se trataba sobre el dios del Trueno y el pasado de Odin,
sino elementos de la historia del Planeta Hulk fueron integrados para dar
comienzo a quizás la travesía personalizada de Bruce Banner la cual se pretende
desenvolver y concluir en las siguientes secuelas de los Vengadores.
Waitiri se regresa a lo básico y es el conflicto en la familia,
similar a la original y descuidada en El Mundo Oscuro, el guión profundiza en
el poder, la ambición y la mentira detrás de un reino. No podría ser tan
distinta de los lazos culturales. Además de lucir a los veteranos, hace un gran
trabajo en introducir a caras nuevas ya que todos brillan en sus respectivos momentos.
Chris Hemsworth adopta la extroversión y en gran manera, superhéroe y
comediante que a simple vista parece retar a Ryan Reynolds en Deadpool. Todo el
tiempo parece estar cómodo pasándola a
todo dar. Haber sugerido este cambio de dirección en trama, estilo y cinematografía
fue sensacional y más que Marvel lo haya respaldado.
Como Loki, Tom Hiddleston sigue siendo el mismo aunque es evidente la
madurez alcanzada al lado de Hemsworth. Ambos actores comparten una escena que
muestra el mutuo entendimiento entre ambos hermanos e inclusive impacta al
verlos al lado de Anthony Hopkins, quizás la mejor escena en conjunto con las
de Cate Blanchett.
No sólo el vestuario de Hela sino la caracterización de Blanchett
ponen en alto el concepto de las villanas que Hollywood debería considerar en
insertar más porque Hela es sin duda un épico elemento en cuestiones de
presencia, edición y efectos especiales. Ese rostro y cabello oscuro vuelven a
uno loco.
Las nuevas adiciones de Tessa Thompson como Valquiria, Karl Urban como
Skurge y Jeff Goldblum como el Grandmaster fueron geniales. Aportando algo
nuevo al elenco que de por sí se beneficiaba de los retornos de Idris Elba y
Mark Ruffalo, en especial Hulk que cada escena compartida con Thor fue
suficiente para olvidarnos que se aproxima la Liga de la Justicia.
Tal parece Tony Stark sigue haciendo de las suyas, las referencias en
la nave y los pantalones ajustados sin duda brindaron una carcajadas aunque
siendo honesto, eso es poco de la gran gama de humor que se nos ofrece y desde
todos los ángulos posibles. Bastante similar a Guardianes, aunque se diferencia
de esta al volverse en la adaptación más definitiva de su trilogía.
Pudiéramos estar ante la conclusión de su legado como ha sido el caso
de Iron Man 3 y Capitán América: Guerra Civil. Lo valió porque nada quedó
desaprovechado, Thor Ragnarok es irreverentemente espectacular y ligeramente
conmovedora. La creatividad en todo lo que va, incluyendo en su mitología. Altamente
recomendable.
Calificación 4½ de 5 estrellas
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