La recién madre soltera Alice Kinney
decide mudarse a Los Ángeles para empezar de nuevo. De forma inesperada se
encuentra con tres jóvenes aspirantes a una carrera cinematográfica a quienes
decide hospedar en su casa con tal de ayudarlos y sobretodo ayudarse así misma para
salir adelante de este desastre al que
llama vida.
Como era de esperarse Reese Witherspoon
es encantadora y como tal es imposible no quererla cuando regresa a sus
orígenes. Un papel hecho a su medida que además de solidificarse como el
corazón de la película, logra congeniar con el elenco y en especial con los
jóvenes cuyo dinamismo es definido por
su espontaneidad.
Llevaba un buen tiempo sin haber tocado el
género, sin duda Witherspoon debe seguir contemplándolo. Los veteranos Candice
Bergen y Michael Sheen siguen contribuyendo con presencia aunque para tratarse
de la mamá y el ex, como que les hizo falta profundidad a estas interacciones.
Lo mismo podría decirse del trío juvenil
Nat Wolf, Pico Alexander y Jon Rudnitsky quienes te exprimen un par de risas
debido a su genuino comportamiento. Son muy diferentes entre sí a pesar de
estar vinculados a una cosa en común; también muestran la relación complicada entre
sus identidades aunque no puedo evitar sentirla un poco floja en ese
departamento.
Ciertamente deja mucho a desear el
desenvolvimiento de personajes, quizás por tratarse de varios a la vez como que
en ese aspecto se necesitaba de más tiempo. Inclusive algunos elementos fueron reciclados
y la comedia en sí baja de nivel para enfocarse a la madurez. Quizás la
carencia de un giro la hace que no se sea tan ingeniosamente trascendental como
El Descanso.
Después de todo puedo entenderlo, la
guionista y directora Hallie Meyers-Shyer debutó con este filme cuyo respaldo
de su madre Nancy Meyers le dio cierto prestigio. Tiene futuro no lo voy a
negar, porque de que se siente la buena vibra, se siente y hasta podría
identificarse por estar situada en la realidad moderna.
No será tan divertida como Es Complicado
o tan novedosa como Pasante de Moda, pero sin duda se conserva esa chispa de
carisma gracias a una historia distintamente creativa. Lo cual era justo lo que
nos hacía falta para entretenernos y a su vez para meditar en lo que queremos y
buscamos para nosotros mismos.
En pocas palabras, Mi Nueva Yo es un
drama con elementos de comedia. Es tierna, positiva e informativa. No se
sienten en absoluto sus 97 minutos, es más, es absolutamente exquisita que me
hubiese gustado haber tenido más de esta interacción entre Witherspoon y los
jóvenes, sin duda había mucho más para sacarle provecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario